Navidad

Las hallacas no conocen fronteras: así son las de la diáspora

Personas de todo el mundo pueden disfrutar de la protagonista del plato navideño de Venezuela gracias a migrantes que, generosamente, las preparan

maricela gomez
foto |archivo Bienmesabe
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Las hallacas no solo son un plato típico de la gastronomía venezolana, sino que también son un símbolo de la identidad y la unidad de los venezolanos, que se ha extendido más allá de sus fronteras gracias a la migración. La preparación y el consumo de las hallacas durante la Navidad es una tradición arraigada en la cultura venezolana, que seguirá siendo parte importante de su patrimonio culinario en cualquier parte del mundo donde se encuentren los venezolanos.

Con la creciente migración de venezolanos a otros países, la tradición de las hallacas también ha llegado a otras partes del mundo. Muchos venezolanos que viven en el extranjero continúan preparando este plato típico durante la Navidad, como una forma de mantener vivo su vínculo con su país de origen y compartir su cultura con sus nuevas comunidades.

La hallaca tiene masa, guiso, adornos y envoltorio. Foto archivo de Bienmesabe

Les contamos sobre algunas hallacas «migrantes» y las adaptaciones que tuvieron que sufrir para seguir dando calor venezolano a la Navidad, aunque sea en otras latitudes.

Sumito Estévez – España

Foto de Sumito Estévez.

Sumito Estévez (@sumitoestevez), el reconocido chef, escritor, educador y empresario venezolano con más de 30 años de experiencia en el mundo de la gastronomía, decidió este año ofrecer packs navideños en España y Suiza.

Nacido en Mérida, Sumito se graduó de Licenciado en Física en la Universidad de Los Andes. Trabajó con grandes personalidades como Armando Scannone, Franz Conde, Pierre Blanchard, entre otros. Sumito es una de las personalidades más reconocidas dentro del mundo de la gastronomía venezolana.

En el año 2017, Sumito decidió que era el momento de dejar su país. Junto a su esposa, se mudó a Santiago de Chile y luego a Italia, el país natal de ella, donde actualmente residen.

A pesar de estar lejos de su país, Sumito nunca perdió su amor por la cocina venezolana y siempre encontró la forma de compartir sus conocimientos con el mundo. A través de su canal de Youtube y su blog, comparte recetas y consejos para que las personas puedan replicarlas en sus hogares.

Sumito ha estado haciendo hallacas durante más de 30 años y este año decidió llevar su pasión por este plato a otro nivel. En julio de este año, inició un proyecto ambicioso para llevar sus hallacas a Madrid y Barcelona en España, y a Zúrich, Suiza. Se trata de un pack navideño para 4 personas que incluye 4 hallacas, 1 kilo de pernil, 1 kilo de asado negro y 500 ml de ponche. Este pack tiene un costo de 125 euros y Sumito planea hacer 500 de ellos para venderlos en estas ciudades durante la temporada navideña.

Para Sumito, las hallacas no son solo un plato típico, sino una forma de recordar los momentos felices de su vida y de transmitir la tradición a las nuevas generaciones. A pesar de estar lejos de su país, él sigue manteniendo viva esta tradición y está orgulloso de poder compartirla con personas de diferentes partes del mundo.

Sumito considera que su proyecto de llevar las hallacas a Europa es casi una operación a escala industrial, pero para él, es una forma de llevar un pedacito de su cultura y tradición a otros países. Para él, las hallacas no solo son un plato navideño, sino una forma de dejar un legado y mantener vivas las tradiciones venezolanas en cualquier parte del mundo donde se encuentre.

Enri Lemoine – Estados Unidos

Foto de Enri Lemoine.

Enri Lemoine (@enrilemoine) es una periodista venezolana, con una gran pasión por la gastronomía. En el año 2007, Enri decidió que era el momento de dejar su país en busca de nuevas oportunidades para sus hijos. Primero se mudó a Georgia y en el 2012, a Miami.

A pesar de estar lejos de su país, Enri nunca perdió sus raíces y siempre mantuvo las tradiciones venezolanas vivas en su hogar. Una de esas tradiciones era preparar hallacas durante la época navideña.

En el 2015, unos amigos probaron las hallacas de Enri y quedaron impresionados por su sabor y calidad. Le pidieron que les hiciera unas para ellos y no dudaron en pagarlas. Fue entonces cuando Enri se dio cuenta de que podía convertir su pasión por la cocina en un negocio.

Comenzó a ofrecer sus hallacas por encargo y rápidamente se ganó una clientela fiel. Enri se toma muy en serio su trabajo y siempre complace a sus clientes en cuanto a las exigencias en los ingredientes de las hallacas. Después de años de experiencia y para complacer a cada paladar, ha desarrollado 7 tipos de guiso para sus hallacas: cerdo, cerdo y carne, carne, pollo, carne y pollo, vegetariano y de pescado.

Sus hallacas llevan el toque dulzón característico de las caraqueñas y una masa muy delgada. En el relleno tienen aceitunas, almendras fileteadas, uvas pasas morenas, uvas pasas rubias, alcaparras bebés y tiras de pollo (a excepción de las que son de guiso de pescado y vegetariano).

Enri es muy celosa cuando está preparando las hallacas, ya que considera que es un proceso que requiere dedicación y amor. Ella misma arma, envuelve y amarra cada una de las hallacas que vende, asegurándose de que cada una tenga el mismo sabor y calidad.

A lo largo de los años, Enri ha visto crecer su negocio de manera impresionante. El primer año solo hizo 150 hallacas, pero este año lleva 1300 aunque aún no ha llegado la temporada fuerte. Su público ha abrazado sus hallacas con entusiasmo y siempre están ansiosos por probar sus nuevos sabores y variedades.

Además de su negocio de hallacas, Enri también comparte su pasión por la cocina venezolana a través de su canal de Youtube y su página web. Le encanta compartir sus recetas y consejos para que otras personas puedan disfrutar de este delicioso plato en sus hogares sin importar el lugar del mundo en el que se encuentren.

Niuska Sánchez – Irlanda

Foto de Niuska Sánchez.

Niuska (@niuskacatering) es hija de marabinos, nacida en Maturín, estado Monagas y criada (la mayor parte de su vida) en Maracaibo, Zulia. A los 15 años, un día quería comer hallacas y decidió hacerlas ella misma y el resultado fue tan delicioso que comenzó a venderlas en el negocio de sus padres.

Niuska siempre fue una joven emprendedora y creativa, y su pequeño negocio de hallacas comenzó a crecer rápidamente. Sus amigos y familiares eran sus principales clientes, pero pronto comenzó a recibir pedidos de otras personas que habían probado sus hallacas y quedaron encantados. Niuska se graduó en la Universidad Rafael Belloso Chacín con una licenciatura en Comunicación Social y decidió seguir sus estudios en Irlanda.

En octubre del 2013, Niuska llegó a Dublín, Irlanda y se sorprendió al ver la gran cantidad de venezolanos que vivían allí. Al acercarse la época navideña y ver la falta de oferta de hallacas en el mercado, al segundo día de haber llegado a Irlanda, empezó a vender hallacas en ese país.

A pesar de que conseguir los ingredientes tradicionales no era difícil en Irlanda, tuvo que hacer algunos ajustes en la receta, como reemplazar el ají dulce por tabasco, ya que este era más fácil de conseguir en ese país.

En el 2020,Niuska fue contactada por la escritora Carol Azams para que formara parte del libro «Inspired Migrant Women in Ireland» donde recopilaba historias de migrantes radicados en Irlanda. En el libro, Niuska cuenta su historia de migración y explica lo que es la hallaca y lo que representa este plato navideño para los venezolanos.

Niuska ha tenido una excelente respuesta por parte del público irlandés y de otros venezolanos. Sus hallacas han pasado por el paladar de personas de diferentes nacionalidades, quienes se han quedado sorprendidos por el sabor y la calidad de este plato típico venezolano.

Mary Aljorna – Perú

Foto de Hallacas Venezolanas en Perú.

Mary (@hallacas_venezolanas_en_peru) nació en la ciudad de San Fernando de Apure, en Venezuela. Hace 23 años, Mary decidió emigrar junto a su familia. Sin embargo, nunca olvidó sus raíces venezolanas y siempre llevaba consigo los sabores y aromas de su tierra. Para Mary, hacer hallacas era una forma de mantener viva la tradición y compartir un pedacito de su país con sus compatriotas en Perú.

Al principio, Mary solo hacía hallacas para su allegados pero, poco a poco, su fama se fue extendiendo y comenzó a recibir pedidos de otros venezolanos que vivían en Lima. Con el tiempo, incluso los peruanos comenzaron a interesarse por este plato, para ellos exótico y delicioso.

Hace 8 años, Mary decidió empezar a vender hallacas; gracias a la gran cantidad de venezolanos que viven en Perú, no se le dificulta conseguir los ingredientes tradicionales que debe llevar la reina del plato navideño venezolano.

Lo que hace que las hallacas de Mary sean tan especiales es su sazón. Ella afirma que cada cocinero tiene su propia receta y su propio toque personal, y que el secreto está en la pasión y el amor que se le pone a la preparación. Por eso, a Mary le gusta trabajar sola en su cocina, donde puede concentrarse y darle a cada hallaca el cuidado y la atención que se merece.

Para Mary, hacer hallacas no es solo un trabajo, sino una forma de mantener sus raíces vivas y compartir un pedacito de su cultura con el mundo. Y gracias a su dedicación y talento, sus hallacas se han convertido en un símbolo de la unión y la diversidad cultural en la ciudad de Lima.

Jose Rodrigues y Marie Franco – Portugal

Foto de La Osadía.

José y Marie (@laosadia) son una pareja de venezolanos que residen actualmente en Portugal. En el año 2013, José decidió dejar Venezuela y emigrar a Chile, donde buscó trabajo y comenzó a construir una nueva vida. Unos años después, Marie también decidió dejar Venezuela y unirse a José en Chile.

Sin embargo, en el año 2017, la pareja decidió emigrar nuevamente, esta vez a Lisboa, Portugal. En el 2020, al llegar la pandemia del COVID-19, a José y Marie se les ocurrió aprovechar la pasión de José por la cocina y comenzaron a crear videos para difundirlos a través de su canal de Youtube. Al ver la receptividad por parte del público, decidieron hacer hallacas y pan de jamón para la venta en diciembre del año siguiente. Así nació su restaurante La Osadía.

La particularidad de las hallacas de La Osadía es que han fusionado las recetas de sus familias para crear su propia versión de este plato típico. Utilizan tocino de cerdo para hacer el sofrito, agregan un vino portugués para darle un toque dulce, no utilizan encurtidos, y en sus hallacas solo incluyen pasas, aceitunas y pequeños trozos de zanahoria al relleno.

El público, tanto venezolano como portugués, ha demostrado una gran aceptación a estas hallacas, lo que ha motivado a José y Marie a seguir expandiendo su negocio y llevando un pedacito de la gastronomía venezolana a Portugal. A pesar de que su restaurante es su trabajo secundario, ellos dedican parte de su tiempo libre a preparar y vender sus hallacas durante la temporada navideña.

La historia de José y Marie es un ejemplo de cómo la pasión por la cocina y la perseverancia pueden llevar a cumplir los sueños, incluso en tierras lejanas. Su amor por la gastronomía venezolana ha traspasado fronteras y hoy en día son reconocidos por su delicioso sabor y autenticidad.

Esmeralda Díaz – Chile

Foto de Hallacas El Ají Dulce.

Esmeralda Díaz (@hallacas.el.aji.dulce) es una venezolana radicada en Santiago de Chile que, desde muy joven, siempre tuvo un gran amor por la cocina y por las tradiciones de su país. A los 22 años, Esmeralda, con su receta de hallacas caraqueñas con guiso de tres carnes, decidió presentarlas en una de las cadenas de supermercados más grandes del país convirtiéndose en un gran éxito.

Con el nombre «Hallacas La Casera», Esmeralda empezó a vender sus hallacas alrededor de todo el país. Durante 10 años, se dedicó a distribuir en diferentes ciudades de Venezuela en distintas cadenas de supermercados.

En el año 2000, Esmeralda decidió que debía buscar una mejor oportunidad para su familia. Fue entonces cuando tomó la decisión de dejar Venezuela y emigrar a Chile, con la esperanza de encontrar un futuro más próspero. Al llegar decidió poner en práctica su pasión por la cocina y convertirla en un negocio, es así como comienza a hacer hallacas para venderlas en Chile

Pero para Esmeralda, no solo se trataba de vender hallacas, sino de transmitir el sabor y la tradición de su país a través de su comida. Por eso, también ofrecía otros platos típicos de la Navidad venezolana como el pan de jamón, el ponche, el pernil, la torta negra y hasta quesillo.

Para ella, hablar de las hallacas es «dar cátedra», es hablar del orgullo nacional y de las raíces que lleva en su corazón. A través de sus hallacas, quería que las personas recordaran a sus madres y que pudieran sentirse cerca de su hogar aunque estuvieran lejos.

Cada Navidad, sus hijos se reúnen en su casa para ayudarla con la venta de las hallacas. Es un momento especial en el que todos trabajan juntos y comparten risas y recuerdos mientras preparan las deliciosas hallacas.

Para Esmeralda, su amor por la cocina y el sentirse viva es lo que la motiva a seguir haciendo hallacas cada año. Ella ha encontrado en su trabajo una forma de mantenerse conectada con sus raíces y compartir su cultura con los demás. Lo más importante para Esmeralda es poder transmitir su amor por la cocina y su cultura a través de sus deliciosas hallacas.

Más que una comida

Gracias a cada uno de ellos y de todos los venezolanos que han exportado el plato típico navideño, las hallacas han trascendido las fronteras de Venezuela y se han convertido en un símbolo de la diáspora venezolana, manteniendo viva la tradición culinaria y el sentido de comunidad entre los venezolanos en el extranjero.

Para cada venezolano, la hallaca representa el recuerdo de la navidad en familia, de la unión y el compartir. Es un pequeño pedazo de su tierra convertida en una obra culinaria que ha pasado de generación en generación. Sin importar el tipo de hallaca que preparen, siempre tiene sabor a Venezuela.

Algo de contexto

La hallaca es un plato típico de la gastronomía venezolana que se consume principalmente durante la época navideña. Existen diversas teorías sobre su origen, una de ellas dice que nació en la época colonial, cuando los esclavos africanos que llegaron a Venezuela adaptaron la técnica de envolver la comida en hojas de plátano para conservarla y transportarla.

Si hay algo en lo que coinciden las teorías es que es un plato que combina la cultura de la cocina africana, indígena y española. La hallaca es un recordatorio de la mezcla de orígenes y de todos los procesos históricos que pasaron para que sea el símbolo venezolano que es hoy.

Con el paso del tiempo, esta tradición se extendió a toda la población venezolana y se convirtió en un símbolo de unidad y celebración durante las fiestas navideñas. Hoy en día, las hallacas son consideradas como el plato típico por excelencia de la Navidad venezolana y su preparación es una actividad en la que participa toda la familia, convirtiéndose en una verdadera tradición culinaria y cultural del país.

Hay hallacas caraqueñas, andinas, zulianas, orientales y llaneras; de pescado, de quinchoncho, de chivo, de lapa y hasta con queso; con masa harina de maíz, con masa de plátano o con harina de “maíz pilao”. El tipo varía dependiendo la zona pero hay una cosa que une a todas ellas: la venezolanidad.

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