Gente del oficio

Franzo Marrufo, tecnología que sabe

“Las crisis siempre generan oportunidades”, señala Franzo Marrufo, director de Alimentos Orinoquia al preguntarle sobre ese salto que significó para él, y sus socios, pasar de ser empleados de la empresa estatal Petróleos de Venezuela a emprendedores de una industria de los alimentos

FOTO: PATRICK DOLANDE
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Para ellos fue muy obvio: años de experiencia en PDVSA desarrollando la orimulsión, entre otras investigaciones, debían ser aplicados en un producto que gustara al público venezolano: vinagretas. “Hicimos una tormenta de ideas con amigos y comenzamos a ver las competencias medulares de cada quien. Evaluamos nuestras fortalezas y llegamos a la conclusión de que debían ser emulsiones, suspensiones… pensamos en cosméticos, farmacia y hasta detergentes pero nos quedamos con los alimentos, la comida es algo que la gente siempre necesita”.
Un aderezo desarrollado por especialistas que hace apenas unos años eran las mentes que investigaban y vendían al mundo combustible de alta tecnología, no deber ser cualquier cosa y así se han empeñado en demostrarlo. “Empezamos cada quien en su cocina a desarrollar su idea. Primero picantes que son suspensiones, vinagretas que son emulsiones y la idea era luego cómo innovar… no queríamos sacar una que hiciera todo el mundo… de allí vino el concepto de hacerlos con base a frutas: piña, tamarindo, parchita, guayaba y mora”.
Ya han pasado 10 años desde que Franzo Marrufo, jubilado, ingeniero químico con especialidad en termodinámica aplicada, emprendiera con un grupo de cinco camaradas la empresa Alimentos Orinoquia —que hoy en día vende en casi todas las cadenas de supermercados de Venezuela, restaurantes, catering de aviones y hasta en el exterior.
“Nuestro dominio de la emulsión nos garantiza usar un mínimo de aceite. ¿Por qué? A mucha gente no les gustan las vinagretas con alto contenido de grasa y en nuestro caso las frutadas tienen 18% de aceite, mientras que una vinagreta convencional está en el orden del 50 o 60%”, explica Franzo no sin antes extenderse un poco sobre las micras de la gota de aceite y la tecnología que ha hecho eso posible. “La lengua lo que siente es untuosidad pero no grasa. Los cocineros no dominan esa técnica, ni tienen esta tecnología que de alguna manera deriva de la orimulsión”.
Las de Orinoquia son recetas de alta tecnología: “Nosotros desarrollamos nuestras propias máquinas, por ejemplo los mezcladores son diseños míos, aprovechamos que aquí hay artesanos que manejan la fabricación. Nosotros somos una empresa de tecnología que sirve a la industria de alimentos”, concluye.
Poco a poco han incorporado otros sabores y líneas a la marca Orinoquia sin salirse de su especialidad: “Cuando salimos al mercado lo hicimos con ocho productos: cuatro vinagretas, dos picantes y dos chutneys. Todo eso con sus permisos, con su selección de empaque, todos gustaron mucho y con el tiempo tuvimos que empezar a irnos a las tradicionales: césar, ranch, italiana, miel y mostaza”. Recientemente han incorporado productos para ayudar en la cocina a las amas de casa: Barbecue, Teriyaki, Asiática y una pasta de ají dulce para la que contaron con la colaboración del chef Victor Moreno.
“Cueza unos camarones y métalos en la vinagreta de tamarindo, es espectacular, esa es mi favorita”, subraya Franzo Marrufo un químico laureado por la UNESCO que por vueltas de la vida ahora desarrolla combustible para el cuerpo y el paladar.


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