Vitolario

Varinás, el puro venezolano que evoca tiempos remotos

De gran experiencia en el negocio de los tabacos, Carlos Lander decidió en 2013 arrancar un proyecto que tiene una carga de romanticismo: adecuar la producción de tabaco negro de una cooperativa agrícola para desarrollar Varinás, el primer puro venezolano. Con esta historia y la firma de Oscar Medina, arranca la columna Vitolario en Bienmesabe

Varinás
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Quienes han estudiado un poco la historia del tabaco en Venezuela cargan con la añoranza de algo que no pudieron conocer: el tabaco cultivado en la zona del piedemonte de lo que hoy es el estado Barinas. Se dice que alguna evidencia histórica hay de que en tiempos de la Colonia llegó a comparársele con el ya para entonces afamado producto cubano. Pero esa variedad desapareció y nos quedará la duda.

Entre las muchas etnias que habitaban en la región, se encontraban los varinás o varinas, un nombre que también está relacionado al río Santo Domingo y que terminó por convertirse en el oficial del estado de forma definitiva –y con B- apenas en 1937. Estos indígenas, como muchos otros del “nuevo” continente, fumaban. Y consumían una variedad de tabaco local al que, por supuesto, le echaron mano los españoles tras la conquista de este territorio a mediados del siglo XVI.

¿Cómo era ese tabaco varinás? No podemos saberlo, pero llegó a distinguirse por su suavidad y por su aroma. Existe registro de que circulaba –como rapé- especialmente en los países escandinavos envasado en vasijas de porcelana identificando su procedencia. Y hasta se habla de una teoría que asegura que John Rolfe, el primer colono que cultivó tabaco en Virginia (Estados Unidos) en el XVII, llevó semillas de varinás y bautizó inicialmente a su tabaco como “Orinoco” (sí, el mismo colono inglés que se casó con Pocahontas).

En todo caso, el tabaco negro cosechado en el piedemonte experimentó ese gran momento hasta el sigo XIX, porque a principios del XX la transformación económica y productiva del país que trajo la explotación del petróleo, más el auge del tabaco rubio para la mucho más rentable industria de los cigarrillos, tuvo como consecuencia el abandono del buen tabaco negro.

Un poco por ir tras estas huellas y otro por homenajear ese pasado, Carlos Lander entró en contacto con productores de una cooperativa tabacalera de Santa Bárbara de Barinas que, por puro gusto, conservaban pequeñas porciones de terreno sembradas con tabaco negro.

“Son los señores de mayor edad de la cooperativa”, explica Lander: “Con ellos, a partir de 2013 empezamos a trabajar para mejorar los procesos en sus plantaciones, en las que utilizan –por cierto- semillas producidas por ellos mismos y en las que participan tercera y cuarta generación de familias. Lo que quiero recalcar es que no son semillas importadas”.

Este aspecto es fundamental en la concepción de la marca Varinás: emplear materia prima local para lograr un verdadero puro venezolano.

Y aquí hay que aclarar conceptos antes de seguir adelante. En el mundo del tabaco, un puro es un cigarro o tabaco hecho con hojas de un solo origen. Por ello, por ejemplo, un Habano –se escribe así por tratarse de una DOP- es un puro: está hecho solo con materia prima cubana. Como genérico para englobarlos a todos, lo correcto es hablar de cigarro o tabaco.

Varinás

Desarrollar su propia línea de puros -asociado con el Habanosommelier José Gregorio Pereira- era un paso casi lógico para Lander vista su trayectoria en este negocio: fue uno de los socios al frente de la -siempre muy bien recordada- tienda Epicur que operó en El Rosal desde 1998, llevó la representación y distribución exclusiva de Habanos para Venezuela desde 1996 –y hasta hace unos tres o cuatro años- con Havana Cigar y luego con Grupo Verilux; y montó el primer y único local de la franquicia La Casa del Habano en 2007.

Y ese conocimiento de la celebrada industria del tabaco cubano es algo que ha querido llevar –salvando las distancias, claro está- al piedemonte barinés: “El sistema de cultivo y procesamiento del tabaco negro es distinto al del rubio, que es lo que más hay en la zona. Así que mejoramos los procesos de selección de semillas, aplicamos algunos de los estándares cubanos para el secado y fermentación, invertimos en una ‘casa de tabaco’, que es donde se inicia el procesamiento de la hoja, y hasta hemos logrado obtener hoja para la capa, algo que nunca se había dado aquí”.

En el caso de los tabacos venezolanos hechos a mano y de tripa larga, la hoja externa -la capa- suele ser importada porque no se cultiva hoja específicamente para capa en el país. Varinás lo hace, a su manera y con altibajos, para lograr su objetivo: “Varinás siempre ha sido y será un puro venezolano”, advierte Lander: “De lo contrario, no lo hacemos. Esa es nuestra idea desde que arrancamos con los chocolates Varinás en 2018: recuperar tradiciones de excelencia con productos ultra premium bajo el lema ‘puro venezolano’. Comenzamos con los chocolates, seguimos con los tabacos y pronto sumaremos otras líneas”.

Así es el puro Varinás

Una vez cosechada la hoja para estos puros, pasa alrededor de 5 meses en el proceso de secado y fermentación. Luego viaja de Barinas a Caracas, donde se le somete a una guarda de al menos un año antes de ser enviada a las torcedoras que manufacturan los cigarros en Cumaná. Y ya torcidos, los puros reposan otros 6 meses, tiempo en el cual los aceites naturales y los sabores y aromas del tabaco se integran.

“En Cuba no te fumas un tabaco que no tenga al menos tres meses de guarda después de hecho”, señala Lander. Y pondera las cualidades de los Varinás: “En Venezuela estamos influenciados por el estilo de fumadas de mucho carácter, de fortaleza y complejidad. Lo que logramos con Varinás es un tabaco balanceado, que tiene una fortaleza de suave a media, pero que es muy aromática. El Varinás es un tabaco agradable y muy fácil de fumar, es un tabaco que entretiene y ese, junto a su aroma, creo que es uno de sus grandes atributos”.

Lanzados al mercado en 2018, los Varinás se comercializan en mazos de 20 unidades y en cuatro vitolas: Varinás Sabrosos (140mm x 46), Varinás Maravillas (130mm x 50), Varinás Inmensos (180mm x 47) y el puro figurado Varinás Únicos (165mm x 52).

varinás

Tal como dice Lander, la fumada del Varinás resulta una experiencia grata, plácida, en la que destaca el aroma del cigarro y la sensación cremosa que predomina a lo largo de un recorrido con excelente combustión, fortaleza suave y con un sabor “ligero” y muy particular que va ganando en intensidad de manera progresiva.

¿Así era el tabaco varinás que se perdió con la entrada del siglo XX? No lo sabemos, pero parte del encanto de fumarse uno de estos puros también es pensar que es posible que algo de ese pasado esté hoy en este producto hecho con tanto esfuerzo y contra toda sensatez: considerando todos los obstáculos que debe superar esta operación artesanal, es más un acto de amor o el empeño por exaltar lo propio que un negocio. Y se agradece en cada bocanada.

Coordenadas

Instagram. @varinaspurove

Dónde comprar. Por unidades en la tienda Cuban Cigars del Centro San Ignacio, en el bodegón Olivo Gourmet del Centro Comercial Santa Fe y en el restaurante Guillao. También se puede comprar, en mazos, por mensaje directo en su Instagram.

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