Los cocteles con vino tienen su ciencia, y pueden ser tan respetables como el mismo licor con el que están hechos. La sommelier Vanessa Barradas derriba leyendas sobre estos cocteles y comparte cómo hacer mejores las mimosas, las sangrías y los tintos de verano
En mis casi 30 años de vida profesional como sommelier hay algo sobre lo que siempre me han preguntado: ¿Cuál es la ciencia de hacer cocteles con vino?
En muchas de las catas que he dirigido, algunas personas que se consideran expertas han intervenido pidiéndome que enseñe a los asistentes a que tomen vinos buenos, no sangría, y yo siempre he respondido lo mismo: los cocteles hechos con vino pueden ser tan serios y respetables como el vino en sí.
Creo que la idea que se tiene sobre este tipo de cocteles está basada en afirmaciones (mitos y leyendas) que escuchamos mucho. Aquí les voy a aclarar las más relevantes.
No necesariamente. Todo siempre va a depender del presupuesto de cada persona, pero no es una regla que para preparar un coctel tengas que usar el vino más económico, o solo el de cartón, o solo el de lata.
Si bien es cierto que no recomiendo usar un vino de alto nivel (como un reserva) para hacer cocteles, también lo es que existen infinidad de productos que se pueden utilizar para este fin.
Yo sugiero que, dependiendo de la ocasión, se decida qué usar. Por ejemplo, si vas a ofrecer cocteles en una reunión dónde habrá muchísimas personas (más de 50), lo ideal es que el vino para mezclar sea económico (menos de 10$).
Si, por el contrario, el encuentro es intimo o especial (no más de 10 personas), puedes marcar la diferencia con un vino base de precio moderado (de $10 a $15).
Esta puede ser la afirmación más errada en el tema de los cocteles con vino, ya que debería ser todo lo contrario. La variedad de uva a usar es sumamente importante si se quiere ofrecer un coctel balanceado.
Yo recomiendo seleccionar vinos hechos con uvas como Cabernet sauvignon que da vinos secos y de tanicidad (astringencia) de media a fuerte. Este tipo de cepas logrará que en el trago se sienta y mantenga el sabor del alcohol en equilibrio con las sodas, refrescos, azúcar añadida, frutas y otras especias que se usen para complementar la bebida.
Para mí es un principio que en todo coctel resalte el ingrediente alcohólico con el que se va a preparar, y es un error común que dicho sabor se quiera disfrazar con todo lo demás.
Esto pasa mucho en restaurantes, bares o lugares en dónde se hacen promociones de cocteles como enganche a que el consumidor pida más, y son justamente este estilo de bebidas las que terminan cayendo muy mal al día siguiente.
Esto es totalmente falso, y aplica de la misma manera como no se deben usar ingredientes dañados para cocinar. Si ya se sabe que el vino no está en su mejor condición, e incluso se sospecha que pueda estar malo, ese producto se debe desechar sin pensarlo.
Se puede preparar un coctel con un vino que tiene hasta 5 días en la nevera, después de eso no.
Todo lo contrario. Quién conoce de vinos sabe la importancia de hacer un coctel con buenos productos, y esto hablará muy bien del anfitrión o anfitriona que ofrece bebidas de calidad. Es seguro que siempre se destacará en las reuniones.
Yo no les voy a dar una tabla de medidas ni recetas, pero si les puedo decir que las cantidades para preparar un coctel importan mucho.
Para mí, todo trago, desde el más sencillo hasta el más complejo, debe resaltar la bebida alcohólica base, cuidando que haya equilibrio y balance. No hay nada más desagradable y poco profesional que pedir una sangría o tinto de verano, y que al momento de probarlo sepa a pura azúcar, a frutas, o a la gaseosa que se usa en la mezcla.
Aclarados los mitos que para mi son más relevantes y comunes, les comparto unos tips para que sus cocteles con vino queden deliciosos:
Este coctel se hace principalmente con champaña, pero si el presupuesto no es tan elevado pueden utilizar cava o prosecco.
Lo más importante será que al momento de servir cada copa de Mimosa se agregue primero el espumante y luego el jugo de naranja, no al revés.
Si sabes que las naranjas naturales estarán lo suficientemente dulces úsalas, pero para una mayor precisión recomiendo comprar jugos comerciales.
Naranjas dulces van con espumantes secos.
Naranjas con mucha acidez van mejor con espumantes extra dry (proseccos), o demisec (cava o champaña).
Recomiendo usar vino tinto de uva cabernet sauvignon, carmenere o garnacha.
Las frutas ideales para la sangría son: manzana roja, uvas blancas y tintas, kiwi, piña, pera, fresas, y una rodaja de naranja en cada vaso.
La gaseosa es preferible a agregar mucha azúcar o jarabe de goma. Puede ser Chinotto, Sprite o 7up.
Para un toque especial recomiendo una pizca de canela en polvo, directamente en el centro de cada copa o vaso antes de servir. Esto hará que resalten todos los sabores.
Es el coctel más sencillo que nunca falta en las épocas de calor.
Aquí mi recomendación será prepararlo con vino tinto de uva malbec o merlot, que tengan por lo menos 3 meses de paso por barrica.
La gaseosa que sea Chinotto, Sprite o 7up.
Finalmente pueden preparar la sangría y el tinto de verano en jarras, pero en el caso de las mimosas serán mucho mejores si se preparan copa por copa. Eso sí, el jugo de naranja y el espumante deben estar bien fríos, porque a diferencia de los otros cocteles, las mimosas no deben servirse con hielo.
¡Salud! Y recuerden siempre disfrutar ustedes del vino (en este caso de los cocteles) y no que el vino disfrute de ustedes.
Nos leemos en un próximo Bla Bla Wine.
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