La sommelier venezolana Vanessa Barradas se inicia en Bienmesabe con su columna Bla Bla Wine, dirigida a los aficionados del vino que quieran aprender a disfrutarlo. En este capítulo se enfoca en los accesorios y, sin filtro, dice cuáles son necesarios y cuáles no
Debo confesar algo con respecto a los accesorios que existen para el vino: me gustan muy pocos de aquellos diseñados para airear el vino y ninguno para descorche, servicio o conservación de una botella. Para mí, un sacacorchos clásico, un decantador y una buena copa es más que suficiente.
Me considero una sommelier de la “vieja escuela” en ese sentido, y es completamente demostrable que más de la mitad de los accesorios modernos de vinos son innecesarios.
Sin embargo, reconozco que para poder usar los gadgets más comunes se debe tener un mínimo de conocimiento, y que no todas las personas están interesadas en ahondar sobre estos temas. Al final la mayoría de los consumidores solo desea tomar y disfrutar un vino sin tanta parafernalia, huyendo de lo que algunos expertos han hecho sentir: que el vino es solo para conocedores.
Los sí y no de los accesorios
Hoy les compartiré cuáles son, para mí, los accesorios que valen la pena y los que son un NO rotundo:
Corta cápsulas
Muy buena idea si no fuese porque se quedó a mil años luz de cómo debe manejarse la cápsula actualmente. Si desean lo compran como reliquia.
Corta gotas
Los que vienen como láminas que se doblan e insertan en la boca de la botella me encantan. Es cierto que un sommelier debería saber cortar la gota sin ningún accesorio, pero ninguno se ha salvado (incluida yo) de tener que usarlo sirviendo en fiestas y eventos.
Sacacorchos de dos tiempos
Son también conocidos como de bartender. Para mí, es el único que debería estar permitido, pero entiendo que su manejo conlleva cierto tiempo de aprendizaje. Eso sí, una vez que lo dominas puedes descorchar botellas hasta con los ojos cerrados.
Sacacorchos eléctrico
Sólo les pediré algo: si lo van a comprar, escojan el más sencillo posible y no esos que son más grandes que las botellas. Hay uno de Oster que me gusta recomendar, aunque debo advertir que su cortacápsulas no sirve para nada.
Decanter o decantador
Es otro de los utensilios que no debe faltar en la casa de un amante del vino. Sin embargo, no se debe usar para todo tipo de vinos. El decanter sirve para airear y para decantar, dos procesos que no se deben hacer con cualquier producto.
“Condones” para tapar las botellas
Se supone que son para conservar el vino después de abierta la botella pero, a menos que estén en una despedida de soltera, NO lo usen.
Filtros para eliminar sulfitos
Simplemente un NO rotundo.
Copas
Realmente no necesitas una copa por cada tipo de vino, pero sí que sean de cristal. Actualmente las consigues adaptadas a todo presupuesto.
Si solo puedes comprar de vidrio, recomiendo que sea el más delgado posible. Una copa de tinto, una de blanco y una de espumoso son más que suficiente.
Identificadores de copas
Parece una tontería, pero me lo agradecerán cuando vayan a una fiesta o sean anfitriones. Son muy necesarias más en estos tiempos tan particulares en dónde no querrán que una persona desconocida pose sus labios en tu copa.
Aireadores
Deben ser los accesorios que menos me gusta recomendar, de hecho, me cuesta incluso verlos. Sin embargo, dichos aparatos sí sirven para el propósito que fueron diseñados. A mi no me gustan por un asunto de estética (todavía no he visto el primero que luzca bien en la boca de una botella), pero son prácticos.
Tapones diversos
Si no se va a consumir la botella el mismo día, los tapones son muy recomendables para evitar la lucha “volver a introducir el corcho”.
Bomba de vacío
La recomiendo bastante para sacar el oxígeno de la botella, en caso de tener que guardar el vino no consumido el mismo día. Esto hará que dure un poco más en la nevera una vez abierto. Hay de todos los precios.
Por último y como mención especial les tengo el siguiente utensilio:
El coravin
Greg Lambrecht inventó uno de los aparatos más innovadores del mundo del vino. Hizo algo que yo creo que nadie podía imaginar: un gadget que logra servir el vino sin que sea necesario descorcharlo.
Cuando la esposa de Lambrecht salió embarazada y no pudo acompañarlo a tomar vino, se vio obligado muchas veces a consumirse la botella entera, o a guardarla en la nevera, lo que hacía que sus bondades aromáticas y gustativas no perduraran. Así nació el Coravin, o por lo menos es lo que él cuenta.
Gracias a una aguja muy delgada, y a todo un sistema que él inventó, es posible que un vino dure años sin tener que abrirlo, y aún así poder disfrutar de una copa de ese mismo vino.
A estas alturas, Coravin tiene una gran variedad de líneas, pero definitivamente está dedicado a mejorar la conservación del vino, por muchísimo más tiempo de lo que puede ofrecer una bomba de vacío.
Coravin es el accesorio más invasivo a nivel estético que he podido ver en mi vida pero, al mismo tiempo, uno de los más efectivos y recomendables de esta era. Eso sí, es bastante costoso, y en mi opinión no es una inversión que valga la pena si no tienes intenciones de armar una cava con productos especiales.
Para ofrecer una variedad de vinos por copa en restaurantes, este accesorio me parece extraordinario.
Espero que esta lista de accesorios les sea de ayuda y guía a la hora de caer en las tentaciones publicitarias, pero recuerden que al final, con un sacacorchos, una buena copa y un decanter es más que suficiente.
¡Salud! Y recuerden siempre disfrutar ustedes del vino y no que el vino disfrute de ustedes.
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