Degustación

Más que una Casa Club, un buen restaurante

Alexander Maier y Raúl Soules aceptaron el reto de trasnformar la Casa Club de La Lagunita Country Club en un lugar donde los socios puedan comer bien y disfrutar de un servicio personalizado 

Fotos: Dane Uzcátegui
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Cuenta la leyenda que el restaurante de la Casa Club de La Lagunita Country Club pertenecía, hace 25 años, a un chef francés cuya propuesta era variada y de alta calidad. Años después, el lugar comenzó a perder popularidad por parte de sus clientes y su reputación comenzó a verse afectada. Sin embargo, desde hace año y medio, dos abogados decidieron aceptar el reto y cambiar la reputación que se había construido.

Alexander Maier ha crecido dentro del mundo de la gastronomía: su familia es dueña del restaurante Hermann y, como consecuencia, durante su infancia le enseñaron la importancia de ofrecer buenos platos y de garantizar un excelente servicio a los clientes. A pesar de esto, Maier decidió irse por otro camino y estudiar Derecho. Durante la universidad conoció a Raúl Soules, su gran amigo y quien años más tarde sería su socio.

En el año 2015, La Lagunita Country Club le ofreció al padre de Alexander la concesión del restaurante de la Casa Club pero él decidió rechazar la propuesta. Ante esta situación, Alexander quiso aceptar ese reto, tomar ese proyecto y transformarlo por completo.

“Simplemente sentí una corazonada, tenía que hacerlo. Yo sabía que estaba corriendo un gran riesgo pero era un reto que tenía que aceptar. Llamé a Raúl para que se asociara, él también se arriesgó”.

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A los 30 días de haber firmado la concesión, Maier y Soulés planificaron la reinauguración. Para el evento, esperaban un máximo de 60 personas y llegaron 300 socios.

“Ese día fue una locura, todo el equipo se unió para ofrecer una buena comida y un buen servicio. Cometimos nuestros errores pero desde ese día supimos que íbamos por buen camino”.

Parte del nuevo menú se caracteriza por tener inspiración en el restaurante Hermann. Los socios decidieron reinterpretar lo clásico, agregarle un toque diferente e innovar algunos platos. El menú cambia cada dos o tres meses, se mantienen las propuestas más populares pero se integran otras nuevas para no aburrir al cliente.

“Anteriormente, los socios solo venían, por ejemplo, los viernes en la noche para tomar. Nosotros tuvimos que romper esa percepción y educar al cliente. Aquí pueden venir  a comer y se puede comer muy bien”.

Con respecto al servicio, el restaurante es una escuela que se preocupa por la formación y crecimiento de los integrantes del equipo. Desde el primer día, los dueños sabían que ofrecer un buen servicio era indispensable dentro de la nueva propuesta. Por ello, siempre buscan personas que se preocupen por el otro, tienen calidad humana, están dispuestos a trabajar en equipo y aprender de forma progresiva.

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Hoy en día, los abogados trabajan tiempo completo en sus proyectos gastronómicos. En la actualidad, no solo tienen la concesión de la Casa Club sino también la del Tenis, una especie de cafetería y sanduchería.

«El Club también nos ha dado receptividad. Antes no se sentían motivados para invertir en el restaurante; ahora pasa lo contrario, nos han ayudado a mejorar el aspecto de la Casa Club». 

Además, decidieron incursionar dentro del mundo del catering y crearon Black Pepper. Hasta la fecha han ofrecido sus servicios en 30 eventos de un máximo de 250 personas.

“Aunque nuestros clientes solo son los socios del Club, nos gustaría expandirnos. Dentro de nuestros planes tenemos proyectos nacionales y fuera de Venezuela. Esto no quiere decir que nos vamos a ir, nosotros seguimos apostando por nuestro país”.

¿Qué pedir?

Nuestro  plato preferido es el dip de espinacas: su sabor, la consistencia y la textura lo convierten en una entrada ideal para compartir. Además, te lo sirven con una salsa mexicana y unas tortillitas crujientes que le agregan un toque diferente. Si lo desean, lo pueden pedir para picar junto con el cóctel de camarones.

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Como plato principal recomendamos el risotto de alcachofas y camarones. El chef es generoso y sirve una porción abundante que no se arrepentirán de ordenar. Si lo desean,  pueden eliminar los camarones del plato con previa solicitud al mesonero.

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Coordenadas:

  • Dirección: Lagunita Country Club, urbanización La Lagunita, Caracas, Venezuela.
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