Miramar, Paspalitos y otras chucherías de antes que recuerdan tiempos felices
Recordamos la historia de varias chucherías venezolanas que hicieron felices a los niños (y no tan niños) de otras épocas
Recordamos la historia de varias chucherías venezolanas que hicieron felices a los niños (y no tan niños) de otras épocas
La infancia es el pozo de los recuerdos dulces de la memoria gustativa del ser humano. Un niño disfrutando de una golosina es un momento feliz y por eso rememoramos esas venezolanas chucherías de antes, desaparecidas del mercado. Miramar, Paspalitos, Carlton, Choco menta, son algunos de los nombres que hacen clic en las emociones.
Hoy recordamos algunas de esas chucherías de antes que nos hicieron felices:
Los fanáticos del Miramar se dividían en dos: los que amaban las frutillas y los que solo se comían los frutos secos.
Esta golosina producida por Savoy, la marca a la que le debemos la mayoría de esos dulces recuerdos, fue bastante revolucionaria para su época. Se trataba de frutillas confitadas, conchasde naranja, avellanas,pasasy maní tostado envueltos en chocolate de leche, unos, y oscuro, otros. El «premio» era la almendra entera cubierta de chocolate amargo que traía cada bolsa. Compartirla o regalarla era un verdadero acto de amor.
Miramar era una chuchería pensada en un público adulto, con sabores más complejos que otras grageas de la misma marca, como el Ping-pong. Y, además, por sus ingredientes, era un poco más costosa que las demás chucherías de la marca.
Siempre que se hable de chucherías de antes en Venezuela, habrá alguien que recuerde los Paspalitos, unas galletas tipo waffle pero con la particularidad que eran saladas: eran de queso.
También de Savoy, venían en ración individual, en un empaque de tonos amarillos y, en una época, en latas para compartir. Era el perfecto snack para saciar antojos sin necesidad de comer dulces.
Como con el dilema del huevo y la gallina, se desconoce si el nombre de estas galletitas de queso se dio como referencia a los «pasapalos» (porque la estrategia comercial sugería servirlos en fiestas) o que, como sugieren algunos, comenzó a llamarse «pasapalos» a los abrebocas debido a los Paspalitos.
Aunque no hay registros exactos, se sabe que los Paspalitos salieron poco después de la Susy, el Cocosette y el también recordado Carlton (del que hablamos más abajo), a finales de los años 50 y estuvieron en el mercado hasta finales de los 70, con un breve regreso en los 80.
Es el precursor de la Samba y el dueño de muchas añoranzas dulces de los venezolanos. Era una galleta waffle con un relleno de particular sabor a avellana y cubierta de chocolate. Pero no solo se le recuerda por eso, sino porque venía en unas latas color rosado claro que, al abrirlas, mostraba los deditos de galletas parados en orden.
Savoy lo lanzó al mercado en 1956. Su nombre sigue la línea del mismo Savoy, de relacionar sus marcas con sitios de postín, en este caso, los lujosos hoteles Carlton.
Poco tiempo después, Savoy sacó la versión Carlton fresa, que es, definitivamente, la madre de la Samba Fresa actual. Y, recientemente, Nestlé (dueña actual de la marca Savoy en Venezuela) presentó una edición de avellanas de Samba.
En gomas de mascar, la marca que dominaba el mercado venezolano, hasta los 90, fue la transnacional Adams, que vendía sus pastillas de chicles en cajas de cartón envueltas en celofán que, al quedar vacía, sonaban como trompetas si las soplaban. Eso también era parte de la diversión en una época en que las pequeñas cosas hacían a todos felices
Según el blog cuandoerachamo.com, Adams entró a Venezuela en los años 50 y a partir de 1968 abrió su fábrica en La Trinidad, donde permaneció hasta 1997, cuando mudan sus operaciones a Colombia.
Además de las pastillas normales, Adam’s sacó unos minichicles, pequeñitos, si acaso de 5 milímetros por lado y de muchos colores, que se vendían en una bolsita de celofán con un payaso dibujado. Los chiclecitos eran los «dientes» del payaso pues esa parte del empaque era transparente.
Aunque en la mayoría de los colegios estaban prohibidos los chicles, los niños los llevaban escondidos y los disfrutaban en los transportes escolares. También en los parques o en sus casas.
No se llama igual, pero sí existe en una versión muy parecida: el Cheese Tris de Pepsico, aunque los bastoncitos de este último son más grandes que los originales Frito Chic.
El Frito Chic era el «hermano» del Pepito, creados por la marca Marlon en los años 80, también filial de Savoy, y que en 1995 fue vendida a Jack’s Snacks (Pepsico). El blog asieravenezuela.com recuerda otros snacks de Marlon como Torty y Pepín.
La diferencia era que los Frito Chic eran bastoncitos de maíz inflado más compactos, amarillos y de sabor más intenso que los esponjosos Pepito.
Actualmente, y siempre bajo la marca de Pepsico, el Cheese Tris se vende en otros países andinos, como Perú y Ecuador.
Estos caramelos venían en dos versiones: 10 pastillitas en un tubo y caramelos envueltos en papel celofán. Estos últimos duraron un poco más en el mercado, hasta finales de los 90.
Los Choco Menta eran caramelos con mentolada capa transparente que encerraba un relleno de chocolate blando. Tenía muchos fans porque ofrecía dos tipos de experiencias distintas en un solo caramelo, primero la menta fresca y luego el dulce chocolate. La versión en tubos las vendían en las cantinas escolares, junto con otras chucherías.