Vida sana

Alimentos como castigos o recompensas para los niños

“El arte de enseñar es el arte de ayudar a descubrir”, dijo el poeta y crítico estadounidense Mark Van Doren y es la frase perfecta para que, como padres, entendamos que somos los que llevamos a nuestros pequeños a develar un mundo fascinante, delicioso e importante como es la alimentación Veo con gran preocupación el incremento de desórdenes alimenticios e índices de obesidad, por lo que comencé a investigar sobre el tema y una de las principales causas que conseguí es que enseñamos –sin darnos cuenta- a que nuestros hijos relacionen los alimentos con ciertas emociones.

Por Amaris Peraza|Fotos: Pressfoto/Freepik & Patrick Dolande
Publicidad

Por eso, comencé a sacar cuentas de que desde pequeños nos decían que si nos portábamos bien, nos regalaban un chocolate o si salía mal en el colegio, no me hacían mi postre favorito.

Con esa creencia hemos crecido, y en estos momentos lo que hacemos es llevar la comida a un terreno emocional que es dañino para el futuro de nuestros pequeños. Estas asociaciones que se generan cuando un alimento se considera un objeto de recompensa, pueden marcar el curso en la dieta de los más pequeños y perjudicarla; por eso, el alimento no debe ser un premio ni un castigo.

Un capricho

niños_bienmesabe2

La verdad, no todo es blanco y negro para mí. Podemos llegar a negociaciones ya que, sí es posible usar el consumo de algunos alimentos muy codiciados por nuestro hijos como recompensa por su correcto comportamiento. Los psicólogos los llaman “Alimentos caprichosos”, pues suelen ser dulces o chucherías.

La recomendación es que no se vuelva un hábito y que se les explique en función a su edad para que entiendan que como papás no son caprichos eliminarlos, sino que hay un motivo para negar o permitir algunas cosas. La idea es que fomentemos hábitos sanos de alimentación porque cada comida debe disfrutarse en familia. No debe verse afectada por discusiones, ni peleas. Que no sea algo muy formal, es decir, que no suponga un conjunto muy estricto de normas y obligaciones a cumplir, sino más bien un momento relajado -no por ello carente de algunas normas-, de encuentro, de diálogo y de disfrute personal.

La cocina: un momento de diversión

niños_bienmesabe1

Después de haber entendido que como padres, depende de nosotros que le enseñemos a disfrutar de los alimentos, viene la parte más divertida para mí, y creo que para mis hijos también; porque he conseguido que les encante probar alimentos nuevos y pasemos tiempo juntos en la cocina mientras comparto con ellos juegos donde aprenden que los alimentos son la fuente de nutrientes para vivir con salud.

Solo de esta forma no se crearán asociaciones a las comidas y será más fácil inculcar buenos hábitos alimenticios a los más pequeños del hogar.

Te invito a no tener miedo del desorden que pueda ocasionar cocinar con los pequeños. Aprovecha y disfruta de su compañía. Lo recomendable es tener una planificación en casa para las actividades; yo por ejemplo escojo los domingos para que juntos hagamos un postre.

Presentaciones divertidas

AREPITAS

Ahora bien, si tienes niños pequeños, otra forma de enamorarlos de los alimentos es presentárselos con un poco de imaginación. Claro está, debes hacer una prueba primero. Un vez le hice un ponquecito a mi hijo menor, lo decoré como si fuera un reno y no le gustó. Por otra parte, todavía a mi hijo mayor suelo hacerle desayunos en formas diferentes con cortadores de galletas.

El hecho de que la comida no la podamos ver como un premio o un castigo, no quiere decir que no podamos expresar sentimientos, pues está más que demostrado que en la cocina demuestras tu estado de ánimo en cada plato. Estas decoraciones pueden estar cargadas de amor y demostrarle a sus hijos con unas simples arepitas en forma de corazón que siempre los tienes presente.

También puedes apoyarte en los alimentos para enseñar y hacer galletas o panquecas en formas de letras y así las aprenderán y disfrutarán. Lo importante es que te abras a compartir en familia, a relajarte y a vivir experiencias únicas en la cocina junto a tus hijos, para recordar lo maravilloso que es ser padre, pero que tenemos una responsabilidad y que aprenden por el ejemplo. Así que da el primer paso… ¡A cocinar!

Publicidad
Publicidad