El apio es considerado una de las plantas domesticadas más antiguas de América que se cultiva a lo largo de la cordillera de Los Andes, desde Venezuela hasta el norte de Chile y noroeste de Argentina. Aunque en Venezuela se dan buenas cosechas a nivel del mar, el apio prefiere lugares superiores a los 1000 msnm con climas templados, resiste las lluvias y su desarrollo toma de 10 a 12 meses, requiriendo menos fertilizante que las papas.
De acuerdo a un estudio de las FAO, el apio de mejor calidad crece en el oriente de la zona andina, seguida por Barinitas y Santo Domingo, es una cosecha anual que se puede iniciar en cualquier momento del año.
El nombre arracacha o racacha, es la castellanización de la palabra Quechua Raqacha, es miembro de la misma familia que el apio españa (celery) y la zanahoria, por su similitud con el celery. En Venezuela se conoce como apio o apio criollo y en Ecuador, por la similitud con la zanahoria se le conoce como zanahoria blanca.
Las hojas son similares a las del perejil con un color verde intenso a morado y la raíz es similar a una zanahoria gorda con piel brillante.
Posee cadenas de almidón de fácil digestibilidad por lo que se recomienda para la alimentación de niños y ancianos, es una raíz con un alto contenido de carbohidratos y magnesio, rico en calcio, fósforo, hierro, yodo, vitaminas A, y fibras, su sabor ligeramente dulce.
Fresco, el apio se mantiene en la nevera de dos a tres semanas, por lo que se debe consumir rápido desde su cosecha.
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