Venezuela

Caso Mirabal: ahora el hijo acusa a la madre de inventar agresión

Tras ser acusado por su madre en redes sociales de amenazarla con un arma de fuego y robarla, Gustavo Arriechi Mirabal exigió su derecho a réplica para contar su versión y aclarar la forma como vive en la ciudad de Caracas. Niega vínculos con su tío Gustavo Mirabal, señalado como principal testaferro del tuerto Alejandro Andrade, el ex tesorero de la Nación sentenciado en EE UU por lavado de dinero de la corrupción chavista

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Dos semanas después de un supuesto incidente violento en la ciudad de Caracas, quien fuera señalado por su madre de cometerlo, Gustavo Enrique Arrieche Mirabal, negó que la hubiese agredido físicamente. La versión de María Gabriela Mirabal Castro es que el jueves 20 de agosto su hijo ingresó a su vivienda en Bello Monte, en la capital venezolana, la atacó y le colocó un arma de fuego en la cabeza.

Ella afirma que el móvil sería amedrentarla por los constantes señalamientos públicos, notorios y comunicacionales que hace contra su hermano, el multimillonario Gustavo Mirabal Castro. María Gabriela afirma que su hermano es el testaferro de Alejandro “El Tuerto” Andrade, el ex tesorero de Venezuela sentenciado en Estados Unidos por lavado de dinero proveniente de la corrupción chavista.

La acusaciones desataron una ola de solidaridad automática con María Gabriela Mirabal y una serie de comentarios de condena en el patíbulo de las redes sociales. Despertaron el interés de varios medios, entre ellos El Estímulo, que entrevistó a María Gabriela Mirabal para tener una versión directa de su historia.

María Gabriela Mirabal, en reciente entrevista presencial con El Estímulo.

También terminaron sirviendo para desviar la atención del verdadero protagonista: Gustavo Mirabal, un potentado multimillonario e inversionista que según fuentes periodísticas, es investigado en Estados Unidos por su presunta relación con el entramado de corrupción y lavado de dinero comandado por otro multimillonario: Alejandro «El Tuerto» Andrade, el exespaldero y ex mano derecha financiera de Hugo Chávez, condenado por lavado de dinero.

El otro lado

Según Gustavo Enrique, entrar a la Residencia Los Leones, donde vive su madre, es casi imposible si no tienes las llaves o los dispositivos para ingresar. Comentó que el encuentro con su progenitora sí existió, y que pudo entrar hasta la casa que una vez fue su vivienda porque ella le dio acceso.

“Desde el mes de junio la contacté porque los vecinos del edificio me pidieron que mediara con ella, porque había varios problemas en el edificio y era prácticamente imposible llegar a un acuerdo con mi madre”, dijo Gustavo Enrique.

Una de las situaciones de las que se quejan los vecinos de la Residencia Los Leones, según versión de Gustavo Enrique, es que cada torre cuenta con dos ascensores, uno de servicio y uno que llega directamente a cada apartamento. María Gabriela tendría problemas con el propietario de uno de los apartamentos, a quien también señala de estar inmerso en hechos de corrupción, y es por esto que una vez detuvo de alguna forma el ascensor en su casa para que esta person,a y otras, no pudieran utilizarlo, y dañó el mecanismo de las puertas al interferir con su funcionamiento.

Hay un hecho que tanto María Gabriela como Gustavo Enrique confirmaron, y es que el propietario del PH-B de esa residencia, José Jesús Di Mase, demandó a María Gabriela por «instigación al odio».

Ese no sería el único daño que hizo María Gabriela en el edificio. También habría dañado dos vehículos de una vecina, y otro de Jesús Di Mase, además de la puerta de entrada a la residencia. Esto se lo habrían dicho los propios vecinos a Gustavo Enrique.

Manifestó que, antes del encuentro, hubo varias conversaciones vía telefónica, y en una de ellas María Gabriela le comentó que “estaba lista para pasar por encima de todos ellos (los vecinos)». Gustavo Enrique cree que no se “tomaba en serio” las conversaciones.

“Esta cantidad de llamadas me hizo decidir, después de 7 años sin vernos ni tratarnos personalmente, ir al edificio. Ella misma me dio acceso”, dijo.

“Al momento de ingresar al apartamento ella comenzó a manifestarme su descontento por varias situaciones, una de ellas fue el matrimonio de mi hermano, del cual ella no se había enterado. Me dijo que cómo era posible que no la habían invitado, y yo le dije que después de 10 años de no hablar con tu hijo, donde no fuiste capaz de acercarte para lograr la paz y los acuerdos, cómo te iban a invitar”.

Relató que después de otros reproches que le hizo su madre, y viendo que estaba bastante alterada, decidió marcharse del apartamento. Indicó que él, como había estado en contacto con los vecinos, les pidió que le abrieran la reja para salir. Dijo que esto estaba planificado así con uno de los vecinos, porque sabía que el comportamiento de su mamá podía ser difícil de manejar.

“Salí y me fui a mi casa, y el día siguiente, viernes 21 de agosto a las 10 de la noche se presenta una comisión del Cicpc en mi casa, manifestándome que había una denuncia en mi contra por violencia de género y robo. Fui a la sede de Santa Mónica, y expuse los hechos. Ella cometió simulación de hecho punible y eso está penado, no hay una prueba, porque ella habla de unos golpes, de unos celulares, de unos dólares, no hay una sola prueba de que le hice ese daño físico, ni ningún daño al patrimonio de mi mamá”, afirmó Gustavo Enrique.

¿Usted anda armado, la apuntó con un arma en la cabeza?

“Jamás en mi vida he tenido un arma en mi mano, bueno, sí he tenido escopetas de colección, tengo una foto con una escopeta de esas, pero nunca he accionado un arma y no poseo armas, no tengo licencias para tener armas, ni nada por el estilo”.

Gustavo Enrique, tal y como indicó María Gabriela, sí ingresó a la residencia acompañado con otra persona. Según era para que se quedara en la plata baja del edificio, por si algo salía mal, para que sirviera de testigo.

Gustavo Enrique dice que ejerció su derecho a réplica porque varios medios de comunicación, incluyendo El Estímulo, escribieron sobre el hecho que narró su madre vía Twitter.

“Si a mí no me nombraran en la nota, yo no pediría el derecho a réplica, porque yo no soy defensor del pueblo de nadie, yo no sé qué sentimientos hay en sus acusaciones”, dijo Gustavo Enrique, haciendo alusión a los señalamientos que hace su madre contra Gustavo Mirabal y el resto de su familia, de vivir con dinero que presuntamente pertenecen al Tesoro venezolano.

Gustavo Enrique tiene 30 años y estudia derecho en la UCAB. Manifestó que su madre hace 8 años fue ingresada por 22 días en el centro psiquiátrico Fundación Humana, ubicada en Los Chorros, en Caracas, y donde le habrían diagnosticado trastorno de bipolaridad y trastorno de personalidad.

“Ella decidió no aceptar esa realidad y no tomar la medicación que le habían recetado. Yo creo que esa irresponsabilidad de su parte le ocasionó que tuviera tantos conflictos. No sé si ella te comentó que tiene ese juicio con el señor del PH-B y que estuvo detenida hace dos años por la denuncia de sus mismos vecinos en la sede del Cicpc de Chacao”, dijo Gustavo Enrique.

“Ella es María Gabriela Mirabal Castro. Consigue un Mirabal o un Castro que salga en las redes sociales, en lo que tú quieras, que diga María Gabriela es una persona que no tiene ningún tipo de problemas y es una persona intachable. No lo vas a conseguir. Ella se excusa de que a nosotros nos compraron y habla de mi abuelo y mi tío, que nos compraron a todos. Ella dice que yo fui a los Estados Unidos hace tres años por unos problemas de drogas, a mí se me venció la visa en 2005 y la última vez que fui a Estados Unidos fue en 2002. Ella manifiesta en algunas entrevistas que es abogada y eso es falso, que Henry Ramos Allup fue su tutor de tesis y eso es falso, realmente aquí se podría percibir una condición psiquiátrica”, manifestó Gustavo Enrique.

El sobrino de Gustavo Mirabal aseguró que ha vivido toda su vida en Caracas y que “una vez al año o una vez cada dos años” viaja a España a visitar a su familia, abuelos y tías que desde hace algunos años residen en este país. “De resto, vivo al lado de los bloques de La Trinidad, ¿dónde están los millones, cómo me compraron a mí?”, afirmó.

¿Qué sabe usted de la supuesta complicidad de su tío Gustavo Mirabal con Alejandro Andrade?

“Yo te voy a ser sincero, la amistad entre el señor Alejandro Andrade y mi tío Gustavo Mirabal Castro sí existía. Pero hasta donde yo sé era por amor a la equitación ya que los dos hijos de ellos, Emanuel Andrade y mi prima María Emilia Mirabal, competían en el mismo nivel».

“Con Leonardo González (expresidente del BIV) sí había una amistad. De hecho, él es el padrino de tres de los cuatro hijos de mi tío, pero qué hacía y qué no hacía, realmente no lo sé. Ya eso quedará de parte de él, si en algún momento se le culpa de algo”.

“Ella dijo que había participado en el juicio contra Alejandro Andrade en Estados Unidos. Yo la reto a mostrar su pasaporte donde se vea su salida hacia los Estados Unidos porque el juicio contra Andrade terminó en noviembre de 2019. Que ella demuestre que fue para allá, te apuesto que no lo va a hacer, porque ¿qué va a decir? ¿Que le dieron un permiso especial, el gobierno bolivariano, chavista, para que fuera a Estados Unidos a hablar mal contra uno de los personeros más importantes de su revolución? Yo no lo creo. En esa fecha, ella tenía prohibición de salida del país”.

¿Tu tío (Gustavo Mirabal Castro) si compró aviones y carros de lujo?

“Yo sí me monté en unos aviones, vuelos chárters, para ir a Los Roques y República Dominicana, en viajes que hacíamos una vez al año cuando coincidían las vacaciones de sus hijos. Jamás me monté en un avión que él me dijera, mira este es mi avión. A mi sí me regalaron un carro, primero mis abuelos me regalaron un Volkswagen Polo y mi mamá, que había estrellado una camioneta que tenía, le dijo a mi abuelo que le firmara el carro a ella y que después con sus ahorros me lo regresaba y ella se compraba otro. No hizo eso. En menos de una semana, lo vendió, completó con los ahorros que tenía y se compró una Wagoneer Limited. Eso generó malestar para la familia”.

“Y sí, mi tío me regaló un Mercedes 1991, no era un último modelo, que un día echaba varilla y el otro también. Fueron más los días en un taller de los que yo lo disfruté”.

Gustavo Enrique Arrieche Mirabal, durante las protestas en Caracas, 2017. (Foto Cortesía)

¿Los apartamentos en Dubai, no existen tampoco?

“Él vive en Dubai, pero yo no he ido, desde hace poco él vive en Dubai. Él vivía en Madrid”.

¿Por qué se mudó allá, qué hace allá?

“De verdad no lo sé, yo nunca he sabido que hace él. Eso es lo que la gente no entiende, él no es mi papá, él es un tío, que veo si acaso una vez al año o una vez cada dos años. Sí te puedo decir que vive en Dubai, que sí vivía en Madrid, en La Moraleja, pero nunca he ido a Dubai. Yo no conocí eso que dicen de Wellington, de West Palm Beach, no conocí lo que dicen del Trump Plaza, no sé si es verdad. Sí tenía en Wellington y sí tenía una casa de playa”.

¿Qué hacía tu tío para tener esas propiedades, en qué trabaja?

“A mí me da la impresión de que él está retirado, porque yo nunca he escuchado, mira tengo que ir a… sé que tenía una oficina en España, fui en unas ocasiones a esa oficina, pero era más que todo como para reuniones, se reunía con su primo y sus abogados, eran cuestiones como rápidas, más allá te estaría mintiendo. Que yo te diga, es que él se dedica a la construcción, no lo sé, que él se dedica a vender carros, no lo sé, realmente de corazón, no lo sé”, sostiene.

Aseguró que sus abuelos viven alquilados en Madrid. “Mi abuelo de manera jocosa dice que si llega a los 90 años (tiene 82) y sigue vivo, va a tener que ahorcarse porque ya los reales no le dan para seguir pagando las cuestiones. Él hizo su tabla con los gastos mensuales que tiene y si él llega a los 90 años va a tener que ahorcarse. Él vendió su apartamento en Colinas de San Román que es lo que le permite vivir los últimos años que le quedan”, agrega.

Gustavo Enrique manifestó que es comerciante y que retomó después de algunos años sus estudios en la carrera de derecho. Indicó que está emprendiendo en la venta de tequeños. Además, aseveró que en el mundo del derecho hizo muchas amistades y que siempre le solicitan sus servicios para redactar documentos mercantiles.

Comentó durante la entrevista que fue arrestado en 2017 por protestar contra el régimen de Nicolás Maduro. Su aprehensión se llevó a cabo en El Rosal el día 29 de junio de ese año y le imputaron alteración del orden público en el tribunal 44  de control de Caracas. El abogado penalista, Guillermo Sabino, confirmó desde España a El Estímulo, que sí defendió a Gustavo Enrique en los tribunales civiles de Caracas.

Otras fuentes allegadas al caso también confirmaron a El Estímulo que Gustavo Enrique recibía pocas visitas en prisión, y sus amigos se las arreglaban para llevarle medicinas indicadas para combatir una acidez gástrica crónica.

Gustabo Enrique Arrieche Mirabal (Foto, cortesía)
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