7 razones para comer lentejas

En cualquiera de sus colores, las lentejas son una comida BBB: buenas, bonitas y baratas. Y, por supuesto, forman parte del comfort food: un potaje caliente de los que siempre vienen bien y recuerdan a las mamás y a las abuelas.

Más allá de eso, las lentejas aportan muchos beneficios para el organismo.

1. Altas en proteína. Por cada 50 gramos de lentejas, el organismo recibe 13 gramos de proteína vegetal. La página El poder del consumidor asegura que si se combinan con algún cereal como el arroz, eleva su aporte de proteína casi al mismo novel que da la carne.

2. Bajos en grasas y sodio. En los mismos 50 gramos de lentejas, apenas hay 1,1 gramos de grasa y no tienen colesterol. También contienen muy poco sodio. Todo esto ayuda, apunta National Geographic, a disminuir el riesgo cardiovascular. Por supuesto que esas cualidades nutricionales están medidas antes de añadirle embutidos o sofritos para darles sabor.

3. Mucha fibra. Dice National Geographic que son ricas en fibra, lo que mejora la salud digestiva y reduce los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares.

4. Sacian largo tiempo. Su fibra y sus almidones ayudan a que la gente se sienta satisfecha, es decir no tenga hambre, durante varias horas. Añade la página especializada CuerpoMente que son más digestivas que otras legumbres.

5. Contienen ácido fólico, hierro, potasio y magnesio. Todos estos minerales ayudan a prevenir anemias y desnutrición y optimizan el funcionamiento del sistema nervioso. Las embarazas se benefician de su consumo porque disminuye el riesgo de malformaciones en el feto.

6. Sin gluten. En estado natural, no tienen gluten. Si cuidas lo que les añades, son totalmente aptas para personas celíacas.

7. Bajo índice glucémico. Esta cualidad, que destaca National Geographic, ayuda a controlar el azúcar en sangre y los niveles de insulina. Esto es particularmente beneficioso para diabéticos y personas que buscan perder peso.

Duraderas lentejas

Además de todo esto, las lentejas (y todas las legumbres) tienen la propiedad de que, bien almacenadas, pueden durar muchos años. Solo hay que procurar que no le entren insectos. Una de las mejores maneras de conservarlas es congeladas, lo que preserva sus propiedades sin problemas.

Así que prepara lentejas rutinariamente: las puedes hacer en sopa, hamburguesas, croquetas o incluso como un contorno más, y servirlas con arroz al lado de las proteínas del día. Es recomendable que, al igual que con todos los granos, se dejen en remojo de un día para otro. Esto ayuda a ablandarlas y las limpia.

Por último, compartimos un truco de los alemanes a la hora de preparar sus lentejas (lo que hacen con mucha frecuencia): bota el agua del primer hervor y sigue cocinándolas en agua limpia. Esto las hace más digestivas.