Vitolario

Black Rhino “Mi Reserva”, el tabaco inesperado

Esta marca concebida en Venezuela pero que manufactura sus tabacos en Nicaragua y Honduras, lanzó al mercado este año el Black Rhino "Mi Reserva", un cigarro que nació de las ganas de darse un pequeño lujo personal

Black Rhino
Fotos: @vitolario
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La historia de este tabaco remite a la de un pequeño gusto -un lujo- que quiso darse el creador de la marca Black Rhino. En la fábrica Tavicusa, en Nicaragua, quedaba un pequeño lote de hojas de la liga utilizada para la manufactura del primer lote de los Black Rhino Edición Limitada, los que presentó con muy buena acogida en 2019.

Esa materia prima, por supuesto, sumaba un poco más de guarda y si los cigarros de 2019 quedaron como quedaron, hacer otros, un par de años más tarde, prometía un resultado interesante. Pero no había suficiente hoja como para lanzar una edición comercial, así que Germán Núñez decidió mandarlos a hacer de todas formas solo para consumo personal y para compartir con sus clientes y amigos.

Los llamó “Mi Reserva” y todo el que los fumó, invariablemente preguntó si había para la venta.

“No había porque no fueron concebidos para eso”, cuenta Núñez: “Eran una cortesía, una excusa para pasar un rato compartiendo con amigos fumadores y una forma de agradecer la preferencia por Black Rhino”.

Black Rhino

Agotadas las 300 unidades, lo que quedaría era la nostalgia… Pero una llamada desde Nicaragua trajo buenas noticias: en Tavicusa -fábrica perteneciente a Rocky Patel- había hojas de una liga similar a la de 2019 y en mayor cantidad.

De acuerdo a Núñez, no era exactamente la misma liga (la liga es la «receta» o mezcla de hojas que determina las características de un tabaco) sino una “mejorada”. Probó las primeras muestras y no hubo que hacer más consideraciones.

En 2022, entonces, le tocó tomar otra decisión: aprovechar el momento para, ahora sí, lanzar un lote de “Mi Reserva” ya como una línea incorporada al catálogo de la marca.

Los Black Rhino Mi Reserva son unos robustos (5,5 x cepo 50) hechos con una liga de hoja cosechada en Nicaragua y su capa es San Andrés (México). ¿Es posible que se hagan en otra vitola? Sí, pero eso de momento está solo en proyecto, lo que indica que sí hay materia prima suficiente para disfrutarlos un buen rato.

En las primeras bocanadas, el “Mi Reserva” entrega densidad y se anuncia como una fumada compleja, con notas que evocan a madera y con un retrogusto que persiste largo rato en el paladar.

Su fortaleza es de media a fuerte, aunque quizás esa percepción se deba a la intensidad de su sabor. Ya hacia el segundo tercio la fumada es cremosa, con «cuerpo», e invita a llevarla con calma: sin apuros, que es como se deben fumar los tabacos de calidad.

Como suele suceder con los buenos cigarros, avanzado el segundo tercio es un gran momento: es redondo, pleno en boca, cremoso y de alguna manera transmite elegancia y placidez. En este punto y hasta el último tramo, se anotan evocaciones de chocolate y café, y a medida que se consume el tercio final esa sensación de fumada “profunda” aumenta.

Black Rhino

Black Rhino es una marca concebida en Venezuela, pero sus tabacos se producen en Nicaragua y Honduras, en la actualidad en fábricas donde también se hacen tabacos de Rocky Patel y Alec Bradley. Desde 2018 –cuando arrancó con sus primeras 5 vitolas- ha incorporado una interesante cantidad de líneas con variaciones afincadas –además de en variantes de ligas- en el uso de distintos tipos de capa. Tras su primer año de actividades, Núñez apostó a lanzamientos de mayor regalía incorporando las ediciones limitadas anuales, los Reserva Vintage 2012 y esta agradable “rareza” llamada “Mi Reserva”.

Coordenadas de Black Rhino «Mi Reserva»

Instagram: @blackrhinocigars

Dónde comprar: Directamente a través de la cuenta de Instagram de la marca. Y también en: Cuban Cigars, CC San Ignacio. Celicor Boutique, La Castellana. MegaLicor, El Hatillo. Tienda San Luis Cigars, en Valencia. Tienda PuroHumo, en Valencia. Rest. La Era, del Hotel Belensate, Mérida. Tienda Puro Tabaco, en Maracaibo. Club Parrillero, en Margarita. La Mansión Imperial, en Maracay.

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