El arte culinario cautivó a los seguidores de la gran pantalla con un film que mezcla la cultura francesa e hindú. Cada una con sus tradiciones pero con algo en común: el gusto por la buena comida
Basada en el best seller con el mismo nombre de la cinta, se dice que esta película es una reinterpretación del cine culinario. Siempre hay nuevas formas para hablar sobre gastronomía y lograr cautivar al público y es que cualquiera puede sentirse identificado porque ¿a quién no le gusta comer?
Hassan Kadam, es un cocinero que de la mano de su madre aprendió los secretos de la cocina, pero sobre todo, aprendió a saborear y descubrir la magia que hay detrás de cada ingrediente. Perteneciente a una familia de la India, se ven obligados a trasladarse a Europa para probar suerte y terminan instalándose en el pueblito de Saint-Antonin-Noble-Val, ubicado al Sur de Francia.
A 10 metros del clásico y prestigioso restaurante Le Saul Pleureur, la familia Kadam funda Maison Mumbai un restaurante con una propuesta diferente y exclusivamente hindú, que genera competencia entre ambos negocios. Con el tiempo, terminan reconociendo las virtudes del enemigo y Hassan logra ascender hasta ser reconocido en el mundo culinario. Pero el éxito no lo es todo para él y con tan solo probar un bocado de la comida típica de su país, reconoce que su lugar es donde está su familia.
Durante el largometraje, se logran transmitir un sinfín de emociones y deja claro que los alimentos tienen el poder de trasladar al comensal al pasado o a un recuerdo que guarda en su memoria.
“La vida tiene su propio sabor. La vida cruda es hermosa” Palabras como estas, expresadas por la madre de Hassan, son las que hicieron que se enamorara del oficio de la cocina y que aunado a su don le permitieron superar a cualquier otro chef con títulos o certificados profesionales.
El restaurante que lidera este joven chef venezolano alcanzó el puesto 69 entre todos los restaurantes de Asia, lo que es mucho decir. Santiago admite que, aunque no busca conscientemente que haya sabores venezolanos en los platos que prepara en el restaurante en Japón, le sale natural. "A veces pruebo algo y pienso que sabe a guiso de hallaca, o a sofrito criollo..."
El azúcar, sopas como el ajiaco y el rundown, el casabe, el pan de año, las frutas, el cacao, el café y la extracción de sal son algunos de los alimentos más referenciados en la literatura de estas costas. Pero también se habla de procesos y de la socialización que se da alrededor de la comida
