Entrevista

Antonio Cruz, el venezolano que brilló en MasterChef: “No sabía si la cachapa iba a funcionar”

Antonio Cruz Vaamonde es el venezolano que brilló en MasterChef Australia al preparar un plato autóctono de su país: cachapa con queso. Su participación en la competencia gastronómica surgió de una promesa a su abuela, su inspiración en la cocina. En esta entrevista cuenta parte de su historia

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Cumpliendo la promesa que le hizo a su abuela en los años de la pandemia, Antonio Cruz fue uno de los venezolanos que participó en el exitoso show MasterChef, edición Australia, quedando entre los 10 finalistas de la competencia.

Antonio estudió una carrera que no esperas ver en un concursante de MasterChef: ingeniería informática. Se graduó en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Obviamente el amor por la gastronomía se terminó imponiendo.

La cocina le comenzó a apasionar porque su abuela y a su madre creando variedad de platos.

Los primeros pasos los dio en su época universitaria, cuando comenzó a hacer parrilladas con sus amigos. Sin embargo, no fue hasta que emigró a Australia que empezó a buscar nuevos sabores y formas de combinar los alimentos.

«Yo me mudé a Australia en el 2015 y solamente tenía aquí a un primo y su esposa. Sin embargo, al poco tiempo se mudaron y me quedé solo. Estando tan lejos de tu familia es complicado, pero siempre he tenido una buena relación con ellos y hablaba todos los días con mi abuelita. Siempre le echaba broma, le decía: ‘Cuando esté en Masterchef voy a saber hacer esto’. Lamentablemente mi abuela falleció justo después de la pandemia y en una de las últimas conversaciones que tuve con ella me hizo prometerle que iba a aplicar y no me iba a quedar con las ganas de ver qué iba a pasar».

—¿Cómo comenzó el proceso para quedar seleccionado para el concurso?

—En mi caso tuve que enviar una planilla. Ahí escribes por qué quieres cocinar, cuál es tu historia y cuáles son los chefs que son tu inspiración. Luego envías un video de ti cocinando, supongo yo que es para ver cómo puedes interactuar con la cámara, porque eso es algo que pasa mucho en el show. Cuando estás cocinando, vienen y te hacen preguntas, te hablan y tú tienes que seguir cocinando.

Luego de eso viene el proceso de audición que normalmente puede ser de dos a tres días. Ahí ellos utilizan algo que es super común que se llaman los Mistery Box, o «las cajas misteriosas», que son cajas en donde hay un ingrediente sorpresa que tienes que utilizar en tu platillo. Después tienes una audición con los jueces y luego te dan el sí para estar en el show.

—¿Cuál fue el reto más difícil?

Yo creo que el más complicado, y curiosamente uno de los que más me gustó, fueron los retos de servicio. Básicamente tienes 30, 40 personas que van a la cocina de MasterChef y tienes que servir todos los platos y cocinar toda la comida.

Hubo una vez que nos separaron en dos equipos y teníamos que cocinar para 800 personas, eso fue brutal, porque tu cabeza no entiende la cantidad de comida que debes preparar para alimentar a 800 personas.

—¿Por qué la cachapa y el asado negro como representación de la gastronomía venezolana para esta competencia?

—Cuando tú estás en una competencia internacional, quieres mostrar parte de tu cultura, sobre todo en un país que queda tan lejos de Venezuela, y que muchas de las personas que están ahí no han tenido la exposición a cualquiera de esos platos. Puede ser un valor añadido, pero también puede ser un riesgo, porque ellos no tienen un punto de referencia.

Una cosa que es importante es que se adapte al reto del día. Yo, por ejemplo, nunca tuve la oportunidad de ver harina PAN en los estantes o sencillamente no se adaptaba al reto del día. Es una línea muy delgada entre lo que tú quieres hacer y lo que de verdad cumple con las reglas del juego.

Ese día Jamie Oliver nos dijo que teníamos quince minutos para completar el reto. Cuando corrí al estante vi qué había, sinceramente estaba pensando en comida del mar, estaba pensando en camarones o en mejillones. Pero cuando entré, vi el maíz y dije: «Creo que voy a irme con esto hoy y que sea lo que Dios quiera».

Antonio comenta que evidentemente el queso guayanés y el queso telita no son muy fáciles de conseguir en un país como Australia, pero cuenta que hay unos venezolanos que viven en Tasmania y tienen una granja lechera donde hacen quesos de muy buena calidad.

Pero como eso no era una opción en la estantería de MasterChef Australia, Antonio decidió resolver con una mezcla de tres quesos: mozzarella, feta y halloumi. El último tuvo intención: «Es un queso que es muy parecido al paisa en sabor».

Además del momento viral con la cachapa, Antonio también cocinó un asado negro en la competencia. Sin embargo esta vez fue con pescado.

—¿Cómo llegaste a la conclusión de unir el sabor del asado negro con el pescado?

Ese día tuvimos como chef invitado a una persona que se llama George Maila, él es un chef australiano que se caracteriza por combinar carnicería tradicional y aplicarla a pescados. Es algo fuera de lo convencional. Este chef encuentra cortes que se asemejan a una chuleta. Es como si te comieras una chuleta, pero de pescado.

El reto de ese día era utilizar cortes de un pescado que se llama «Jhon Dory» y cocinarlo de una manera que no fuera tan convencional. Cuando el chef estaba explicando cómo cocinaría ese corte de pescado, dijo que lo haría como si fuese un estofado. Ahí se me prendió el bombillo y dije puedo hacer una salsa de asado negro con pescado. Al final la respuesta de los jueces fue super buena, nunca habían probado algo parecido.

Participar en estado de shock

Antonio aseguró que toda la competencia fue un estado perpetuo de shock debido a todas las experiencias vividas y el hecho de encontrarse con personajes como Jamie Oliver, uno de los chefs británicos más influyentes en el mundo.

«Yo no podía creer cuando vi a Jamie Oliver y además nos dice que teníamos que cocinar algo en 15 minutos. Tenía miedo de darle la cachapa a un escocés, a un australiano y a un británico. Me van a decir: ‘No tengo ni idea de qué es esto’«.

Antonio cuenta que en el momento en el que Jamie Oliver le habla sobre su platillo, de una forma positiva, se quedó perplejo. En algún momento dudó sobre si la cachapa fuese a funcionar porque era un platillo que apelaba a su niñez y al país que dejó atrás.

Sin embargo, en el instante en que vio que a todos los jueces les encantó, entendió que no era algo que solo estaba en su cabeza y en de miles de venezolanos, sino que verdaderamente la cachapa es una comida deliciosa y debería ser reconocida a nivel mundial.

—¿Qué puedes destacar de la gastronomía venezolana?

Yo nunca le he dado un tequeño a alguien que no le haya gustado. Eso habla muy bien de las cosas que hacemos. Igualmente la arepa, eso es un lienzo en blanco porque cada quien la rellena como le gusta y yo creo que eso la hace versátil. Nuestra gastronomía resulta interesante porque es algo que no tiene exposición y uno siempre tiene curiosidad por lo desconocido. Y hablando claro, todos los platos venezolanos son buenísimos.

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