Las Calaveras 2022 y 2023: la suerte de ponerse al día

Estas ediciones limitadas concebidas por Crowned Heads junto a My Father, se convirtieron en un "clásico" instantáneo: si probaste algún ejemplar de Las Calaveras, siempre vas a querer otro

Oscar Medina

25 de diciembre, 2023 04:19 pm Última actualización: 26 de diciembre, 2023 01:14 pm

Fotos: Cortesía César De Jongh

Fue a mediados de 2014 cuando Crowned Heads lanzó Las Calaveras, un tabaco hecho junto a My Father Cigars en Nicaragua, concebido como una edición limitada cuya identidad gráfica y sentido conecta con la tradición mexicana del Día de Muertos: una fumada para conmemorar, recordar y celebrar a los que se fueron.

Jon Huber, uno de los fundadores de Crowned Heads, lo explicó así a Cigar Aficionado: “Calaveras será un lanzamiento anual que será un homenaje respetuoso a aquellos que fallecieron el año anterior. Más que un símbolo de tristeza o muerte, pretende ser una celebración de sus vidas y recuerdos”.

La marca ha mantenido ese espíritu en cada edición de Las Calaveras, incluso con dedicatorias específicas, aunque no se puede estar muy seguro de que la mayoría de los fumadores enciendan estos cigarros con la conciencia del homenaje. Lo que sí hay que asumir como certeza, es que Las Calaveras fue un éxito casi de inmediato y quien lo probó una vez espera tener la fortuna de fumar el del año siguiente y el siguiente y el siguiente…

Tuve la suerte de probar el Calaveras de 2014, de haber fumado mucho el de 2015, de disfrutar el de 2018 y a partir de ahí, le perdí la pista a esto que debería ser una tradición…

Hasta ahora que César De Jongh, reservó un par de ejemplares en el humidor de Gentleman Brothers para ponerme al día: uno de 2022, y otro de 2023.

Las Calaveras Edición Limitada 2022 – LC52 es el primer puro nicaragüense de esta línea. Eso quiere decir que todo el tabaco que lo compone fue cosechado en Nicaragua: capote, tripa y esa capa Corojo 99 de color caramelo ni tan clara, ni tan oscura. Dicen los que llevan esas cuentas que de cada una de las tres vitolas de este cigarro se manufacturaron 38.500 ejemplares, repartidos en 1.500 cajas y 2.500 samplers.

El LC52 es un 5 x 52 y da gusto verlo. En frío puedes percibir un fuerte aroma entre meloso y amaderado. Y una vez encendido, propone un arranque astringente y picoso en el que domina el tono de madera. Tras unas pocas bocanadas, los picos se van redondeando y la liga saca la casta: se impone el tono que hace equilibrio entre lo dulce y lo amargo, que permanece durante largo tiempo en el paladar y sobre el cual van surgiendo otros matices que se revelan de manera progresiva, como la presencia evocadora del café. Pero es el sabor característico de la marca lo que determina el curso de la fumada y lo que te hace pensar algunas veces en La Imperiosa, otra gran línea de la casa.

Es una fumada de quemada lenta la de esta vitola y lo que entrega es tan armonioso que antes de que comience el segundo tercio ya debes aceptar que caíste en su embrujo. Y surge la duda: ¿cómo será lo que viene a continuación?

El segundo tramo de este Las Calaveras comienza con un “ajuste” en la intensidad de sabor, que disminuye un poco. El tono general se torna levemente más cremoso y surge un nuevo registro en el retrogusto evocador a naranja confitada.

Algunas bocanadas más adelante, se hace sentir una intensa presencia de café que gana incluso en el aroma envolvente del cigarro y que conduce a un giro muy interesante en la combinación con el retrogusto.

El tercer tercio ya es la calma: cremoso, más fresco, aunque con leves toques picosos y con un tono amargo de tabaco más recio que hace terminar en alto un viaje gratamente sorprendente.

El de 2023 un 10

Aroma a cuero, humedad, una presencia mineral… Así es el Las Calaveras Edición Limitada 2023 LC54. Para la décima entrega de su línea, Crowned Heads mantuvo la producción en las manos sabias de la gente de My Father y la apuesta al buen tabaco cosechado en Nicaragua.

Con un formato 5 5/8 x cepo 54, la capa Connecticut Broadleaf oscura, sedosa, aceitosa al punto de que refleja la luz en destellos, es demasiada tentación ya de entrada.

El tiro es impecable y lo primero que impacta en el paladar es el tono mineral, el de tabaco bien fermentado y muy equilibrado que aporta la capa Broadleaf. En las primeras bocanadas ya hay muchas sutilezas y a la vez asoma la promesa de una mayor intensidad en la expresión de la liga de hoja nicaragüense.

Están los descriptores esperados: algo de madera, café, un dejo dulzón, pero también hay pimienta negra, por ejemplo. Los sabores o -mejor dicho- la superposición de tonos se perciben muy marcados, con intensidad, y al mismo tiempo tan equilibrados que no hay notas discordantes.

El retrogusto es tan interesante y complejo que apenas alcanzan palabras como madera-pimienta-minerales para intentar describir esa presencia intensa que, además, despierta la expectativa de que habrá mayor fortaleza en los tramos siguientes.

Bordeando el segundo tercio, la memoria hace otra conexión: con Las Calaveras 2022, con el toque de «piel de naranja» que empieza a traer frescura a una experiencia que podría haberse convertido en algo muy denso. Esto permite al paladar limpio apreciar el juego de sabores, la expresión de esa complejidad en tonos que se perciben al comenzar la bocanada, otros que se descubren al paladear el humo y otros más que «aparecen» en el retrogusto, un punto en el que domina la percepción de naranja ahora con algo que puede describirse como levemente mentolado.

Y sí, parece un poco loco al leerlo, pero eso o algo como eso está ahí en esa fumada…

Como en el caso de su antecesor, el tercio final del Las Calaveras 2023 trae la calma, la placidez después de esa casi lujuriosa exhibición de sabor. Se torna cremosa y menos intensa la experiencia, sin esa explosión constante de tonos y evocaciones, pero al mismo tiempo ganando en densidad y vuelves a pensar en La Imperiosa y te das cuenta de que ese es el recodo o el puente para esperar entre uno y otro lanzamiento de Las Calaveras.

Esa placidez es de tonos muy bien estructurados de cuero, chocolate, algo que recuerda a frutos del bosque y ya en el tramo definitivo se impone una fuerte presencia de sabor a tabaco, a buen tabaco nicaragüense -con su base de pimienta- denso, cremoso y pleno. Tremendo.