Hay valientes que, al emigrar, decidieron trabajar para que otros puedan saborear la riqueza de Venezuela: el cacao venezolano.
Alfredo Jorge González, Ricardo Trillos y Johnny Spagnolo con su esposa Dubraska son parte de estos migrantes que trabajan elaborando chocolates con cacao venezolano. Emprender no es fácil, y mucho menos siendo un recién llegado a otras tierras, por eso toma aún más valor que hayan decidido optar por granos cosechados en Venezuela y no por el cacao que más fácil se consigue en sus nuevos países.
María Fernanda Di Giacobbe dirigió las intervenciones de los chocolateros en el exterior. Foto cortesía Venezuela Gastronómica
Guiados por la chocolatier María Fernanda Di Giacobbe, los cuatro contaron sus historias durante el coloquio Cacao realidad Venezuela 2024, que la asociación civil Venezuela Gastronómica organizó el 18 de junio en el auditorio Tobías Lasser de la Universidad Central de Venezuela.
1. Aroko en Italia
Dubraska y Johnny Spagnolo se enamoraron del cacao venezolano «por culpa de Elevina (Pérez Sira)», profesora con la que hicieron un diplomado. Así que, al emigrar a Italia, decidieron trabajar con el objeto de sus amores.
Actualmente, a través de su marca Aroko, elaboran tabletas con cuatro variedades de cacao venezolano: Sur del Lago, Porcelana, Chuao y Ocumare.
Johnny, en el taller de Aroko. Foto cortesía de Aroko
«Al principio fue todo un reto, porque solo se venden grandes cantidades de materia prima. Aquí se sorprendían que solo quisiéramos trabajar con cacao venezolano. Pero, poco a poco, fuimos conociendo a revendedores confiables, a los que compramos lo que necesitamos», contó Johnny, desde Italia.
Los italianos tienen dos gustos marcados en lo que a chocolates se refiere: les gusta sentir las notas frutales, «para lo que Chuao es ideal», dice Johnny, y les encanta con avellanas u otros frutos secos. Para ese público, Aroko tiene dos presentaciones de cremas untables, una con avellanda del Piamonte y cacao Carenero Superior y otra con pistacho.
El sutil cacao Porcelana también ha sido un éxito entre los consumidores italianos. «Les encanta, porque se lo pueden dar hasta a los niños», cuenta Johnny.
Señas. Instagram @arokochocolate y página web arokochocolate.com. Las tabletas de Aroko, hechas en Italia, también se pueden comprar en Caracas, en la tienda de Cacao de Origen en la Hacienda La Trinidad.
2. Cacao Zoku en Japón
Si algo es difícil es importar cacao venezolano a Japón, por las muchas restricciones que imponen a este tipo de productos. Pues Alfredo Jorge González lo logra, con tanto éxito que ofrece chocolates (tabletas y bombones) con granos de 12 orígenes diferentes.
Foto cortesía Cacao Zoku
«Yo trabajo solo con cacao venezolano porque son los mejores sabores. Empecé hace tres años y medio porque conocí a un muchacho que traía cacao de Patanemo. Ahora estoy a punto de expandir la fábrica, tengo proyectos en Ocumare y estoy sumando cuatro orígenes más, para llegar a un portafolio con chocolates de 12 orígenes«, dijo Alfredo durante su intervención en el coloquio Cacao realidad Venezuela 2024.
Foto cortesía Cacao Zoku
El taller de chocolates está en Denenchofu, Japón, y desde allí llega a todo el archipiélago.
En 2009, Ricardo Trillos y Anelith Ortega fundaron Cao Chocolate, que elabora tabletas y confitería con solo dos ingredientes: cacao y azúcar pura de caña. En 2019, la marca fue reconocida por el Miami New Times como el primer chocolatero de esa ciudad.
Ricardo Trillos con algunos productos. Foto cortesía de la página web de Cao
Usan una gran parte de cacao venezolano en sus creaciones, aunque en su página web informan que también utilizan granos de otros países, que negocian directamente con los agricultores.
En el coloquio, también se contaron, en primera persona, las historias de Go Dark Chocolate y Levelez Chocolates, en Miami, Estados Unidos, y Villa Hermosa, México, respectivamente.
Go Dark es una marca fundada por Mariana Cidad, hija de Nella Moser, de las primeras chocolateras de Venezuela, que elabora sus productos en el pueblo de Galipán, en el cerro Ávila de Caracas. Actualmente está elaborando tabletas de 5 kilos de chocolate con licor puro de cacao, pero entre sus planes tiene trabajar tabletas bean to bar. «Incluso ya he comprado maquinaria», comenta.
Proceso de transformación del chocolate en Go Dark. Foto cortesía de su página web
En México, en las tierras de Villa Hermosa, en Tabasco, Silvia Guédez lleva Levelez, cuyas tabletas y bombones elabora con cacao cultivado en la misma zona. «Tengo las plantaciones a menos de una hora de mi casa», dice Silvia. María Fernanda Di Giacobbe reconoció particularmente su trabajo comentando que a esta venezolana se le conoce y se le reconoce en una zona de chocolateros.
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