El pasado mes de marzo la Federación Venezolana de Industriales de la Panificación y Afines (Fevipan) aseguró que al país habían llegado 177.000 toneladas de trigo panadero. Pero esa materia es poca para la demanda.
Un solo tipo de pan se observa en las distintas panaderías visitadas. Hay campesino o canilla (muy poco) o pan francés, pero la variedad de panes salados quedó en el pasado.
Los principales encargados de distribuir la materia prima son los molinos Monaca, Hidalgo, Mocasa y Cargill. Del primero, los encargados de locales consultados no reciben trigo desde diciembre de 2015 y la planta está próxima a paralizar operaciones. Los restantes, se turnan la distribución sin tener un calendario determinado.
Un recorrido realizado por El Estímulo por panaderías de Caracas, constató que entre los principales problemas que ha dejado la falta de harina están el aumento de precios, la reducción de horarios de trabajo y de personal, la disminución de producción y la venta racionada de pan.
Hace poco más de un mes llegaron 30 sacos de harina a la panadería Páez de El Paraíso, lo que forzó la venta de un solo tipo de pan: el campesino a 200 bolívares. Se expende en la tarde y en la noche desde la semana pasada y se raciona a dos por persona.
«Eso nos ha alcanzado este tiempo porque hemos sabido cómo rendirlo, pero cuando nos volvamos a quedar sin harina no sé qué vamos a hacer, será jugar dominó en el mostrador”, dijo el gerente José Antonio Tavares. Agregó que en otras oportunidades, han estado hasta 10 días sin harina.
En la panadería Charlotte, también de El Paraíso, el problema es otro. En lo que va de año han tenido que aumentar los precios de sus productos aproximadamente cinco veces debido a que los sacos de harina, de 45 kilos, pasaron de Bs 1.200 desde principios de año a Bs 5.500. Aunque no racionan la venta, han reducido los 10 sacos que usaban diariamente a 4 y los ha obligado a dejar de elaborar pan de sandwich, de hamburguesa y canillas.
En el caso de la panadería Cueva de Iria, ubicada en Santa Eduvigis, utilizan harina prestada. El convenio funciona entre locales que necesiten algún insumo y se los intercambian, luego cuando se regulariza el inventario, se los devuelven.
Manuel Viloria, encargado del negocio, destacó que han hablado con los proveedores pero la respuesta fue vaga: «Me dijeron que llegó trigo pero que estaba contaminado y que teníamos que esperar». El establecimiento pasó de recibir 300 sacos cada 15 días a cada 30 o 40, sin fecha de una próxima entrega. De 7 u 8 sacos utilizados diariamente, se vieron obligados a reducirlos a uno para que los que lleguen alcancen hasta el otro cargamento.
El presidente de Fevipan, Tomás Ramos, dijo en días pasados que el trigo panadero que llega a los puertos no es suficiente para cubrir la demanda. Desde principios de 2016, las panaderías de Zulia y Táchira alertaron al país del aumento de precio en los productos y la escasez de harina.
Además, el ministro de Alimentación, Rodolfo Marco Torres, dijo este jueves en encuentro con Fevipan y otras empresas que para el mes de mayo y junio llegarán 194.000 toneladas de trigo panadero y que con eso «se garantiza el abastecimiento de los dos próximos meses».
La última vez que llegó harina a la panadería Mansión Deli Gourmet, de La Florida, fue hace aproximadamente 10 días. El gerente, Ivo De Sousa, aseguró que en el local sacan el pan campesino en tres turnos. Utilizan cuatro sacos diarios, mientras que antes usaban 15.
“Ya se nos acabó la harina que teníamos. Hemos hablado con los molinos y dicen que tenemos que esperar a la semana que viene, pero no sabemos cómo vamos a hacer”, dijo.
«Aquí tenemos problemas con la harina como en todos lados», expresó Víctor Barreiro, gerente de la panadería St. Barthes, ubicada en Montalbán. Regulan la venta a 2 panes por persona, del tipo que haya en ese momento. A pesar de que tiene 7 meses de inaugurada, antes necesitaban 11 sacos diarios, pero ahora, solo usan dos.
En la Ópera Deli, de El Paraíso, llegaron 150 sacos hace 15 días. «Hasta ahora no nos hemos quedado sin harina, corremos con la suerte de que cuando se está acabando llega el nuevo cargamento», señaló José Luis González, administrador del sitio.
No han sacrificado productos y con cuatro sacos diarios los utilizan para todo. «Si 29 sacos nos alcanza para 5 días, imagínate todo lo que hemos tenido que hacer para rendirla», añadió.
Los precios del pan, dependiendo del sitio, van entre 100 y 300 bolívares para el campesino, entre 70 y 150 para la canilla, en los pocos locales que la venden y el pan francés entre 70 y 120 bolívares.