Opinión

Disciplina: la clave para crecer

El coach Ricardo Adrianza expone las ventajas de tener disciplina y da tres recomendaciones para cultivarla

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Disciplina
Foto George Ketselashvili / Pexels

Existen estudios que demuestran que las personas con autodisciplina son más felices. No sé si esto es totalmente cierto pues el contexto de cada uno es diferente y nuestra propia percepción de la felicidad también, pero lo que si es cierto es que la disciplina es un factor clave para alcanzar nuestros objetivos personales y profesionales.

No es ningún secreto que, aunque te dediques a algo que te gusta, siempre hay aspectos o actividades que –aunque son necesarias para el logro de un determinado objetivo– te aburren o te cuestan más porque quizás te lleven algún tiempo, o piensas que son pasos innecesarios, o simplemente no te sientes cómodo con esa parte puntual del proceso.

Por ejemplo, les pasa a muchas personas cuando deben escribir algo o plasmar todas sus ideas en un texto escrito. En la mente todo suena muy bien, pero esquematizarlo de manera escrita siempre conlleva un esfuerzo para lograr que el lector coincida con lo que se pretende expresar.

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Foto Sales Navigator / Pexels

No es mi caso. He descubierto que la escritura es parte de mi propósito de vida y la asumo como práctica habitual para escribir historias y resaltar valores que sirvan para dejar un legado a mis descendientes y logre impactar en la sociedad de manera positiva. Sin embargo, el proceso de planificación mental que acarrea escribir con regularidad – cada semana– combinados con mis actividades profesionales, implica un esfuerzo importante que solo puedo superar poniendo en práctica la disciplina.

Ahora bien, entrando en materia y por su importancia como factor clave para alcanzar nuestros objetivos, compartiré mi visión sobre la influencia de la disciplina en nuestro crecimiento y en el logro de objetivos; así como, algunos aspectos que debemos considerar para incorporarla como motor al desarrollar algún proyecto que demande esfuerzo y tiempo.

Si alguna vez has leído alguno de mis artículos – espero que así sea – sabes que soy consecuente en compartir las definiciones de lo que pretendo escribir o desarrollar. Hacerlo, me permite contextualizar su entendimiento y desarrollar de mejor manera las ideas y conclusiones.

Entonces, por disciplina entendemos al conjunto de reglas o normas cuyo cumplimiento de manera constante conducen a cierto resultado, esto último, sin miramientos, lo fundamental que deseo destacar.

Por tanto, diría, que la disciplina forja hábitos, y fortalece el carácter para encaminarnos a la consecución de objetivos. ¿Cómo estimularla? Aquí te dejo tres consejos, entre muchos:

Sé consciente de tus debilidades

No intentes esconder donde eres vulnerable. Se consciente de tus defectos e incorpóralos en tu inventario de aspectos a corregir. Cuando lo haces, trabajas en ello y consigues –con la práctica habitual– vencerlos.

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Foto Aнна рыжкова / Pexels

Según un estudio de la Universidad de Stanford, la cantidad de fuerza de voluntad que tiene una persona está predeterminada por lo que concibe. Por lo tanto, si no te limitas, es muy probable incorporar disciplina en tus días y alcanzar tus metas.

Elimina las distracciones

Hay un refrán que dice: «Fuera de la vista, fuera de la mente». Esta frase contiene un consejo muy potente. Si vas a dedicar tus esfuerzos a algo que requiera concentración, procura centrar toda tu atención en lo que haces, lo que significa, entre otras, evitar el uso de redes sociales.

Si por alguna razón te resulta difícil desprenderte de ello, aléjalas de tu entorno y recomienza la tarea. ¡Cuántas menos distracciones tengas, más enfocado estarás en lograr tus metas!

Planifica tus tareas

A mí me funciona bastante bien visualizar mi día y las actividades que debo emprender para avanzar en los asuntos que deba desarrollar o tenga pendientes. Tomarse un tiempo prudencial para planificarlas es muy importante, pero comenzarlas es la clave.

Foto Startup Stock Photos / Pexels

Obliga a tu mente a prestar la atención necesaria. Crear hábitos de trabajo puede ser desalentador al inicio, pero te aseguro que puedes alcanzar tus metas a través de pequeños pasos o planteando pequeños objetivos. Comienza por concentrarte media hora cada vez, y así de manera casual, extenderás el tiempo de concentración de manera habitual. ¡Tener un plan claro marcará cada paso que debes dar para alcanzar tus metas!

Algunos consultores también recomiendan tener un plan alternativo o lo que llaman comúnmente plan “B”. Si bien, tenerlo es recomendable, mi mayor aspiración es que tomes como premisa principal para construir tu disciplina, obligarte a ejecutar la acción o tarea. Si no tienes éxito al primer intento, tu mejor plan es intentarlo de nuevo.

Cuando escribo estas líneas los imagino pensando que de la manera que lo expongo parece muy fácil. No digo que lo sea, solo reto tu disposición y procuro mi mejor consejo para lograrlo.

Por lo tanto, porque sé que es muy difícil, no olvides recompensarte por los pequeños pasos y objetivos logrados que coadyuven a incorporar la disciplina y hábitos en cada proyecto que emprendas. ¡No hay mayor satisfacción que la sensación del objetivo cumplido!

Además, cuando alcances tus metas, buscarás nuevos objetivos para seguir avanzando en el largo camino de alcanzar la excelencia profesional.

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