Economía

Asdrúbal Oliveros: El petro es una especie de Frankenstein

Para el director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, el petro creado por el gobierno venezolano no podrá sustituir al bolívar y solo busca sortear las sanciones de EEUU para poder cumplir con algunos pagos. Destaca que el país apenas está entrando en la hiperinflación y que esta podría obligar al presidente Maduro a ejecutar algunos cambios en la economía. 

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Foto: Harold Escalona

Sus aciertos sobre los resultados de la economía venezolana dejan siempre preocupados a muchos, pero esta vez para 2018 hacer proyecciones luce difícil en el entorno de hiperinflación y de incertidumbre en el cual se envuelve el país. Asdrúbal Oliveros, director de la consultora privada Ecoanalítica, destaca que la recesión llegará a su quinto año al calcular una caída de la actividad económica de 10%, siempre y cuando no se den más sanciones por parte del gobierno de Estados Unidos.
Señala que los precios de los bienes y servicios seguirán en alza desbocada. «La hiperinflación apenas está arrancando», afirma.
Si la inflación se mantiene en un promedio mensual de 80%, la tasa cerraría 2015 en 115.000%; si es de 100% finalizaría en 500.000% y salta a 150% mensual, se ubicaría en la astronómica cifra de 6 millones por ciento.
«Con respecto a la inflación, puede pasar cualquier cosa porque se está en un proceso de hiperinflación (…) Es muy probable que la hiperinflación obligue a Maduro a cambiar en algunos casos. En las historias o experiencias en este tema se observa que ha generado cambios de gobierno o de políticas. No es lo mismo manejar inflaciones de 100% mensual a una de 500%, esto inevitablemente causa un quiebre social y a lo interno de la coalición que gobierna», acota.
Hasta ahora -sin embargo- el gobierno no muestra señales de ejecutar modificaciones en su política fiscal, monetaria y cambiaria; pero sí ocupado en continuar ciertos planes para su campaña electoral y a la vez creando estrategias nada tradicionales, como la creación del petro, del cual juran las autoridades se trata de una criptomoneda que contribuirá a darle al país autonomía financiera.
–¿Crees que el petro es una deuda que contrae el gobierno?
–El petro es una especie de Frankenstein. No es una criptomoneda como tal, éstas son medios novedosos de pago que surgen en estructuras independientes del Estado, al contrario del petro que su emisión es totalmente controlada por el gobierno y además no será minado. Tiene como respaldo el activo petrolero, por lo que se parece más a una deuda que a una criptomoneda.
–¿Tiene como objetivo sortear las sanciones financieras de Estados Unidos contra el gobierno?
–Está pensado como un mecanismo del gobierno para intentar surfear los problemas que se le han creado a raíz de las sanciones financieras. Esáa diseñado para entrar en ese auge que está en el mundo de las criptomonedas, es una moda en los mercados internacionales. Ingresa en esa dinámica e intenta colarse por esta vía para facilitar pagos. Vamos a empezar a ver muchos pagos en petros a contratistas, a proveedores del Estado, incluso no descartaría que las prestaciones sociales de los trabajadores se empiecen a pagar en petros en los próximos meses.
–¿Los contratistas querrán aceptar petros tras la desconfianza que genera?
–Los locales no tendrán poder de negociación frente al Estado, no les queda otra. O podrían realizarse pagos híbridos en petros y en bolívares. Sin embargo, puede haber inversionistas extranjeros interesados, no es descabellado que en un futuro quieran entrar en el negocio petrolero, es posible de Rusia, China y de otras latitudes.
–El gobierno plantea el pago de algunos servicios y bienes en petros, como la gasolina. ¿Eso es posible?
–No lo veo factible. El tema de las criptomonedas sigue siendo un tema muy etéreo para las personas, la mayoría no lo entiende y no está familiarizada. No está muy vinculado a la cotidianidad, está más hacia el área financiera. Es más interés del gobierno de presentarlo como el gran descubrimiento e intentar pagar con petros a ciertos actores, para darle cierto oxígeno al gobierno, tras las sanciones y a su problema de flujo de caja.
–¿Ves al petro sustituyendo al bolívar?
–No lo veo. Vamos a tener un sistema híbrido, pero lo que sí no es descabellado pensar es cuando la hiperinflación sea más agresiva, que el gobierno se plantee algunas alternativas como quitarle tres ceros a la moneda, sacar un nuevo bolívar o atar nuestro signo monetario a otra moneda distinta, todo ello con el objetivo de aminorar el impacto negativo que tiene en los precios la hiperinflación.
–¿Cómo ha afectado al gobierno las sanciones de EEUU?
–Las sanciones de Estados Unidos han provocado una sobrerreacción de los agentes financieros internacionales dada la poca transparencia con la que el gobierno maneja sus cuentas. Tiene problemas para girar fondos con la misma velocidad con la que lo hacía antes, porque si no están debidamente documentados y justificado su origen, los bancos no lo procesan y como este es un gobierno extremadamente desordenado en sus cuentas y poco transparente, cuando paga algo por una cuenta de un ente distinto, pues les crea dificultad.
–¿Qué tanto han afectado las sanciones a otros actores locales?
–Las sanciones sí tienen efectos colaterales que van más allá del propio Estado y del texto que implica las sanciones. Hay una percepción de riesgo de toda operación que venga de Venezuela, en aras de evitar tener que hacer profundas auditorías ya sea por falta de tiempo o de personal, por lo que muchos están rechazando y cerrando cuentas a empresas venezolanas. Incluso te diría que es algo que comenzó mucho antes de las sanciones, cuando se iniciaron las denuncias de narcotráfico, lavado de dinero y corrupción. Algunos bancos comenzaron a ser muy quisquillosos con las cuentas de los venezolanos y sobre todo con contratistas del Estado o que han recibido algún tipo de fondos del Estado venezolano.
–¿Por qué crees que los tenedores de bonos venezolanos aún no han demandado al país, tras el default o impago?
–El default de Venezuela es un elemento muy complejo, porque son múltiples bonos con diferentes cláusulas, no es solamente deuda de la República sino también de Pdvsa y eso hace que los tenedores de bonos estén dando un compás de espera para no comenzar con una etapa más agresiva. Además de la ausencia de información sobre los pagos que posiblemente se han hecho pero de los cuales no se tienen certeza, así como de las expectativas políticas en torno a la negociación en República Dominicana se esperaba la posibilidad de una elección competitiva en Venezuela y el mercado quizás esperaba entenderse con una nueva administración.
–Pero han sido muy pacientes con el gobierno.
–Bueno quizás ya el mercado asumió que se va a entender con el presidente Maduro y creo que en las próximas semanas y meses vamos a comenzar a ver algunos fondos de inversión que van a demandar y empezar litigios contra la República. Se tiene información de bufetes de abogados internacionales que están trabajando estos temas. No es descabellado que uno de los primeros dolores de cabeza de Maduro, si es reelecto, sea una posición muchos más firme y confrontacional por parte de los mercados para exigir sus pagos.
–Se habla de sanciones más fuertes por parte de EEUU, ¿qué tan preparado está el gobierno para enfrentarlo?
–El gobierno está en una situación muy precaria porque tiene limitaciones en su flujo de caja, no tiene ahorros. Vive el día a día, es como un alcohólico. Tiene muy pocos activos que liquidar mas allá del oro.
–¿Al gobierno le quedan recursos de sus fondos paralelos?
–Fuera de las reservas internacionales, calculamos que al gobierno le quedan 2.000 millones de dólares en fondos paralelos. Contamos además con no más de 6.000 millones a 7.000 millones en oro. Si el Banco Central prevé vender oro de las reservas lo tendrá que hacer bajo un descuento importante, aunque esto será difícil también por las sanciones.
– Por ahora –
En sus proyecciones sobre la economía venezolana, Oliveros resalta que debido a que el gobierno ha dejado de cumplir con sus compromisos de deuda externa, se puede esperar un leve incremento en las importaciones de bienes y servicios.
Durante el año 2017, las compras externas del país finalizaron en torno a los 12.000 millones de dólares, de los cuales 76% fueron ejecutadas por el Estado y 24% por privados.
Mientras que para 2018, espera un monto de importaciones por $14.000 millones.
«Para este año observamos dos escenarios. Si el gobierno motivado por el tema electoral prosigue en su estrategia de no hacer pagos de deuda podemos tener un leve aumento de importaciones. Si por el contrario, el gobierno le hace frente a sus compromisos de deuda externa estaríamos viendo un volumen de 11.000 millones de dólares», dijo.
Recordó que desde septiembre pasado hubo un fuerte recorte de importaciones y desde julio se comenzó a notar una caída agresiva en la entrega de divisas al sector privado. «No hay mucho margen de maniobra para incrementar las divisas para las importaciones. La única vía que tiene el gobierno para elevarlas es haciendo default«.
–¿Para este año los empresarios privados aumentarían el uso de divisas propias para importar?
–Con un alza tan inusitada del dólar paralelo hace muy cuesta arriba trasladar a los precios este costo cambiario. El sector privado tampoco tiene margen para seguir incrementando las importaciones a tasa paralela, sobre todo teniendo una tendencia al alza, la cual creo vamos a comenzar a ver a partir del mes de abril.
–¿Por qué el precio del dólar paralelo se ha mantenido estable?
–Esta estabilidad es parte de una caída en la demanda de divisas por parte de los importadores. La razón fue lo que sucedió en enero con la fiscalización de los supermercados y la orden de la Sundde de volver a los precios de mediados de diciembre 2017. Esto generó mucho temor en los importadores. Pero también al parecer ha habido oferta de divisas, según han comentado personas de las mesas de dinero, quienes creen que el Estado movió mecanismos para colocar divisas.
–¿Se extenderá por mucho tiempo esa estabilidad del paralelo?
–Esto no es sostenible en el tiempo, el gobierno no tiene suficientes dólares; segundo, en la medida en que la inflación siga creciendo la gente se va a seguir protegiendo comprando divisas y tercero, por la inyección de bolívares para la campaña electoral. Se puede aprovechar esta estabilidad para operaciones de cobertura, sobre todo por parte de las empresas.
–¿A cuánto podría llegar el dólar no oficial en 2018?
–En un escenario de desborde de la hiperinflación, se puede observar un tipo de cambio paralelo por encima de los 10 millones de bolívares por dólar.
–¿Observas posibilidad de revertir en algo la escasez de bienes?
–El abastecimiento es ya crítico y hay cada vez más dependencia de la caja CLAP, lo que le conviene políticamente al gobierno. Están llegando muy pocas importaciones, según las informaciones que nos llegan, por lo que no habrá abastecimiento óptimo. Puede que aparezcan productos, pero a muy altos costos y solo accesibles para unos pocos.

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