¿De qué color debe estar el plátano para hacer unas buenas tajadas? ¿Cuánto tiempo se fríen? ¿Y cuántas veces se voltean? Compartimos los tips de dos expertos para lograr unas tajadas suaves pero sin desbaratarse, y con sus bordes caramelizados
Las tajadas son de los acompañamientos favoritos de todos, vienen bien con cualquier carne, como guarnición junto con arroz, yuca o papas, o solitas con queso. Tienen tanta personalidad gustativa que incluso brillan adentro de una empanada. Y aunque cualquiera puede freír una rebanada de plátano, hay que reconocer que algunas son mejores que otras.
Unas buenas tajadas deben ser dulces, por el plátano maduro, suaves pero sin desbaratarse, con los bordes delicadamente caramelizados y, por supuesto, no deben estar quemadas. Así que… ¿cómo lograr que salgan perfectas?
Juntamos la opinión de dos expertos y armamos el paso a paso para preparar unas tajadas perfectas. Nuestros expertos son don Armando Scannone, autor de Mi cocina a la manera de Caracas, y la señora María Dos Santos quien, por muchos años estuvo frente a los fogones del cafetín de la Universidad Católica Andrés Bello e hizo plátano frito todos los días. En 2019 y para Bienmesabe, María le confió sus secretos a la periodista Isabella Reimi, y ahora los recuperamos.
Los secretos de unas buenas tajadas
1. Los plátanos tienen que estar amarillos y manchados de negro. La señora María Dos Santos dice que esto garantiza el punto de madurez necesario sin que se desbaraten al freír. Además, permite que los bordes se caramelicen.
2. Para hacer tajadas largas, el corte del plátano debe ser de manera diagonal, con un grosor de un centímetro, coinciden don Armando Scannone y la señora María Dos Santos.
3. El plátano ya cortado se echa al caldero, sartén o freídora cuando el aceite está bien caliente, apunta la señora María.
4. Scannone dice que se deben freír unos 5 minutos en total, dándoles la vuelta 2 ó 3 veces. No se descuidan jamás y nunca en la vida porque se queman en un momentico.
4. Cuando están doradas oscuras, o del color que más te gusten, se sacan con una cuchara perforada y se ponen a escurrir en una rejilla o en papel absorbente.
Se pueden servir solas, pero también con su querido queso blanco, sea tipo llanero, duro o palmita, bien fresco, que le aporte el balance salado.
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