Existen varias teorías sobre el origen del helado. El portal Gastronomía y Compañía, comparte en su web que el helado empezó con los chinos, muchos siglos antes de Jesucristo quienes mezclaban la nieve de las montañas con miel y frutas. El portal también habla sobre el proceso de este postre hasta lo que es hoy en día
Los califas en Bagdad, mezclaban la nieve con jugos de fruta dándole el nombre de “Sharbets”, que significa bebida, es lo que hoy se conoce como sorbetes y se dice que los helados que en muchos lugares llaman «polos» son en homenaje a Marco Polo. También se dice que los romanos, como Julio César o Nerón, se deleitaban consumiendo grandes cantidades de bebidas congeladas muy frías.
Hasta entonces no se conocían los helados con leche hasta que un cocinero francés que servía en la corte inglesa, mezcló jugos con leche e inventó el helado. El Rey Carlos I de Inglaterra quedó tan fascinado que le dio una gran recompensa para que reservase su invento únicamente para uso de la mesa real.
Para el año 1660, el italiano Procopio abrió en París el “Café Procope”, donde además de café se servían helados, siendo este siciliano el abuelo del helado popular. Luego, los heladeros italianos, convertidos en heladeros ambulantes, dieron a conocer por toda Europa los helados hasta que en 1700 cruzaron el Atlántico y los hiciern populares en Estados Unidos.
Si quieres ser un experto en helados artesanales, te dejamos cinco sencillos tips para detectar cuándo uno es de calidad según el abogado italiano Enrico Venini, miembro de la asociación que protege los derechos de los consumidores Codacons:
1. El auténtico helado arteanal es producido el mismo día.
2. Se elabora con ingredientes naturales.
3. No tiene aditivos ni colorantes.
4. No debe servirse frío, debe estar en una temperatura donde se puedan apreciar los sabores.
5. Su textura no debe estar dura, se debe sentir su cremosidad y no puede tener cristales de hielo.
La heladería artesanal tiene un nuevo espacio, ubicado en el centro comercial Sambil Chacao, nivel Autopista
Cartagena parece dar buena suerte a quienes deciden renunciar a una antigua profesión y dedicarse a su pasión. Ya le pasó a García Márquez cuando abandonó la escuela de Derecho para dedicarse de lleno al periodismo. Muchos años después, la historia se repite con María Nevett, una venezolana que hace ocho años se despidió de las Ciencias Políticas y se atrevió a perfeccionar la ciudad que tanto le encantó, regalándole una heladería a locales y turistas que en ese momento no contaban con la suerte de apaciguar el calor con postres frutales y refrescantes Créalo o no, la ciudad amurallada, romántica y costera no tenía entre sus calles empedradas ningún local que ofreciera helados a los turistas, a pesar de tener la pista en el sabor de sus jugos tropicales preparados con leche. Faltaba el frío y la cremosidad. Y eso fue lo que se propuso la caraqueña, sin importarle el no tener la menor idea de cómo preparar un helado. Como si se tratara de una aventura de quinceañera, se fue a Cartagena en bús “para sentir que era cerca” y comenzó los preparativos en un pequeño local del Casco Histórico, muy cerca de la Universidad de Cartagena. El romanticismo también impregnó la decoración del lugar que se asemeja a la de una antigua casa de té e invita a los clientes a pasar un momento agradable entre amigos, con elegancia pero sin mucha pompa. Así empieza la historia de la Gelatería Paradiso.
