Panaderías de siempre

Los panes, pasteles de nata y otras suculencias de la renovada panadería Rosita

El antiguo local de Sabana Grande se ha transformado y ampliado su oferta de productos para llevar o comer en el sitio. Los panes siguen siendo la estrella pero ahora comparten protagonismo con los pasteles de nata, con receta del maestro portugués Ernesto Fernandes

Rosita
Alejandro Cremades / @doncremades
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Son muchos los cambios que ha visto Rosita desde su esquina frente a la plaza Las Delicias en Sabana Grande. Ella también ha cambiado para adaptarse a los nuevos tiempos pero conservando siempre sus atractivos, esos que le han valido tantos halagos, tantos clientes y amigos desde 1967.

No hay tranquilidad para Rosita, todo el día es un hervidero de gente comprando lo de siempre -como sus deliciosos y afamados panes- o probando lo nuevo que tiene para ofrecer y que bien puede saborearse con calma y en buena compañía en alguna de las agradables mesitas dispuestas al pie de calle, al estilo de los cafés europeos.

“Yo tenía varias cosas claras cuando decidimos hacer la remodelación del local: no quería dejar de ser una panadería, no quería ser un bodegón, no quería nada ostentoso y sobre todo, quería que Rosita conservara su esencia”, comenta su dueño, Roberto Dos Santos.


La encargada de la transformación fue la diseñadora de interiores Sigrid Jelambi (conocida como Sandy y autora de los espacios de Anónimo, La Esquina y Modo, entre otros locales); quien incorporó detalles que recuerdan los orígenes de Rosita: un par de murales de mosaicos portugueses, vigas y pisos de madera, rodillos de amasar y una pared con fotos antiguas donde puede verse a los hermanos Manuel y Cristiano Dos Santos posando sonrientes sobre las motos con las que repartían el pan por Caracas y otras imágenes de la época.

Rosita

Cristiano presenció todo el proceso de transformación, “venía a ver la obra con un gran sombrero que lo protegía del sol”, cuenta su hijo Roberto y agrega: “Èl tiene 86 años de edad y 56 con la misma panadería en la misma esquina, yo quería que viera su negocio lindo, hacerle este agasajo en vida”.

Un local a la altura de su nombre

Honrar a la familia pero también a los clientes: “El mercado también te pide cambios; yo me percaté de que Rosita estaba muy bien posicionada como productores de pan pero sentía que la tienda no estaba a la altura de sus productos; quería retribuir a la clientela por tantos años de fidelidad con un local que representara la calidad de la marca”, apunta Dos Santos.

No se trataba de un simple cambio de aspecto sino también de ofrecer más y mejores productos. Ahora disponen de una estación de pastelería y bollería donde los croissants rellenos de pistacho, limoncello, naranja, mandarina y chocolate son la sensación; una barra donde se exhiben todos sus panes, otra para el café y un surtido de acompañantes, una nutrida estación de embutidos, anaqueles y neveras de autoservicio con productos nacionales e importados.

Panadería Rosita
Foto Alejandro Cremades / @doncremades

“Trajimos mucha maquinaria nueva para facilitar nuestros procesos de producción, entre ellas una máquina para hacer masa madre -que debe ser una de las primeras en Venezuela- y una rebanadora de pan de autoservicio donde los clientes pueden cortar su propio pan según lo necesiten: un pan denso como el multicereal o el de centeno a 10 milímetros para hacer unas tapitas o rebanar el gallego a 15 milímetros para unas brusquetas” apunta Roberto Dos Santos.

Más panes, pasteles y pallas

Si bien la especialidad de Rosita siguen siendo sus panes, la nueva estrella es el pastel de nata, catalogado como el postre de paso preferido del mundo por la revista gastronómica Taste Atlas en un ranking realizado en julio de este año.

“Invitamos al maestro pastelero y panadero portugués Ernesto Fernandes, quien vino expresamente a enseñarnos a preparar los pasteles de nata e hicimos varios experimentos con los ingredientes disponibles en el país hasta que dimos con la fórmula perfecta”, cuenta Roberto Dos Santos.

Panadería Rosita
Foto Alejandro Cremades / @doncremades

El éxito no se ha hecho esperar y la “pausa deliciosa”, una oferta de café y un pastel de nata tibio y ligeramente crujiente por un módico precio, gana cada vez más adeptos. “Hacemos entre 800 y mil pasteles de nata a diario y los fines de semana superamos los dos mil. El objetivo es llegar a cinco mil”.

Para quienes necesitan algo un poco más contundente hay tortilla de papas, empanada gallega de pollo y de bacalao, una pascualina que ha tenido muy buena acogida, algunos sándwiches y pallas, unas pizzas de masa fina y crocante.

“Contratamos a dos asesores gastronómicos, los chefs Eduardo Moreno y Reison Frioni para hacer cosas sencillas, nada complicado porque al final nosotros no somos restaurante ni queremos serlo (zapatero a sus zapatos), pero sí queríamos hacer algunas cositas y hacerlas bien”, cuenta Roberto Dos Santos.

Para los sándwiches se desarrollaron cuatro salsas: un pesto, una tapenade (de aceitunas), una de queso y otra “pan tumaca” al estilo barcelonés que, junto con los deliciosos panes y los embutidos de calidad, conforman un sencillo festín.

Las pallas también son cuatro de momento: la española, con salsa de tomate, mozzarella, chorizo, manchego y pimentón asado; la palla italiana, también con salsa roja, mozarella, aceite de oliva, prosciutto y pesto; la portuguesa es con salsa blanca, bacalao, aceitunas negras, cebolla y pimentón, y finalmente la palla bianca con salsa blanca, mozarella, ricotta, pesto y mortadela italiana con pistacho.

Otra novedad es un pan 100% masa madre “tan poderoso como el multicereal, tan sabroso como el de avena y pasas, y tan adictivo como el gallego” afirman en su cuenta de Instagram @panaderiarositaccs.

Pero la innovación no cesa y de los hornos de Rosita salen panes de cranberry (arándanos), chocolate y naranja o uno de queso cheddar y jalapeños que no tuvo el éxito esperado. Los fines de semana ofrecen los muy solicitados panes de maíz con chorizo y el bollo preñado (pan con chorizo).

Panadería Rosita
Foto Alejandro Cremades / @doncremades

Roberto Dos Santos afirma que “para que un proyecto sea exitoso depende de muchas variables, pero una de ellas es rodearse de gente muy profesional. Y en este momento para los pequeños y medianos empresarios es posible contratar a gente muy profesional, de muy alto nivel, que al igual que nosotros creen y siguen apostando por el país”, dice Dos Santos.

Tres generaciones y un siglo de tradición

Roberto Dos Santos proviene de una familia de panaderos con más de 100 años de historia. Su abuela era conocida como María padeira (María la panadera) en Montouro, su pueblo natal en Portugal. De su unión con Antonio Neto nacieron tres hijos, dos de los cuales, Manuel y Cristiano emigraron a Venezuela a principio de los 50 y comenzaron a trabajar como repartidores en una panadería en Boleíta.

Cristiano Dos Santos Neto aprendió el oficio de manos de su madre, que fue perfeccionando durante años de experiencia en las panaderías Nueva Chacao, Los Nietos y La Guaira, de su propiedad; así como algunos trucos del maestro panadero italiano Stefano Bianchi con quien comparte las recetas del muy solicitado pan gallego (a decir de muchos, el mejor de Caracas) y del pan siciliano que se hacen en Rosita.

Este local de Sabana Grande, adquirido en 1967, fue la cuarta panadería de Cristiano y allí vio crecer a su familia a la par que el negocio. Su hijo Roberto Dos Santos, graduado de administrador de empresas, aportó sus conocimientos para la expansión de la empresa, comenzando por la multiplicación de la clientela de restaurantes y clubes a los que hacían despacho directo y que llegaron a superar el centenar.

Panadería Rosita
Foto Alejandro Cremades / @doncremades

En esa oportunidad la panadería también creció estructuralmente para poder cumplir con las exigencias del nuevo modelo de negocios; en los locales de atrás del edificio se crearon el depósito y un área de producción que funciona de manera independiente de la tienda, lo que les permitió continuar trabajando como panificadora durante la pandemia del coronavirus.

El cierre de los restaurantes a los que suplía y de la panadería en sí supuso un nuevo cambio. Roberto Dos Santos cuenta que, ante la demanda de sus clientes de despacharles a domicilio, pensó más bien en acercarles el producto a un punto de fácil acceso. Fue así como surgieron alianzas con las cadenas de supermercados y algunos particulares, que hoy supera en número a los restaurantes. Los panes de Rosita no tienen conservantes ni emulsionantes, son completamente naturales y por lo tanto, se despachan dos y tres veces al día para mantenerse frescos.

Panadería Rosita
Foto Alejandro Cremades / @doncremades


Además del local en Las Delicias, hoy Rosita tiene un espacio propio en La Muralla (El Hatillo) y en el Central Madeirense del Centro Comercial Bello Campo y cuenta con puntos de venta en otras sucursales de las grandes cadenas (Central Madeirense, Gama, Plaza, Unicasa) y pequeños supermercados como Los Pomelos, San Luis, Santa Paula, Mercato y Santa Rosa entre otros, donde pueden adquirirse sus panes más emblemáticos de los que afirman “se congelan muy bien y con un toque de horno quedan muy ricos”.

Roberto Dos Santos tiene cabeza para los negocios y corazón de panadero: es generoso con sus empleados, con sus amigos que se reúnen a menudo para tomarse un café en Rosita y con los clientes asiduos que lo saludan a su paso. “Eso es una de las cosas más bonitas que tiene mi trabajo: que veo a mis amigos todo el tiempo, no solo los fines de semana” dice sonriente.

Coordenadas de la panadería Rosita

Instagram. @panaderiarositaccs

Dónde. Frente a la plaza Las Delicias de Sabana Grande.

Horarios. De lunes a sábado de 6.45 am a 8 pm. Los domingos de 7 am a 3 pm.

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