Con 35 recetas alimentan oportunidades para migrantes venezolanos
El recetario “Sabe a Venezuela” de la ONG Humanitarian Action, es la colaboración desinteresada de 34 chefs venezolanos para que compatriotas aprendan inglés y superen las barreras del idioma en Trinidad & Tobago y Estados Unidos. Sabe a Venezuela se encuentra disponible en versión impresa a través de Amazon
La gastronomía se ha convertido en un tema de primer orden en la sociedad actual donde los libros de recetas resultan importantísimos en esa actividad, pero no solo enseñan a cocinar a los más inexpertos; recuerdan fórmulas y procedimientos culinarios y ganan premios y reconocimientos internacionales para sus autores, sino que sirven para aprender un idioma, en este caso, inglés.
Se ha escrito mucho sobre el fenómeno gastronómico, que va más allá de lo mediático, al convertir el cotidiano acto de preparar alimentos en un oficio cargado de arte, al reseñar su elaboración no solo como mera información sino para reconocer a todas las personas que cocinan, alcanzar un altísimo nivel y darle relevancia a ayudantes, cocineros amateurs, amas y “amos” de casa, aprendices, estudiantes de cocina, lo que ha generado que el acto gastronómico y todo lo que le atañe sea un tópico prioritario que ocupa la atención de la opinión pública mundial.
El estudio de la preponderancia de este tema se lo dejamos a los sociólogos, historiadores, escritores y periodistas de gastronomía. Pero hoy nos ocupa otra faceta de lo gastronómico, la solidaridad que genera.
En esta oportunidad nos referimos a lo que se ha convertido en ayuda humanitaria a migrantes venezolanos a través de la cocina con la publicación del recetario Sabe a Venezuela, iniciativa de la ONG Humanitarian Action, que dirige la periodista venezolana Marisela Castillo Apitz, radicada en Washington, quien ha logrado la participación de 34 chefs venezolanos y extranjeros con sus recetas.
Humanitarian Action es una ONG que comenzó a trabajar en 2016 dentro de Venezuela, atendiendo a los venezolanos que viven en zonas rurales y de alta criminalidad bajo el nombre de Acción por Venezuela.
En 2021 decidieron internacionalizar el trabajo para incluir a los migrantes y refugiados venezolanos. Posteriormente fue registrada en Estados Unidos bajo el nombre Humanitarian Action.
Aprender inglés para superar barreras
Con la compra de cada ejemplar de Sabe a Venezuela se ayuda a un migrante y refugiado venezolano que vive en Trinidad & Tobago y Estados Unidos para que obtenga una beca y sea capaz de dominar el idioma inglés.
De esta manera, la organización Humanitarian Action busca que el venezolano, que se encuentra viviendo en esos países, pueda comunicarse sin barreras y así consiga trabajo y logre un ascenso laboral que le permita independencia económica para conquistar sus sueños y tener una vida digna.
El inglés es un idioma universal que permite a migrantes comunicarse y por lo tanto acceder a trabajos mejor remunerados, a mejorar su capacitación y educación e insertarse a la sociedad. De esta manera se facilita el acceso a la educación que es un derecho de todos los que están en situación de refugiados.
“El idioma suele ser uno de los principales obstáculos que enfrentan los migrantes y refugiados a la hora de acceder al mercado laboral y la sociedad -explica Marisela Castillo- lo cual impacta de manera importante en sus oportunidades y posibilidades para reiniciar una vida con dignidad”.
“Desde Humanitarian Action -enfatiza Castillo- creemos que la educación es una necesidad básica para los refugiados ya que también promueve la resiliencia, la autoconfianza y ayuda a resolver las necesidades psicológicas y sociales de los niños afectados por conflictos”.
¿Cómo funciona esta ayuda humanitaria?
La directora de Humanitarian Action, Marisela Castillo, dio a conocer que el programa está dirigido a migrantes y refugiados mayores de 18 años; las clases se imparten de lunes a jueves, dos horas diarias de manera online.
Se puede participar desde cualquier parte. El becario solo necesita un dispositivo electrónico (computadora, iPad o teléfono inteligente), conexión a internet, un cuaderno de notas y bolígrafo o lápiz. Para renovar la beca exigen una asistencia de al menos el 85% de las clases.
“Los venezolanos que queremos becar -comenta Castillo- se encuentran en Trinidad & Tobago y Estados Unidos. Los migrantes que viven en territorio trinitobaguense son en su mayoría venezolanos procedentes de los estados Delta Amacuro y Sucre, mientras que actualmente, los migrantes venezolanos en Estados Unidos están llegando luego de cruzar la selva del Darién, y que según nuestros registros realizados por el equipo que los recibe en Washington DC, 53% de los venezolanos que atendemos tienen el bachillerato como último grado de estudio culminado y 27% solo alcanza el sexto grado de primaria”.
En la ONG Humanitarian Action actualmente hay más de 500 personas en lista de espera que se postularon para aprender inglés.
“Esto nos emociona mucho -dice Castillo- porque podemos ver el interés que tiene el venezolano en aprender y salir adelante. Sin embargo, tenemos un problema, que no tenemos los recursos para cubrir los costos”.
Solidaridad sin límites
El proceso de conseguir 35 recetas de reconocidos chefs venezolanos pudiera pensarse que fue muy complicado, pero cuando cada cocinero recibió el mensaje de ayuda de Humanitarian Action, la respuesta positiva no se hizo esperar y todos los contactados de inmediato se dieron a la tarea de enviar su fórmula culinaria preferida. Víctor Moreno envió dos.
En este sentido la escogencia de cada una de las recetas obedeció a diferentes situaciones personales de sus autores, como el recuerdo de un ser querido; momentos importantes de su vida o aquella que le abrió las puertas profesionales. En el texto, cada cocinero cuenta por qué la escogió, lo que convierte en algo que va más allá de un recetario, es un testimonio de vida y lo hace un libro de colección.
Marisela Castillo comenta emocionada que cuando enviaron el mensaje de ayuda donde explicaban el proyecto y la importancia de su incorporación al recetario para ayudar a los migrantes y refugiados venezolanos, la respuesta fue contundente y maravillosa.
“En la medida que iban respondiendo y diciendo que se querían sumar, la emoción de nosotros empezaba a crecer. Cada uno de los chefs que está en Sabe a Venezuela fue humilde y cercano”.
Las recetas y sus autores
La mejor promoción para ayudar a Humanitarian Action en la venta de Sabe a Venezuela es comunicar con cuáles fórmulas culinarias nos vamos a encontrar en el libro.
Arepa de reina pepiada. Ricardo Chaneton. Su restaurante en Hong Kong tiene una estrella Michelin. Arepa de chicharrón con mojo de cilantro. Federico Tischler. Premio Armando Scannone 2018 de la Academia Venezolana de Gastronomía. Arepitas dulces. Maru Aveledo Arroz aguadito con camarones y topping de vuelve a la vida. Ariana Pérez Asado negro. Daniel Álvarez Bollos pelones. Víctor Moreno. Tenedor de Oro 2007 de la Academia Venezolana de Gastronomía. Cachapa moderna. Edgar Leal. Tenedor de Oro 2014 de la Academia Venezolana de Gastronomía. Causa limeña de reina pepiada. Johnny Delgado Cazón. Damián Boada Hallacas. María Roscioli Pabellón criollo. Miguel López Pan campesino. Evelyn Aldana Pastel de chucho. Helena Moreno Pernil. Jorge Udelman Pimientos rellenos. Raymar Velásquez Pisca andina. Ray Hevia Polvorosa de pollo. José Militello Ñoquis al carbón. Abraham Casado Queso relleno. Sindy Lazo
Sopa de cebolla guayanesa. Gabriel García Luis
Tartaleta de morcilla con jalea de mango. José Antonio Casanova Tempeh negro y asado negro vegano. Giullio Gallucci Tequeños rosca. René González Trufas de morcilla. Tamara Rodríguez. Premio Armando Scannone 2010 de la Academia Venezolana de Gastronomía Arroz con leche. Anaísa López Chocolate puyao. Víctor Moreno. Tenedor de Oro 2007 de la Academia Venezolana de Gastronomía.
Conserva de coco. Mercedes Oropeza. Premio Armando Scannone 2009 de la Academia Venezolana de Gastronomía. Dulce de leche cortada. Alejandra Ramos Ispahan. Jesús Escalera Natillla Maita. Mariana Acosta Ponqué tradicional. Damelys Dadiotis Quesillo. Mónica Sahmkow
Tres leches de guayaba. Alejandra Utrera Tres leches clásico. Paola Sulbarán Torta melosa de queso. Cocó Polini
Venezuela está donde hay un compatriota
El prólogo de este humanitario libro de recetas de cocina fue escrito por la directora de la ONG Humanitarian Action, Marisela Castillo. Sus palabras no tienen desperdicio porque retrata el espíritu de la migración, el desarraigo y sufrimiento de lo que se dejó atrás, pero los recuerdos de aromas y sabores están grabados en la memoria de cada ser humano que debe dejar su país.
En este texto se recuerda lo que viaja con ese ser humano que decide buscar una mejor vida en otras latitudes. “Cuando se emigra no solo se lleva el pasaporte y el equipaje. Los venezolanos llevan a cuestas el alma de su tierra, que es la suma de todo lo que los rodea: la familia, los amigos, los sabores, los olores y los recuerdos. Un país se lleva en el corazón, se recuerda a diario, se sufre a diario, se ama a diario. Y más cuando se está lejos”. Y agregamos que se añora.
“Venezuela es ese país que le regala a su gente el olor a tierra mojada, el sabor de una arepa caliente con mantequilla y queso blanco rallado, el sonido de los pájaros al despertar por las mañanas, y el contraste de cielos azules y montañas verdes en sus tonalidades más intensas”. Es decir que en una receta están otros ingredientes intangibles, pero igualmente necesarios.
Este recetario está cargado de intenciones que mezclan la solidaridad con la preservación de la identidad y el reconocimiento a un tercero que puede ser motivo de inspiración para el emigrante, que entre sus justificaciones, “Sabe a Venezuela busca honrar a nuestro país con 35 recetas venezolanas de diferentes chefs que hoy conquistan el mundo con su talento, trabajo e ingenio. Cada uno de ellos es el reflejo de cómo nuestra cultura y gastronomía al entrar en contacto con otras se enriquece y se hace grande. También cuenta con la participación especial de tres chefs internacionales, que, aunque no son venezolanos, tienen un cariño y afecto muy especial por nuestro hogar Venezuela”.
Por otra parte, este recetario mezcla dos tipos de cocina. Esa que resguarda y cuida el patrimonio cultural y gastronómico que nos transporta a la infancia y a los sabores autóctonos de la comida de nuestras mamás, y esa cocina que se atreve, que experimenta, y que viaja por el mundo, explican quienes lo concibieron.
Otras de las razones de esta obra es dar fe cómo Venezuela se ha expandido, por ello afirman en el editorial: “Venezuela ya no es solo ese país caribeño ubicado al norte de América del Sur. Venezuela está en cada rincón del mundo donde se encuentre un venezolano trabajando, y prueba de ello son todos los chefs venezolanos que hoy se reúnen en Sabe a Venezuela”.
Con la entrada al evento Arroz con leche, las promotoras adquirieron bolsas de comida que se destinaron totalmente a un comedor que alimenta a 80 niños