Opinión

Estrategias para mejorar la salud laboral

Es necesario que las organizaciones entiendan su influencia en el bienestar y la salud emocional de los empleados. El coach Ricardo Adrianza da claves para mejorar el ambiente corporativo

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La salud mental es un hecho cada vez más importante dentro y fuera de las compañías. Datos de la Organización Mundial de Salud apuntan que, a nivel mundial, una de cada cuatro personas sufre de enfermedades neuropsicológicas en algún momento de la vida. Depresión y trastornos relacionados, por ejemplo, ocupan un lugar importante en el ranking de los males globales, con expectativas de seguir escalando.

Por otra parte, como hemos comentado en reiteradas oportunidades, la crisis del coronavirus ha convertido la salud mental en una de las principales preocupaciones. Y no es para menos, la pandemia ha suscitado en un gran porcentaje de la población mundial temor a la muerte y, en otros casos, la pérdida de empleo con los agravantes en la estabilidad emocional que esto ocasiona en las familias.

Esta situación no escapa de los espacios de trabajo y se presenta con más frecuencia de la que entendemos. El análisis hecho por la OMS apunta que un ambiente de trabajo considerado “malo” o “negativo” puede afectar directamente la salud mental de las personas, generando problemas tales como alto nivel de estrés, trastornos de ansiedad, depresión y en algunos casos, dependencia química. Consecuentemente, la baja productividad e incremento de los índices de ausentismo, ambos asuntos muy perjudiciales para las empresas.

De allí que sea necesario entender el papel de las organizaciones, en cabeza de sus departamentos de recursos humanos, de la influencia del bienestar de los empleados y su salud emocional en el ambiente corporativo.

No olvidemos que los empleados invierten un tercio de su tiempo al día en las actividades laborales y que la frecuencia de las distorsiones que produce este “agotamiento emocional” afectan los costos y el clima laboral de las empresas.

¿Qué hacer?

No solo, como hemos citado, la disminución de la productividad y el ausentismo son factores. A estos podemos sumar muchos otros, como el incremento en el índice de rotación de personal, pérdida de calidad en el trabajo, afectación de clientes por entrega de informes a destiempo y aumento de los gastos relacionados con la salud, son ejemplos del impacto de la enfermedad emocional en las empresas.

Por lo tanto, es un diferencial estratégico reflexionar sobre las buenas prácticas y las políticas sobre calidad de vida en una compañía: ¿Cómo debe abordar el liderazgo el tema de la salud mental?

Posiblemente existan muchos enfoques científicos a esto, y atreverse a recomendar acciones contundentes para combatir este problema resulte una osadía. Pero de lo que si estoy seguro es de la responsabilidad de los líderes en educarse en las mejores formas de gestionarlo y ejecutar sus habilidades sociales –como la autoconciencia y la empatía– para sumar a la estabilidad corporativa.

Entonces, ¿cuáles estrategias podemos utilizar para mejorar la salud mental de los trabajadores?

1. Conectar con tu gente

El apoyo a la salud mental de las personas debe ser individualizado. No es suficiente limitarse al «¿cómo estás?».

Es necesario adoptar una mentalidad de “indagar” en lugar de solo “preguntar”, con el lógico respeto, ya que la disposición de los colaboradores para compartir sus emociones varía enormemente.

Foto Craig Adderley / Pexels

¡No todos los problemas son iguales, ni todas las personas son iguales!

Conecte con su gente de forma individual para saber cómo ayudar al bienestar emocional. Tómese su tiempo para esto, los resultados y los empleados lo agradecerán.

2. Sea un líder vulnerable

Mostrarte humano es una buena forma de acercarte a tu personal. Los líderes no somos inmunes a los embates de la covid-19, o de los asuntos que nos perturban para alcanzar el bienestar personal.

Al igual que modelan otros comportamientos críticos, los líderes deben marcar la pauta en materia de salud mental. Si los gerentes y ejecutivos quieren que su gente sea sincera sobre los problemas de salud mental, para que puedan ser abordados, la autorrevelación es una estupenda manera de empezar.

3. Sea flexible en lugar de seguir las normas

Esta estrategia supone ser flexible y apostar por la generosidad. Empaparse de lo que la gente necesita y cuales elementos son perturbadores a la hora de ejecutar el trabajo es el primer paso, para luego poner en práctica las acciones y garantizar la sanidad emocional de sus colaboradores.

Las normas existen y deben cumplirse, sin embargo, un poco de comprensión en momentos aciagos da siempre un extra en la relación.

salud

Un ejemplo de esto –aunque parezca tonto– sería flexibilizar el código de vestimenta en aquellas ocasiones donde no se involucre visitas al cliente. Otras, como el teletrabajo, son muestras de flexibilidad aun cuando la exigencia del trabajo presencial, en muchos casos, ya es una realidad.

Hacer lo correcto para tus equipos no requiere de mucho esfuerzo, simplemente mostrarte más cercano.

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