Eventos

La alta cocina de los hermanos Roca abre el apetito en la Berlinale

Los hermanos Roca, propietarios del segundo mejor restaurante del mundo, El Celler de Can Roca, presentaron hoy en la Berlinale su viaje culinario por seis ciudades de cuatro países americanos, una "experiencia inédita" inmortalizada en un documental que celebra esta noche su estreno mundial

Texto Elena Garuz
Publicidad

Según Joan Roca, este viaje ha sido para él, al igual que para sus hermanos Josep y Jordi, «muy enriquecedor» y ha permitido abrir al mundo «una nueva forma de entender la internacionalización de la cocina, de un restaurante».
En un encuentro con la prensa en el marco de la Berlinale, el chef subrayó que el proyecto de cerrar por cinco semanas El Celler de Can Roca para hacerlo itinerante, precisamente tiene sentido por el hecho de no haber abierto otros restaurantes en el mundo.
El viaje consistió en ir a Houston, Dallas, México DF, Monterrey, Bogotá y Lima y tratar de imaginar cómo sería El Celler de Can Roca en cada una de esas ciudades, «con lo que eso conlleva de aprendizaje y de ejercicio de creatividad para plantear un menú parecido en cuanto a estructura» al de su restaurante, dijo.
Al mismo tiempo señaló que cree posible «conceptualizar una segunda marca» de una idea de cocina, y agregó que, no obstante, lo que no pueden replicar es su «restaurante emblema», por un «planteamiento de valores y de honestidad», ya que entienden que El Celler de Can Roca está asociado a ellos.
La idea del viaje surgió cuando la revista británica Restaurant encumbró al Celler como el mejor restaurante del mundo en 2013 -al año siguiente descendió a la segunda posición-, explica.
«Y dices: ¿ahora qué?. El resto precisamente era salir de esa zona de confort, de ese momento, e imponernos un reto nuevo que era desplazarnos y empezar de nuevo en otro lugar, donde tuviéramos que hacer ese esfuerzo de conocer para poder plantear una nueva cocina», precisa.
El documental «Cooking Up a Tribute», dirigido por Luis González y Andrea Gómez, combina secuencias más pausadas, aquellas en las que aparecen los hermanos degustando productos nuevos o probando los platos preparados por sus cocineros, con momentos de absoluto trajín en la cocina, protagonizados por el resto del equipo.
«Es increíble a veces la tranquilidad con la que ellos iban por la cocina, mientras que en paralelo estaban los jefes, los aprendices, todos los cocineros que les ayudaban, con ese ajetreo. Realmente son dos ritmos completamente diferentes, pero sí, es real», aseguró Gómez.
Con ese mismo ritmo pausado y reflexivo, Roca explicó que entre los cocineros de todo el mundo existe «una sinergia, una complicidad y una generosidad», como la que queda reflejado en el documental.
«No hay nada mejor que ir con un anfitrión que conoce bien esa cocina», dijo al referirse a todos los colegas de oficio con los que se reunieron y cuyas escuelas visitaron.
Para Roca, lo más interesante que pueden compartir los cocineros es «el proceso creativo, porque es la parte divertida de la cocina, esa parte conceptual, es la que incentiva el diálogo».
«Y la cocina es diálogo. La cocina es un lenguaje que nos permite contar cosas y cuantas más herramientas tengas, cuantos más cocinas conozcas, más palabras tienes para construir un mensaje», agregó.
En este sentido, los hermanos Roca se trajeron de vuelta semillas con el fin de cultivar productos que conocieron durante su viaje y «enriquecer las despensas», porque lo que no harán, aseguró, es un sinsentido como «hacer viajar producto fresco».
El «gran descubrimiento» en su viaje fue Colombia, de la que les sorprendió profundamente «su gran diversidad y la gran cantidad de productos nuevos» para ellos, así como también las cocinas autóctonas, populares, «ricas y con una diversidad interesantísima».
Así como Perú y México ya son países consolidados, en Colombia «empieza a gestarse una revolución gastronómica importante», agregó.
Después de esta primera gira, los hermanos Roca ya se encuentran preparando la próxima, pues se trata de un proyecto a tres años.
«Este año tenemos muchas ganas de plantear el reto de ir a Turquía y ver el Mediterráneo desde otra óptica», avanzó Roca, a pocas horas del estreno del documental, que se proyecta dentro de la sección de «Cine culinario».
Para González, codirector del largometraje, el primer reto de hacer una película sobre gastronomía es el de tener que «acercar al espectador un mundos sensorial que es inabarcable, porque uno esta poniendo una imagen cuando la experiencia gastronómica es una experiencia en la que tienes que saborear y oler».

]]>

Publicidad
Publicidad