Vida sana

¡Atrévete a preparar el cóctel de la felicidad con tus hormonas!

Te sorprenderá saber que sus efectos son más potentes y duraderos que cualquier droga conocida, que aunque no está libre de provocar adicción, te invitará cada día a volver a él para sentir que caminas entre las nubes, sin esforzarte en buscar ingredientes exóticos ni gastar un centavo, porque los aditivos de esta mezcla están dentro de ti. Se llaman hormonas y solo se requiere que tengas voluntad para ponerlas en acciónLas hormonas son sustancias segregadas de manera natural por las glándulas de nuestro cuerpo. Algunas veces, se comportan también como neurotransmisores, es decir, no solo fluyen a lo largo de la sangre, sino que también intervienen en el proceso de comunicación entre las neuronas y adaptan las funciones del organismo a las exigencias del medio ambiente.

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Por ejemplo, cuando nos encontramos en una situación amenazante, se comienza a liberar cortisol, conocida como la hormona del estrés, que se encarga de avisarle al cuerpo que se prepare para luchar o huir.

Así como ante las amenazas estamos genéticamente preparados para responder, también sucede en situaciones agradables pero con el beneficio de que tenemos la capacidad consciente (única del ser humano) de influir en la segregación de hormonas que nos proporcionan bienestar, no solo mentalmente mediante la evocación de recuerdos amables o bloqueo de pensamientos negativos, sino también al activar la voluntad de establecer patrones de conducta que nos aseguren un flujo constante de estas sustancias.

¿Te atreves a conocer más sobre los ingredientes del cóctel de la felicidad? Descubre la función de siete hormonas que están directamente relacionadas con el bienestar, las situaciones que las activan, los alimentos que las estimulan y el control que puedes tener sobre ellas.

1. Dopamina
Piensa por un momento en la sensación que tienes cuando vas a un concierto de tu música favorita o la contracción y expansión de tu cuerpo durante un orgasmo… la responsable de ello es la dopamina, que se riega en nuestro cerebro y en nuestra sangre ante situaciones placenteras.

La dopamina está relacionada también con el deseo de realizar algo y la anticipación de la recompensa. Alcanza su clímax cuando, efectivamente, se obtiene el premio luego de un esfuerzo y sufre un descenso importante ante la decepción. Su papel en la motivación se dirige a encontrar placer al evitar los estímulos desagradables, por lo cual, además, incita la creatividad, el aprendizaje y la resolución de problemas.

Para estimular su producción debemos incluir manzanas, remolachas, patillas y vegetales en nuestra dieta, ya que en ellos se encuentran los bloques de construcción de esta neurohormona.

La dopamina no está libre de la influencia del estilo de vida, por lo que si realizamos ejercicio vigoroso y mantenemos relaciones sexuales saludables regularmente, podremos garantizar su presencia en nuestro organismo. Debido a que la dopamina se mueve cómodamente entre las aguas de la serenidad y la euforia, se puede estimular su segregación tanto mediante la meditación como al escuchar música (más si se canta como si nadie estuviera escuchando).

Una de las maneras más efectivas y concretas de poner en acción a la dopamina es plantearse y cumplir objetivos a corto y mediano plazo. Las recompensas pequeñas pero constantes, mantiene en equilibrio nuestra motivación y nuestro estado de ánimo.
2. Serotonina
¿Te has dado cuenta de que luego de un gran disgusto, comienzan a descender tus niveles de ira y puedes pensar con mayor claridad sobre la situación? Esto ocurre porque la serotonina ha comenzado a fluir por tu cuerpo para restablecer tu equilibrio emocional. Y así como regula el estado de ánimo, esta sustancia también interviene en la temperatura corporal, los ciclos del sueño y en el apetito, indicándole al organismo cuándo es tiempo satisfacer las necesidades y cuándo ya es suficiente.

Esta sustancia se produce a partir del triptófano, que es un aminoácido presente en la carne, el pescado, los huevos, los lácteos, las pastas, el arroz y los cereales, entre otros alimentos. Pero aunque aportes los nutrientes necesarios para su producción, si consumes altos niveles de cafeína, inhibirás su segregación.

Hay que tener en cuenta que la serotonina aumenta al atardecer y desciende al amanecer, por lo que es importante, si queremos aprovechar sus efectos durante el día, procurar un buen descanso nocturno. Esto pasa por establecer hábitos relacionados con la higiene del sueño, como hacer una lectura placentera o simplemente, tener relaciones sexuales antes de dormir. Durante el día, podemos cuidarla si realizamos algún ejercicio físico al aire libre y tomar un poco de sol.

La serotonina aumenta el bienestar, la alegría y optimismo. Por esta razón, los estudiosos del tema indican que debemos darnos el permiso de desarrollar algún hobby, tomarnos el tiempo para concentrarnos en una actividad que nos rete de manera moderada, pero que nos proporcione altos niveles de placer y serenidad. Es igual o más importante, además, rodearse de personas que estimulen una buena actitud ante la vida, que sean “serotonina pura”.
3. Endorfinas
Existen al menos 20 tipos de endorfinas en nuestro cuerpo y se sabe que son 20 veces más potentes que los analgésicos, además potencian al sistema inmunológico, contrarrestan los efectos de la adrenalina (cuando están relacionados con la ansiedad) y que siempre están presentes en los momentos divertidos de la vida.

Los expertos recomiendan regalarse un chocolate de vez en cuando para ponerse en contacto con los efectos ansiolíticos de las endorfinas. Igualmente, indican que realizar actividades deportivas que requieran algo de resistencia como montar bicicleta, correr, nadar, son ideales ya que estas sustancias no solo activan el bienestar sino que también tienen la capacidad de inyectar energía al deportista, quien sentirá la suficiente autoconfianza para dar un poco más.

Bailar, reírse, jugar y hacer cosas tontas son pasajes directos a la felicidad gracias a las endorfinas, no sin antes hacer escala en otras actividades que allanan el camino como darse un buen baño o un masaje, experimentar la aromaterapia, entrar en contacto con la naturaleza y practicar yoga o meditación.
4. Adrenalina
Si bien es cierto que la adrenalina se activa en situaciones de peligro para que elaboremos respuestas defensivas rápidas y efectivas, también reconocemos su presencia cuando nos late fuerte el corazón y nos sonrojamos ante una persona que nos atrae mucho. Es la forma en la que el cuerpo, inconscientemente, se manifiesta y le dice al otro “aquí estoy, tengo vida y salud para preservar a la especie humana”.

Sentir descargas de adrenalina es sumamente vigorizante, por lo que, si una persona ha pasado por un periodo de desgano, apatía o la rutina amenaza con desaparecer su esencia, es momento de buscar actividades que la vuelvan a poner en contacto con sus latidos del corazón, con el vaivén de su respiración y con la fuerza de su musculatura. Algunos se inclinan por los deportes extremos, que le funciona a quien le gusta, pero la adrenalina también puede activarse, por ejemplo, si le escribes un correo a tu expareja… solo para saludar o planeas cómo decirle a tu jefe esa idea que tiene tiempo dándote vueltas en la cabeza.
5. Oxitocina
Es conocida como la hormona que se segrega durante el parto y que le indica tanto a la madre como al hijo que se pertenecen mutuamente. A lo largo de los años, se ha descubierto que esta hormona está presente en otros momentos durante la vida: cuando abrazamos, acariciamos y besamos tiernamente a alguien. La oxitocina le avisa al cuerpo que la persona que tiene al frente es de confianza, por lo que puede derribar sus defensas, relajarse y entregarse al otro.

El poder de esta hormona parece no conocer distancias. En una investigación, se le pidió a jóvenes universitarias, que vivían fuera de casa, que llamaran a sus madres durante los días en que tuvieran exámenes.

Tras la llamada, se registraron altos niveles de oxitocina en las chicas (y en las madres), lo que produjo que se sintieran más seguras en el momento de estudiar, lo que ayudó a obtener mejores calificaciones.

Procurar abrazar a nuestros seres queridos antes de comenzar la rutina fuera de casa, puede ser un factor de éxito en nuestras actividades.
6. Melatonina
Junto con la serotonina regula los ciclos de sueño y el biorritmo del cuerpo. Es segregada por la glándula pineal que pierde fuerza a medida que pasan los años por lo que, hoy en día, existen suplementos de melatonina indicada para personas mayores de 40 años que sufren insomnio. La sorpresa que se han llevado los investigadores es que parece que esta hormona protege a los tejidos de la oxidación y estimula el sistema inmune, caracterizándola como la nueva fuente de la juventud.
7. Feromonas
Estas sustancias son conocidas como las hormonas del enamoramiento, son segregadas a través de los poros del cuerpo y son recibidas por otras personas por la nariz. Lo sorprendente es que son inoloras y tienen la capacidad de conectarte con tu media naranja sin que te des cuenta. Eso es lo que sucede cuando te enamoras de alguien sin poder decir qué es lo que te gusta de ella.

Las feromonas nos conectan también a otras personas cercanas. Por ejemplo: dos amigas entrañables pueden comenzar a menstruar en el mismo momento del mes, gracias a la acción de estas hormonas, es una manera de decir que somos compatibles químicamente con otros. Lo que llama más la atención de estas sustancias es que parece que nos hace querernos más, sobre todo, luego de realizar un ejercicio físico que implique sudar, ya que percibimos nuestras propias feromonas e inmediatamente comenzamos a sentirnos más deseables físicamente y más valorables emocionalmente.

Ahora, mezcla todos los ingredientes intuitivamente y entrégate a saborear la vida, porque por más que el panorama se pinte de negro, siempre habrá por lo menos una razón para ser feliz. ¡Salud!

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