Un día después el CICPC-2, la nave de ala rotatoria tomada por Pérez para realizar su acto de sublevación, fue encontrado en Osma. En esa oportunidad, el vicepresidente Tareck El Aissami, solicitó ayuda para dar con el paradero del funcionario fugitivo. De igual forma, acusó que el expiloto estaba vinculado a agencias de inteligencia internacional. Un hombre fue acusado de «ayudar» al sublevado a esconder el helicóptero, pero luego fue puesto en liberta.
Ya antes de este evento, Pérez había saltado a la fama con la primera película del Cicpc, «Muerte Suspendida», con la que se buscaba demostrar la capacidad de la Policía Científica para la resolución de crímenes en el país.
Tras los sucesos del 27 de junio, el presidente de la República, Nicolás Maduro, había acusado al exministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, de estar vinculado con Pérez al afirmar que éste era su piloto. El mayor general negó este nexo.
La Asamblea Nacional aprovechó para hacer ver la incapacidad del Gobierno en cuidar su propio arsenal de armas, aludiendo al caso.
Dos días después del hecho, en un acto televisado, el presidente del TSJ, Maikel Moreno, estuvo acompañado del cuerpo diplomático acreditado en Venezuela para mostrarle «los daños» ocasionados por los funcionarios desde el aire y aseguró que a pesar de las agresiones sufridas, el Poder Judicial seguiría trabajando. Las protestas en la calle estaban encendidas.
El Ministerio Público, que hasta ese momento era dirigido por la fiscal Luisa Ortega Díaz, había llamado en calidad de imputados al director del Sebin, Gustavo González López, y al hoy excomandante general de la Guardia Nacional, Antonio Benavides Torres, por la supuesta violación de los Derechos Humanos durante las manifestaciones. El 30 de junio, Maduro acusó a Ortega Díaz de ser «complice» del ataque al TSJ porque «no lo condena».
Durante las protestas antigubernamentales, hizo algunas apariciones a través de las redes sociales e incluso, hizo acto de presencia en una de las marchas nocturnas para honrar a los caídos durante las protestas. El 13 de julio fue una de ellas.
En Carabobo se registró una protesta, una de las tantas que se vivieron en los meses de abril a finales de julio de 2017. La del 18 fue significativa, ya que el ex Cicpc había anunciado que ese día sería una «hora cero».
El mismo líder del Colectivo La Piedrita, Valentín Santana, se mostró molesto por considerar que a su persona le tenían más asedio que al expiloto.
Ya para septiembre, Óscar Pérez se convirtió en el «enemigo público número uno» del país.
Noviembre fue otro mes de aparición del «más buscado» en Venezuela y aunque no habló en esa oportunidad, sí salió con el rostro descubierto. El hombre que estaba a su lado, leyó una proclama de al menos seis minutos en la que exhortaban a la ciudadanía a protestar en las calles.
En diciembre, apareció en un nuevo video, esta vez en el marco de la operación «Génesis», donde asaltaron un puesto de la Guardia Nacional en Laguneta de la Montaña, en el estado Miranda, en donde sustrajeron 26 fusiles. Según la nota de ese día, Pérez mencionaba que «este no es el fin de la guerra, sino apenas un combate».
Un día después, insistió en las redes sociales a los venezolanos que salieran a las calles a protestar en contra del actual Gobierno.
Ante ese ataque, Nicolás Maduro prometió «plomo» para aquellos que robaron los fusiles.
El 15 de enero de 2018, un operativo realizado en El Junquito por efectivos policiales, dieron con el paradero de Pérez y de otras seis personas y por varias horas estuvieron en un enfrentamiento. A través de las redes sociales, el exfuncionario informaba que los agredidos eran ellos y que no accionaban sus armas.
Ese día, Óscar Pérez falleció.
