Internacionales

La marcha de discapacitados se hace multitudinaria a su llegada a La Paz

La ciudad de La Paz, sede del Gobierno boliviano, recibió hoy a la marcha de personas con discapacidad que recorre Bolivia desde el 21 de marzo y lo que comenzó como una protesta de cien personas en Cochabamba (centro) se convirtió en su jornada final en una manifestación de más 2.000 personas.

Publicidad
Foto: AP | Juan Karita

Asociaciones de discapacitados de los nueve departamentos del país, de padres y madres de niños con limitaciones y centenares de voluntarios y estudiantes recorrieron los más de 10 kilómetros que separan la ciudad de El Alto del centro de La Paz, en el ultimo tramo de una marcha para presionar al Gobierno en favor de un bono mensual de alrededor de 72 dólares.
El presidente de la Federación Boliviana de Personas con Discapacidad, David Cayo, que forma parte de la marcha desde su inicio en Cochabamba, a 383 kilómetros de La Paz, declaró a Efe que su colectivo pide «una redistribución equitativa de las partidas del Tesoro».
«Lo que solicitamos es el 1 % de todo el Tesoro General del Estado», argumentó.
Desde el inicio de las movilizaciones el Gobierno sostiene que es inviable multiplicar por seis el subsidio a la discapacidad y propone políticas «integrales» que incentiven el empleo de estas personas.
Cayo relató que durante los 35 días de marcha tuvo que soportar junto a sus compañeros «sed, hambre, frío, insolaciones, bajas…», pero aseguró que sacaron energía pensando en quienes padecen discapacidades más severas y apenas pueden salir de sus casas.
«No queremos canchas, sino renta mensual», fue una de las consignas coreadas en la marcha durante la bajada a la sede de Gobierno, en referencia a los muchos recintos deportivos que el presidente Evo Morales inaugura por el país.
La madre de un niño de seis años con discapacidad del 83 %, Catherin Vargas, reclamó el bono para todos los menores con problemas acreditados «para llevar una vida digna».
Vargas explicó a Efe que un solo examen neurológico puede costar hasta cien dólares, a lo que se debe sumar el coste de medicamentos o pañales.
«Yo soy madre sola y tengo que trabajar ambos turnos», dijo mientras empujaba la silla de su niño.
Servicios sanitarios, bomberos, personal de la Defensoría del Pueblo e incluso estudiantes de cocina que repartían dulces se acercaron a recibir y escoltar la marcha a su entrada a la sede de Gobierno.
En la cola, alrededor de doscientos estudiantes de la estatal Universidad Mayor de San Andrés corearon cánticos en favor de las reivindicaciones y ayudaron a la movilidad de personas en silla de ruedas y muletas, al igual que alumnos de otras universidades como la Salesiana.
Una joven de 18 años que cursa estudios de psicomotricidad, Alexis Ordóñez, explicó que junto a sus compañeros han aportado alimentos y ropa de abrigo a los integrantes de la marcha y la jornada de hoy acompañaron a quienes tienen dificultades de movilidad, que se acentúan con las empinadas cuestas abajo camino a La Paz.
Mientras la marcha doblaba curvas por las laderas, los manifestantes recibieron los ánimos y aplausos de muchos transeúntes y curiosos, que presenciaron la movilización durante toda la mañana.
«El Gobierno tendría que tener estadística oficial de cuántos minusválidos hay» para «darles apoyo, sobre todo en salud» sugirió un docente universitario llamado Umberto Zapata, que animaba la manifestación cerca de su parada en el Cementerio General.
El bono «es viable porque Bolivia tiene recursos», aseguró.
Tras más de un mes de recorrido con el lema de «renta o muerte», las personas con discapacidad movilizadas esperan reunirse con el presidente Morales y convertir en realidad su demanda.]]>

Publicidad
Publicidad