Arepa andina, el triunfo del trigo paramero
Desde tiempos coloniales, los europeos intentaron, muchas veces, aclimatar el trigo al clima tropical de Venezuela, con poco éxito. Hasta que sembraron en Los Andes
Desde tiempos coloniales, los europeos intentaron, muchas veces, aclimatar el trigo al clima tropical de Venezuela, con poco éxito. Hasta que sembraron en Los Andes
El trigo, llegado en carabelas y bergantines, tomó la forma de uno de los panes ancestrales de esta tierra en la región andina, donde la arepa andina o arepa de trigo alimenta con amor a propios y extraños.
Todavía hoy en día es posible encontrar en el estado Mérida, trigales y molinos tradicionales que son herencia de los años en que la producción del precioso cereal era uno de los puntales de la economía de la región.
Precioso porque desde tiempos coloniales los europeos intentaron una y otra vez aclimatar el trigo al clima tropical de estas tierras, pocas veces con éxito. Las actas del Cabildo de Caracas reflejan los dimes y diretes de la fijación de precios e incluso alteraciones del producto escaso y necesario para la elaboración del “pan de trigo” que se enfrentaba a los “panes de esta tierra”.
Fue en el clima benigno y con buen suelo de Los Andes donde consiguieron producirlo en gran cantidad, según señala Rafael Cartay en La mesa de la meseta, (1988): “En 1884, la región andina aportó el cien por cien del total producido en el país”. Hacia 1883 en Mérida había unos 68 molinos de trigo, ubicados en las tierras altas del páramo de Mucuchíes y en los pueblos del sur, afirma también el historiador.
Leonor Peña, en su libro Cocina tachirense (1997), escribe que “el trigo representó para la región andina un artículo de riqueza y se exportaba no solo en harina sino en productos finales como galletas y bizcochos, proveyendo a las embarcaciones que llegaban al lago de Maracaibo”.
Estando disponible la materia prima los habitantes empezaron a incorporarla a las preparaciones, uno de los ejemplos más interesantes en este sentido en la transformación de la arepa en arepa andina, sustituyendo el maíz por el trigo.
Miro Popic comparte su teoría sobre este proceso, vinculándolo a la costumbre de incluir en el salario de los trabajadores agrícolas una parte de lo producido en el campo, en este caso el trigo. “Cuando comenzaron a disponer de harina de trigo, las continuaron haciendo, pero con el nuevo producto” señala.
Y es que la arepa andina no es más que un pan plano elaborado con harina de trigo, afirma la cocinera y fotógrafa Maru Aveledo en su blog El Gato Goloso: “Se prepara rápidamente, más rápido que cualquier pan canilla, de hamburguesa o de perro caliente”, además de incluir una práctica receta para replicar en casa.