Restaurantes

1956: el restaurante con Caracas a sus pies

Lo llaman el mejor rooftop de Caracas y no es en vano, pero además de la impresionante vista es un sitio acogedor donde encontrará comida para todos los gustos y coctelería de autor

1956
Foto cortesía |1956 y Eugenia García
Publicidad

¿Por qué vale la pena visitar 1956 Lounge & Bar? Primero lo obvio: subir por el teleférico y ver los 100 tonos de verde de El Ávila y buena parte de Caracas, identificando aquí y allá algún edificio emblemático y los parches vegetales de los parques y jardines urbanos, es de por sí una experiencia maravillosa.

Esto precedido por la amable atención del personal de 1956 Lounge & Bar, que le esperará en las instalaciones del teleférico y le acompañará hasta la cabina; recibiéndole luego al otro lado del cable para guiarle hacia el restaurante, situado debajo de la pista de hielo.

1956

La decoración es estilo años 50, con muebles daneses y paredes empapeladas; hay algunas mesas dentro del salón para los más friolentos pero, sin duda, la atracción es la terraza, con una espectacular vista de Caracas y unos simpáticos visitantes: los colibríes, que se acercan a los bebederos colocados en varios puntos de la baranda. Cuentan también con un área VIP con capacidad para diez personas.

1956
Zona VIP de 1956. Foto cortesía

“Tomás (Fernández) tiene una conexión especial con los colibríes, en casa de su mamá tenían bebederos para ellos y fue su idea incorporarlos”, relata Raúl Anzola, gerente general de 1956 y amigo del colegio de Tomás Fernández, quien fuera su socio y el chef ejecutivo de 1956, antes de entregarle la sartén por el mango.

1956

Ahora son Raúl y su esposa Alejandra Mateos, la gerente de comercialización, quienes manejan el restaurante y no con poca experiencia de lado y lado; ellos han sabido sortear la pandemia y las interrupciones del servicio de teleférico: “La más reciente fue de 10 meses, hasta febrero de este año”, comenta Raúl y añade que “estuvimos abiertos, contamos con un servicio de transporte en jeep pero la gente prefiere subir en el teleférico”.

O sea que si le da miedo la altura o colgar de un cable, puede hacer los arreglos para su traslado en jeep hasta el 1956 Lounge & Bar, que debe su nombre al año en el que se inauguró el teleférico desde Caracas hasta la cima de El Ávila.

1956
1956 es el año que se inauguró el teleférico. Foto cortesía

Un coctel, un chocolate o un chupe: hay para todos

Jhondri Barragán, el jefe de barra, sirve el coctel más fotografiado del local: el Orange Pineapple, que llega dentro de su cúpula ahumada y primorosamente adornado con una flor comestible, como todas las que se sirven tanto en los tragos como en los platos. Entre los cocteles bandera de 1956 Lounge & Bar están el Miranda Ávila, el Gamboa, Lomas del viento y su Piña Colada azul cielo con nubes.

1956
Los cocteles de 1956 son muy «instagrameables». Foto cortesía

Para los que prefieren evitar el alcohol hay mocteles (o mocktails), una variedad de infusiones y tés, chocolate caliente con marshmallows y muy buen café.

1956
Foto cortesía

“La leche de coco la hacemos en casa, igual que las infusiones y otras preparaciones”, comenta Alejandra Mateos y añade que el café es tostado especialmente para ellos por Café Cordillera 1730.

La carta es pequeña pero muy variada pues incluye un par de opciones de carne, pescado, pollo, cerdo, pasta y tres fondues: bourguignonne, de queso y de chocolate; hay también sopas (de cebolla y chupe), ensaladas, entradas frías y calientes, hamburguesas de pollo o carne y menú infantil.

1956
Foto cortesía

El último en incorporarse a la carta es el tiradito de pesca blanca en cama de leche de tigre con ají amarillo confitado. Raúl Anzola comenta que la cocina fue ampliada recientemente y tienen un equipo de 14 cocineros, con Carlos Zurbarán como chef ejecutivo.

1956
Tiradito de pesca blanca. Foto cortesía 1956

El plato preferido de Alejandra es la ensalada Sarada, que combina salmón fresco, kani, atún rojo, camarones tempurizados, wakame y melocotones grillados, “es una comida completa pero no es pesada” dice. Por su parte Raúl prefiere el Tataki beef (finas lonjas de lomito sellado al grill con aceite de trufa y escamas de sal, acompañado de salsa de alcaparra) y el Lomito oriental, con champiñones, papitas colombianas e hilos de ajoporro.

1956
Tataki de atún rojo. Foto cortesía 1956

Pero los más pedidos son los tequeños caseros, los bombones de morcilla servidos sobre salsa de maní y el pulpo crocante salteado en salsa de ostras con miel y limón, el plato más caro de la carta pues, según explica Raúl, se necesita un kilo de pulpo para una ración final de 250 gramos.

Bombones de morcilla. Foto cortesía

De los postres, la estrella es el Affogato Speyside, un café espresso doble con una onza de ron Santa Teresa 1786 Edición Limitada Speyside vertido sobre un helado de mantecado coronado con praliné de almendras.

1956
Foto cortesía

Un buen plan para cualquier día

1956 Lounge & Bar abre de miércoles a domingo al igual que el teleférico y las horas de apertura y cierre varían de un día a otro en función de éste; sin embargo cualquier tarde es buena para subir a su magnífica terraza y compartir un rato agradable en pareja o con amigos.

1956
La decoración es inspirada en los años 50. Foto cortesía

Alejandra ha inventado un par de planes para hacer aún más tentadora la invitación: los miércoles de tardeo y los viernes de Bon Vivants para dos o cuatro personas. También acogen catas y eventos corporativos.

El tardeo consta de un plato especial para dos personas (tequeños, bombones de morcilla, ceviche, papas bravas y cotufas especiadas), una botella de vino o dos cocteles; el precio es por pareja e incluye el traslado en teleférico, IVA y 10% de servicio; todos los miércoles de 5:00 a 10:00 p.m. Para el 21 de noviembre de 2023, el precio por pareja es de $55.

1956

El plan Bon Vivants consta de un menú para dos personas (costillas de cerdo en salsa teriyaki, aros de cebolla con crema agria, langostinos al curry con coco y chutney de ají, vitel toné) y una botella de vino o dos cocteles, el precio incluye el traslado en teleférico, IVA y 10% de servicio; solo los viernes desde las seis de la tarde hasta la media noche. El precio es de $65 por pareja.

Si el Bon Vivants es para cuatro personas, se suma una ración de edamames al menú y puede escogerse entre dos botellas de vino o una botella de Santa Teresa Linaje o una botella de vodka Stolichnaya.

Alejandra Mateos afirma que “1956 es el lugar perfecto para terminar el día: si te fue bien, vienes a celebrar; y si por el contrario tuviste un mal día, este es el lugar indicado para tomar aire, recargarte y seguir”.

1956
La vista desde el restaurante. Foto cortesía


Y la verdad es que no dan ganas de irse de allí.

Coordenadas de 1956 Lounge & Bar

Instagram. @1956bar

Dónde. Parque Nacional El Ávila, se llega por el teleférico.

Horarios. Miércoles de 5:00 a 10:00 p.m.; jueves de 1:00 a 11:00 p.m.; viernes de 1:00 a 12:00 a.m.; sábado de 12:00 p.m. a 12:00 a.m.; domingo de 12:00 a 10:00 p.m.

Publicidad
Publicidad