Cakawa Chocolatería elaboró dos tabletas, al 71 y 73% de pureza, con granos de la finca La Chiquinquirá en Pedraza, y las envolvió en empaques de lujo con imágenes de los diablos danzantes, patrimonio inmaterial de la humanidad. Estos chocolates luego se venderán en España y Francia
El cacao de Barinas es como un secreto que comienza a revelarse en la chocolatería venezolana. Se destaca por sus marcados aromas y sabores florales y frutales, y por su suavidad natural, pues el amargo y astringencia de sus granos son más leves que los de otras partes del país. Es un cacao que no necesita mucho azúcar para ofrecer dulzura y que, por sí mismo, despliega mucha riqueza sensorial.
Todo esto lo da la tierra de Barinas pero hacen falta productores de cacao con buenas prácticas para poder preservar esos aromas y sabores. La familia Tunarosa tiene más de 100 años y cuatro generaciones cultivando cacao en su finca La Chiquinquirá, en el municipio barinés de Pedraza, con tanto éxito que incluso están asesorando y cediendo sus plántulas a agricultores de estados vecinos.
La chocolatería Cakawa lleva 5 años produciendo tabletas bean to bar con granos que seleccionan en fincas de todo el país. Este año creó dos tabletas con cacao de la finca de los Tunarosa, que llevarán al Salon du Chocolat que se celebrará en Porte de Versailles, en París, entre el 28 de octubre y el 1 de noviembre de este 2023.
Las tabletas están elaboradas con un alto grado de pureza de cacao, al 71 y 73%, para respetar las cualidades sensoriales propias de los granos, cosechados en marzo de 2023.
«Tenemos mucha confianza en el cacao de los Tunarosa. La del Salón du Chocolat es una gran apuesta, que requiere de una inversión importante, por lo que tenemos que ir con un cacao seguro», explica Soraya Achkar, fundadora y una de las maestras chocolateras de Cakawa.
No es la primera vez que Cakawa y los Tunarosa trabajan juntos. De hecho, en 2020 ganaron un premio también en París, en el concurso de la Agencia para la Valorización de Productos Agrícolas, AVPA, con un chocolate al 67% elaborado con granos de esta finca La Chiquinquirá.
«Una de las cosas que más nos gusta de este cacao es que los sabores del grano, que son muy particulares, continúan al transformarlo en chocolate», agrega Soraya.
Y es cierto. Al dejar fundir en boca un trozo de esa barra (que, además, funde muy rápidamente), se produce un desfile de distintas notas gustativas: uvas pasas, ciruela, nueces, miel… y revela sedosidad y muy poca astringencia. Además, la permanencia del sabor es prolongada, es decir, queda en boca aún después de haber pasado el chocolate.
«Es un chocolate, además, honesto. Es decir, solo tiene cacao de la finca La Chiquinquirá en Barinas, manteca de cacao y el porcentaje de azúcar que dice la etiqueta. Más nada. Por otra parte, todo lo que se gana de la venta de las tabletas se reparte entre Cakawa y los productores, porque nosotros trabajamos directamente con ellos, sin intermediarios», expresa la maestra chocolatera.
Por las características de su sabor, este chocolate con cacao de Barinas se puede consumir solo o armonizando muchas clases de comidas y bebidas. «Va bien con embutidos curados, quesos madurados, con té, con café, con rones o digestivos», enumera Soraya.
El Salon du chocolat es un evento donde se dejan ver los mejores exponentes de cacao del mundo, así que el traje que se lleva también debe ser de gala. Por ello, los chocolates de Barinas se vistieron con un empaque de lujo, que destaca su origen y porcentaje de pureza en brillantes letras doradas y que luego muestra, a full color, una imagen de los diablos danzantes venezolanos, declarados patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por parte de la Unesco.
Aunque solo son dos tipos de chocolates, al 71 y 73%, los empaques son cuatro diferentes. Al abrirlos, se puede leer más sobre la trazabilidad del producto, la historia de la familia Tunarosa y una breve explicación de la tradición religiosa y cultural de los diablos danzantes, que al final se rinden ante el poder de Dios.
Esta edición especial del chocolate de Barinas, en empaque de lujo, solo estará disponible en Europa. Para el Salon du Chocolat, Cakawa elaboró 12.000 tabletas, que se exportarán la próxima semana e ingresarán por España, para luego seguir su viaje rumbo a París.
«Las etiquetas nutricionales las hicimos según los requerimientos españoles, que son los europeos, y que son estrictos», muestra Soraya.
En el Salon du Chocolat en Versailles, los chocolates se exhibirán en un colorido stand. Las tabletas de Barinas serán las protagonistas, pero compartirán espacio también con cacao de la misma finca de los Tunarosa y con otros productos de Cakawa como Cacao Vital, que son granos, también de Barinas, recubiertos de chocolate oscuro.
Para los asistentes al Salon du Chocolat, entre los que se cuentan especialistas internacionales del cacao, Cakawa ha preparado muestras para que puedan saborear un poco de Barinas durante su visita.
Después del Salon du Chocolat, las tabletas restantes serán ofrecidas a distribuidores de chocolates de Francia, España y, probablemente, de otros países. Esto con el fin de dar visibilidad al cacao fino venezolano y, también, a la cultura local. Los distribuidores podrán adquirir desde dos cajas pequeñas, con 12 tabletas de 71 o 73% cada una, o una caja con 144 tabletas.
«Hacemos un llamado a los venezolanos en esos países para que busquen este chocolate que representa el arraigo con el país, tanto por el cacao como por la tradición de los diablos danzantes», comenta Soraya. Más información por www.cakawa.com y @vecakawa en Instagram
Con apoyo de Nestlé Venezuela, 70 productores del municipio iniciarán sus plantaciones de cacao
Dos venezolanas proponen el camino inverso del bean-to-bar: con la compra de una tableta de su chocolate se apadrina una planta de cacao
Por primera vez, las tabletas de Azú Chocolate se miden en una competencia internacional, el Northwest Festival, en Estados Unidos
