Opinión

Yo no firmo el Decreto Obama

La semana pasada el Presidente Nicolás Maduro anunció que se han recolectado cerca de 3 millones de firmas en rechazo a las sanciones impuestas por el Presidente de los EEUU a funcionarios venezolanos. Del mismo modo la diputada de la Asamblea Nacional, Tania Díaz, está convencida de que para el 9 de abril, Maduro tendrá 10 millones de firmas. ¿Y cómo no? Si el epítome revolucionario en Cuba abrió, en la Casa Museo Simón Bolívar de La Habana, un punto rojo para la recolección de rúbricas 

Composición fotográfica: Mercedes Rojas Páez-Pumar
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Bajo la campaña “Venezuela no es una amenaza, somos esperanza”, el mandatario venezolano busca recoger el máximo número de firmas para entregárselas al Sr. Obama cuando se encuentren cara a cara en la VII Cumbre de las Américas a celebrarse en Panamá los días 10 y 11 de abril.

En su programa “Contacto con Maduro”, el Presidente anunció que el Polo Patriótico iría casa por casa a recoger firmas en contra de la orden ejecutiva de la Casa Blanca, la cual ha catalogado a Venezuela como una amenaza para los intereses de los Estados Unidos.

Reconozco que ser considerados una amenaza por los Estados Unidos es algo exagerado. Solo basta con ver la gordura de nuestros más altos oficiales de las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas para saber que de haber un conflicto, a ellos se les dificultará hasta correr. Si en algo podemos ser considerados una amenaza es en nuestro modelo económico y social. Que me perdone el “rodilla en tierra” pero yo ando “recostado en pared” de un supermercado.

Yo no pienso firmar nada en contra de las sanciones impuestas por los Estados Unidos. Sé que esto me hace un traidor la patria porque como bien dijo Diosdado Cabello en días pasados: “Venezolano que no esté dispuesto a defender la patria, seguramente está dispuesto a ser un enemigo y como tal debe ser tratado”. Eso podrá ser cierto, pero la bandera que ondea ilógicamente dentro del Panteón Nacional junto a las otras banderas de naciones liberadas por Simón Bolívar no es la de Estados Unidos, sino la de Cuba. Si vamos a hablar de imperialismos coloniales, hablemos primero de Cuba.

No firmaré en contra del decreto Obama porque considero que los funcionarios nombrados por los Estados Unidos deben ser investigados también por Venezuela. No es posible que quienes son sancionados por presunciones graves de violación a derechos humanos sean condecorados como héroes de la patria. De abrirse una investigación seria e imparcial donde se compruebe que si cometieron delitos en contra de los derechos humanos, pues entonces ¡fuera señor Obama! ¡Metiche! ¿El Estado venezolano ordenó investigación alguna contra los implicados? No, solamente les regaló ministerios.

No firmaré en contra del decreto Obama porque ya basta de culpar a otro país por nuestros fracasos. Al terminar el 2015 Venezuela tendrá el mismo número de pobres que tenía en el año 2000 según Provea. Cualquier legado social que dejó Hugo Chávez, incluso el ínfimo aporte de una misión social, se esfuma este mismo año. ¿Dónde están los reales? ¿Quién se benefició?

A los pocos obsesionados con el socialismo les obsesionó más su propia riqueza personal que la riqueza del colectivo. Aquí todos conocemos a alguien que se hizo absurdamente rico con este gobierno. Si yo firmo por algo, firmo para que se investiguen a todos aquellos a los que Cadivi les aprobó dólares para invertir en el país y lo invirtieron en una cancha de polo. ¡Eso sí es traición a la patria!

No firmaré en contra del decreto Obama porque el hacerlo implica que yo estoy de acuerdo con hacer cola para conseguir productos, rellenar carpetas para acceder a mis reales, esperar por una camilla en un hospital, e inventarme remedios medicinales caseros para curar a mis enfermos. No firmaré en contra del decreto Obama porque no creo que un país sea democrático con presos políticos en sus cárceles. No firmaré en contra del decreto Obama porque no es el imperio quien asesina y roba a los míos; es el hampa en la esquina.

No, no firmaré en contra del decreto Obama. Bien venezolano soy y bien venezolano quiero ser siempre. Pero me niego a ser el venezolano que la Revolución Bolivariana quiere que sea. Si hay una sanción por no hacerlo, ya sea la cárcel, el rechazo o el éxodo, pues díganme donde me entrego, pero en ninguna planilla firmo y a mi casa no entran.

Venezuela no está amenazada por Barack Obama, no. Venezuela está amenazada por las acciones y omisiones de un Gobierno cementado en el poder que regaló la Patria y que cree que con firmas consigue respeto. Buena suerte, camaradas. Firmas consiguen, seguro. Pero eso no trae ni harina, ni leche, ni paz, ni progreso. Mucho menos, mi respeto.

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