Recién elaborado, aun tibio, o frío espolvoreado con un sutil polvillo de canela y guardando el delicado aroma de la vainilla o el limón, el arroz con leche traspasó fronteras y deja a más de uno anhelando otro bocado de este platillo que a Venezuela llegó durante la colonización
La herencia hispana está sin duda presente en los recetarios de Venezuela. Uno de los emblemas de esa influencia es el arroz con leche, sencillo y elaborado con pocos ingredientes, pero un plato fundamental en la dulcería venezolana.
Elaborado con arroz, solo se pudo encaramar en los fogones patrios después del segundo viaje a Colón a estas tierras de las Indias occidentales.
Así mismo, la necesaria leche obtenida del ganado vacuno llegó en carabelas y galerones desde el otro lado del océano.
Habría que esperar un poco el arribo de la caña de azúcar para completar el triduo básico de ingredientes del arroz con leche, la canela o la vainilla serán incorporaciones posteriores.
Las primeras ollas en Venezuela que dedicaron a espesar el dulce manjar probablemente usaron la panela o el papelón para endulzar, pues estos eran ingredientes más abundantes y económicos que la costosa azúcar refinada.
Algunos autores ubican el origen de esta preparación en Asia, región que hoy día sigue elaborando multitud de preparaciones a partir del arroz, luego por la ruta de la seda y las especias llegó a Europa.
En el viejo continente se hizo popular en casi todos los países, por ejemplo, señala el libro Cocinar a la venezolana (Caracas, 2001). En Andalucía se hizo especialmente popular espolvoreado con canela, de allí dio el salto sobre las aguas del Atlántico.
Enumerado entre los inventarios de mercancía disponible en pulperías y azafates de dulceros, el arroz con leche, acompañado de la melodiosa rima de infancia «me quiero casar», se hizo rápidamente un espacio en el estómago venezolano.
Pareciera que el dulce condumio se disfrutó originalmente en los tiempos de cuaresma y Semana Santa pero su popularidad se extendió por todo el país a la par de su consumo en cualquier época del año.
Recién elaborado, aun tibio, o frío espolvoreado con un sutil polvillo de canela y guardando el delicado aroma de la vainilla o el limón, el arroz con leche traspasó fronteras y deja a más de uno anhelando otro bocado de este platillo que, según la rima infantil, parece una especie de Tinder culinario.
Rubén Santiago, cocinero trujillano, remozó y refinó la receta de cuajado de su amiga Juanita de Prieto, haciendo cambios significativos que además facilitan el ingreso de este plato oriental a la mesa pública
Se dice que el chupe lo probó Bolívar y también Manuelita Saenz, que viajó por distintos países de Los Andes hasta convertirse en otro de los platillos emblemáticos de la cocina venezolana. Estos son algunos datos de su historia