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¿Cuánto cuesta hacer un foodtruck en Venezuela?

Esta movida gastronómica cada vez cobra más fuerza entre los comensales criollos. ¿Cuánto cuesta sumarse a esta tendencia de comida sobre ruedas?

Fotos: Cortesía y Archivo
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La película Chef (2014), del director Jon Favreau, inspiró a Domingo Alfonso a crear un foodtruck. La idea la compartió con sus amigos y colegas Víctor Moreno, Juan Hernández y Luis Lares, quienes con el mismo entusiasmo dieron el sí al proyecto.

El incentivo no era solo unirse a la onda de camiones de comida que se hacía presente en la ciudad, sino brindar a los caraqueños comida urbana de calidad en un lugar en el que se encontrara esparcimiento, se recuperaran los espacios de Caracas y se disfrutara del buen comer.

Así, en 2014, el “Food Factory Truck: El Negro” comenzó a dar sus primeros pasos. Conseguir el camión fue sencillo, pero equiparlo para el objetivo que tendría fue un proceso que tomó más de tiempo.

“Lo dejamos en el chasis. Lo trabajamos todo: la cocina, el techo, la cabina. Tiene todo nuevo. Fue un triunfo muy divertido”, alega Alfonso.

El proceso para acondicionar todo el camión duró aproximadamente dos años y una inversión de 8.000 dólares en aquel entonces.

El vocero asegura que el ánimo, la fuerza y las ganas que él y sus compañeros pusieron al proyecto fue el impulso que los mantuvo siempre de pie, pese a que el país comenzaba a atravesar momentos difíciles. De tal modo, el 10 de octubre de 2016, Food Factory Truck llegó a los espacios del estadio Universitario de Caracas para brindar a los fanáticos del beisbol venezolano choripanes.

Desde entonces, el foodtruck recorre las calles caraqueñas pero no solo basta con un camión que transporte buena comida sino con un lugar donde se halle todo lo necesario para que la magia ocurra: un centro de producción. Hacerlo requirió otro aporte de dinero más.

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“Fueron 40 mil dólares, ahí está el dinero”, expresa Domingo. El equipo adquirió dos unidades móviles adicionales que pudieran surtir al foodtruck, equipados con cavas para los alimentos perecederos, pues diario el camión de comida despacha alrededor de 800 unidades. Asimismo, el centro de producción cuenta con utensilios de cocina, rebanadoras, neveras, almacenes y maquinaria.

En total, 48 mil dólares fue lo invertido por el equipo de Food Factory Truck.

Poner en marcha la planificación de un foodtruck implica grandes esfuerzos, sobre todo económicos. No basta solo con tener un camión que ruede, sino con acondicionar la unidad para que pueda transportar y preparar la opción gastronómica que ofrecerá, cumplir con parámetros de higiene, entre otras cosas.

Mónica Serrano, dueña de Gelato e Caffe, decidió emprender en abril del presente año la aventura de un foodtruck, una manera de hacer que los fanáticos de los helados pudieran degustar a Gelato e Caffe sin excusas. Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma.

FoodtruckGelatoecafe

La ingeniera y ahora heladera, adquirió una “combi usada que salió en 1.200 dólares”, mientras que toda la reestructuración a la que debió, y aún debe, someterse por su deteriorado estado y el acondicionamiento para las ventas de helados han alcanzado ya los 3.200 dólares.

Aunado a esto, Serrano ha invertido 1.000 dólares más en la adquisición de los equipos que necesita para que su foodtruck esté completo: waffleras, licuadoras, vitrinas y congeladores para helados.

Explica que plataformas como Mercado Libre son una opción para adquirir equipos usados -y en buen estado- que puedan dotar a camiones de comida a un precio asequible; sin embargo, si los equipos no se encuentran, deben importarse, un factor que eleva los gastos. En su caso, las waffleras que Gelato e Caffe necesita para producir sus bubble waffles no se hallan en el país e importarlas tuvo un costo de 400 dólares.

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Hasta ahora, los gastos de Gelato e Caffe han alcanzado los 5.800 dólares.

Más allá de los materiales e instrumentos necesarios para equipar un foodtruck, también hace falta un diseño y gente con talento que lo entienda y pueda transformar en realidad lo que primero fue plasmado en un papel. Es un trabajo que necesita tiempo.

Miguel Rodríguez, directivo de Garage 66, empresa dedicada a la restauración de vehículos, explica que la elaboración de un foodtruck es un proyecto “personalizado y muy subjetivo. Es como decir cuánto cuesta hacer un apartamento”, por ende, los precios al momento de comenzar la fabricación de la unidad varían ya que todo depende de lo que el cliente quiera hacer.

“Yo diría que el rango es tan amplio que puede ser entre 3.000 a 30.000 dólares”, dice Miguel. 

180718 Caffé Carbone  FOTO Harold Escalona

El responsable de la realización de Clarissa, la singular y elegante motoneta que recorre las calles de Caracas brindando el café de Carbone Espresso, alega que normalmente el cliente explica a los responsables del proyecto la idea que tienen en mente, y en función de ello el equipo puede elaborar un diseño práctico y adecuado para el foodtruck.

Asimismo, añade que el tiempo mínimo de elaboración de este tipo de unidades que transportan comida puede ser entre seis a siete meses. En el caso de Clarissa, la historia fue diferente.

El reto era hacer que la cabina de la motoneta, por lo menos, estuviese lista para la inauguración de Caracas Quiere Café. Sin embargo, la pasión bajo la que se realizaba Clarissa hizo que el equipo lograra que en 60 días la motoneta no solo tuviese lista su cabina, la parte mecánica también funcionó.

180718 Caffé Carbone  FOTO Harold Escalona

Casos como este “podría fácilmente duplicar el precio. Estamos haciendo un atajo del 50% menos del tiempo requerido. Es llevar de siete meses el tiempo de producción a dos meses; obviamente el precio varía”, manifiesta Rodríguez.

El experto insiste en que trabajar con un vehículo nuevo puede ser “más seguro” en cuanto a las modificaciones que deban hacerse; no obstante, la empresa también trabaja con unidades ya usadas.

Los foodtruck son una opción práctica para todos, para quienes lo manejan como para quienes lo disfrutan. El talento para convertir camiones comunes en sabrosas comidas sobre ruedas existe en Venezuela y gente dispuesta a invertir en ellos, también.

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