1. Hidrata la piel y la mantiene suave. Es indispensable para su elasticidad y evita la resequedad.
2. Beber agua frecuentemente, ayuda a controlar el peso y evita confundir el hambre con la sed. También ayuda a mantener el metabolismo y la digestión.
3. Es ideal para eliminar toxinas del organismo y disminuye el riesgo de enfermedades del hígado. Reduce el riesgo de infecciones y enfermedades al combatir los cálculos renales y reducir las probabilidades de que generes infecciones del tracto urinario, riñones y vejiga.
4. También reduce considerablemente el riesgo de un ataque cardíaco.
5. Ayuda a mantener lubricados los ligamentos y músculos.
6. Previene el estreñimiento.
7. Mantiene regulada la temperatura del cuerpo corporal. El agua controla la fiebre, recupera el líquido perdido y diluye la mucosidad.
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