En Estados Unidos, uno de los momentos más difíciles que un niño tímido debe enfrentar en la escuela son los almuerzos, en grandes comedores donde todos tienen su grupo y conversan animadamente mientras se alimentan. Dominick sabía que su hijo se sentaba solo y, hace cuatro años, se le ocurrió decorar cada día la bolsa de papel donde los niños suelen llevar su almuerzo a ver si llamaban la atención de los demás. La estrategia dio resultado. Es que es imposible que esas viandas pasen inadvertidas.

Según le contó este creativo padre a la página Bored Panda, las llamativas bolsas han hecho que los compañeros se acerquen a su hijo y le hablen. Le preguntan cosas sobre la pintura o desarrollan conversaciones alrededor del motivo del día, que pueden ser superhéroes, animales o paisajes.

«Usualmente, los padres preparan el almuerzo de sus hijos y piensan que su trabajo está terminado. Yo no. Yo debo ir un poco más allá», narra Dominick

Lo increíble es que, en cuatro años, este padre no ha dejado nunca de decorar una bolsa y ya lleva alrededor de 550 hechas. Cada una de sus obras de arte le toma cerca de una hora, y para ellas utiliza colores o marcadores. Y no se limita a pintar las del almuerzo del chico. Si le toca llevar una merienda para alguna actividad escolar también decora el paquete donde las manda. Muchas de sus increíbles creaciones, se pueden ver en su cuenta de Instagram.
El hijo de Dominick ya está comenzando el bachillerato y aún lleva sus viandas especiales. Aún es tímido, pero socializa con sus compañeros y, lo más importante de todo, es que sabe que su padre lo apoya incondicionalmente. Esa, para él, es una certeza a todo color.

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