“Hay documentos que certifican que en 1740 se destilaba alcohol de forma clandestina en Margarita. En esa época no existían conservantes del agua como el cloro o el clorito, entonces los navíos llegaban a las costas de Guayacán y Puerto Cruz en busca del vital líquido”, explicó Hernández, quien aseguró que todo lugar que contaba con fuentes de agua, había fuentes de producción de alcohol que permitían retardar el proceso de descomposición del agua.
La licencia pechada con el número 5 que se otorga en Venezuela en 1880, marca el inicio de la legalización de este proceso. Así se comienza a escribir parte de la historia que aun guardan los alambiques, paredes y ventanales desde donde Ricardo Hernández y su equipo, cuentan como Victoria de Alfonso de Córdoba se convirtió en la primera mujer en ingresar al negocio de los destilados.
Mucho más que destilados
En 210 hectáreas, los visitantes pueden desarrollar varias actividades que abarcan desde cuatro rutas de senderismo, hasta disfrutar de un baño en la espectacular piscina con vista a la bahía de Puerto Cruz así como la oportunidad de disfrutar de una experiencia gastronómica excepcional que incluye el recorrido a plantaciones de 18 rubros alimenticios que se cultivan en la hacienda entre las que destacan ají margariteño, berenjena, albahaca, romero, eneldo, perejil, limón, mandarina, patilla y anís estrellado.
Próximamente comenzarán a cultivar caraota, maní y se sembrarán unas 20 plantas de cocuy, proyecto que les ha permitido desarrollar la cocina “Kilómetro Cero”.
“Todo lo que producimos se ofrece en la hacienda en platos creativos y llenos de sabor con productos que tenemos a la mano. La carne y el pescado que ofrecemos a los visitantes, la compramos el mismo día en el matadero que tenemos como vecino al lado de la hacienda y a los pescadores de la bahía de Pedro González”, recalca Hernández.
Durante la visita, Bienmesabe disfrutó de unas deliciosas cestas de plátano con ceviche, elaborado con palometa, cebolla morada, cilantro y albahaca sembradas en la hacienda, empanaditas elaboradas con harina de yuca y rellenas con pisillo de pescado fresco y vegetales, una deliciosa parrilla y de postre, el tradicional arroz con leche coronado con trozos de mandarina y menta que recuerda la receta de la abuela.
La tarde terminó con una cata de ron donde nos paseamos por el descubrimiento de sabores, aromas y sensaciones acompañados de barras de chocolates Mantuano elaborados por el maestro Giovanny Conversi.
En sus instalaciones pueden realizarse todo tipo de eventos, bodas, cumpleaños, aniversarios, corporativos, entre otros. Para mayor información puede comunicarse a través de sus redes sociales @haciendaeltanque en Twitter e Instagram y Hacienda El Tanque en Faceobook.