La cocina de los años 70 tomó vuelo con la influencia de cocinas provenientes de otras latitudes, la moneda fuerte de la época y la llegada de cocineros extranjeros
La alta cocina se presentó de muchas maneras y la proyección internacional fue sumamente alta. Comensales de otros países, al regresar a sus hogares, se dedicaron a propagar la excelencia de la mesa pública de nuestra ciudad capital.
En el caso de la comida rápida, comenzó su andadura con el Tropic Burger y las fuentes de soda de los automercados Cada con sus hamburguesas Big Boy y un bocadillo llamado submarino.
Entre los restaurantes que brillaron durante esa época, están el Henry IV, Aventino, el Portón, Dragón verde (pionero en repartir a domicilio) y el Rías Bajas en Los Palos grandes.
En el caso de la década de los 80, fueron los años dorados para la alta cocina con una fuerte influencia de la cocina francesa. El chef sustituyó al cocinero de toda la vida y la crítica gastronómica vivió su mayor esplendor con el libro Los Cuadernos de la gula de Ben Ami Fihman, sin conseguir que posteriormente se mantuviera ese nivel.
En 1982 se publica el libro Rojo de Don Armando Scannone que es un punto de inflexión de la gastronomía nacional y entre los restaurantes destacaron: El Gazebo, Le Groupe, Patrick, Da emore, La Bussola, La pimienta.
Además del pollo en varias versiones, el menú suma propuestas marinadas largo tiempo en especias o selladas al carbón. Entre lo más pedido están los arayes, un plato tradicional libanés; las costillitas asadas durante muchas horas en barbecue importada; el lomito aderezado en 7 especias y guarniciones como las batatas con miel, especias y queso parmesano
La chef venezolana ha dado un salto de la cocina tradicional al menú slow food que prepara a diario según el Método Coma, adaptando recetas y técnicas. Incluso creó una empanada saludable con ayuda de la Inteligencia Artificial
