Vitolario

Dos momentos con Hoyo de Monterrey

Le Hoyo de Río Seco y Petit Robustos son dos ejemplares que concentran y demuestran todo lo bueno de los Habanos de Hoyo de Monterrey

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Siete de la noche. Terminó la jornada de trabajo y enciendes un Le Hoyo de Río Seco que poco a poco va captando totalmente tu atención. Discreto, pero con cierta firmeza, logra que empieces a desconectarte, a mirar cada vez menos el celular y a atender lo que en este momento importa realmente: disfrutar esta fumada.

Un tono dulzón y amaderado, junto al dejo un tanto mineral característico de la marca Hoyo de Monterrey, gana presencia con cada bocanada. La ceniza es oscura y firme, la quemada impecable y el tiro es excelente. Justo lo que esperas de un Habano legítimo y bien conservado.

El retrogusto es largo y es como si prolongara los sabores de la liga para concluir en la síntesis de sabor de esta marca creada por el español José Gener en 1865. Evocaciones de cedro, avellanas, café, pimienta y algo entre dulce y ácido –quizás como naranja confitada- que también asoma en el paladar. Da la sensación de que todo esto se expresara por separado durante unos segundos y luego se estructura en un tono de sabor único en la suma de los elementos.

Hoyo de Monterrey es también el nombre de la ya legendaria plantación ubicada en San Juan y Martínez, en Vuelta Abajo, provincia de Pinar del Río, al occidente de la isla. Es una zona con Denominación de Origen Protegida en la que se produce la mayor cantidad de hojas utilizadas en la confección de Habanos y que es considerada por la industria cubana como “la mejor tierra del mundo para cultivar tabaco”.

Mientras fumo este Le Hoyo de Río Seco, no puedo evitar las imágenes de una visita al lugar que tuve la fortuna de hacer hace ya unos cuantos años. En febrero de 2013, el programa del XV Festival Internacional del Habano incluyó para los participantes el traslado a la zona donde aquel español comenzó su gesta tabacalera. Los sembradíos en pleno crecimiento bajo el sol, la brisa fresca, la experiencia de conocer la “casa de tabaco” donde las hojas recogidas comienzan su primer proceso de secado colgadas en largas varas de madera y de allí a hacer el recorrido de esas hojas hasta llegar a las fábricas en La Habana… Un viaje en el tiempo y la constatación de que el “Hecho a mano” no tiene nada de exageración.

El paso al segundo tercio te saca de la ensoñación. El retrogusto cambia repentinamente y se torna amargo –con matices- y astringente por el tono de madera. Aquí da la impresión incluso de un ligero incremento en la fortaleza del puro. Ese giro es un momento, porque la fumada evoluciona hacia una fase en la que se percibe muy cremosa, más redondeada la paleta de sabores y grata como un momento de reposo, ideal para darle play a un álbum del pianista Frank Emilio Flyn, mientras bocanada a bocanada, el tabaco entrega una evocación a chocolate francamente embriagadora.

La serie Le Hoyo la constituía un catálogo de vitolas de calibres fino y medio, pero en 2014 incluyó una variante con Le Hoyo de San Juan, de cepo 54 y 150 mm de largo, que abrió la puerta a un ejemplar de cepo grueso. Le Hoyo de Río Seco amplió la propuesta con algo más: cepo 56 y 140 mm de largo, una vitola de galera con el curioso nombre de Aromosos, cuya presentación oficial se llevó a cabo en el Líbano en septiembre de 2018.

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Le Hoyo de Río Seco es por estos días una de las mejores recomendaciones de Kukenán Tobacco Trading, el distribuidor de Habanos en Venezuela desde 2020. Y la experiencia demuestra el acierto.

El último tercio entrega otro cambio. Regresa la percepción amaderada, aparecen leves notas picosas, como destellos y al mismo tiempo mantiene el toque cremoso, aunque leve. Hay algo de rusticidad en este punto, que lo aporta la irrupción del sabor amargo de la buena hoja. Pero todo con equilibrio, con el saber hacer del maestro ligador de la casa: sin notas discordantes y con carácter: el gran cierre de un gran Habano.

Otra muestra de la versatilidad de Hoyo de Monterrey es el Petit Robustos. Así como en su momento atendieron la demanda por mayor cepo y longitud, antes concibieron un formato para fumadores con poco tiempo pero con muchas ganas de disfrutar de un puro complejo.

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En 2005, cuando el mercado se ajustaba a tiempos acelerados, fue lanzado el Petit Robustos, un tabaco de cepo 50 y 102 mm de longitud, es decir, 22 milímetros más corto que el clásico Robustos. Y rápidamente se convirtió en otro clásico…

El primer tercio es pleno en sabor, entrega un toque meloso, cremoso, con evocaciones de café, madera en una bocanada redonda, muy bien estructurada y con un aftertaste persistente.

Se antoja el Petit Robustos como una de las mejores y más suculentas opciones a la hora del tabaco de media tarde muy bien acompañado con café. Sin embargo, tampoco es que se trate de un asunto a despachar con prisas. Demanda menos tiempo, eso sí, pero nada de apuro porque a su manera también te lleva a apoltronarte un rato entregado al disfrute: especialmente en su segundo tercio, con el paladar conquistado por evocaciones de chocolate cremoso y estimulado por leves destellos picosos.

Dos momentos extraordinarios con la célebre hoja de Vuelta Abajo: la rica herencia del visionario José Gener.

Señas: La marca Hoyo de Monterrey es distribuida en Venezuela por Kukenán

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