Dedicado a enaltecer los sabores de su país natal a través de una visión única sobre el hecho gastronómico, Gonzalo Picón decide en cada sesión de fotos reflejar la esencia natural de los platos que captura. Así se mueve este fotógrafo, de corazón humilde y grandes talentos
Pese a los retos que supone el creciente mercado de la gastronomía en Latinoamérica y el resto del mundo, (quienes siempre deben recurrir a elementos externos para resaltar colores y texturas) significa para Gonzalo el pan de cada día y logra, con increíble naturalidad, conquistar la verdadera cara de la gastronomía contemporánea, en la que ha aprendido ubicarse con grandeza gracias a la fidelidad de sus fotos, donde siempre habla con la verdad.
Nacido en Mérida, está casado con la orfebre y maestra de las artes del fuego, María Valeska Quintero, con quien tiene una hija de seis años llamada Camila y es quien lo acompaña en sus aventuras fotográficas con gran curiosidad.
En el presente, Gonzalo se dedica de lleno al registro de imágenes, pero en el pasado, no siempre supo que ser fotógrafo de alimentos se convertiría en su rutina. De hecho, antes se graduó de arquitecto en 2002 del Instituto Universitario Politécnico y realizó sus estudios de postgrado en diseño urbano en la Universidad de los Andes. Luego se dedicó completamente a la fotografía gastronómica y en la actualidad cuenta con 24 años en el ejercicio de esta labor.
En mis comienzos, en la fotografía, buscaba realizar trabajos orientados hacia el Fine Arts dada la gran influencia de mi padre en la apreciación del arte en todas sus manifestaciones, luego mi trabajo se fue orientando más hacia la fotografía documental. Comenta el fotógrafo
Después de encaminarse por estos costados, Gonzalo llegó “como por golpe del destino” a un evento gastronómico en Mérida que tiene por nombre Venezuela Gastronómica. Ahí, tuvo la oportunidad de conocer un importante número de chefs con los que hoy sigue en contacto diariamente por su trabajo, recuerda:
Fue allí donde nació mi pasión por mostrar y divulgar la gastronomía y sus distintas corrientes
Reflejar los platos de forma fiel parece que es el objetivo más placentero de Picón y aunque tiene un estudio de fotografía llamado Picón Estudio, siempre busca mostrar el lado crudo y natural de la gastronomía. Eso de maquillar los alimentos y que no puedas comerlos, no va con él. Además, le fascina atravesar los procesos. Por ello se inclina a lo documental y busca profundizar en sus trabajos siempre que tenga la oportunidad.
Lo que quiero hacer es darle una visión documental y resaltar el plato como ingredientes, cómo se prepara, las técnicas y el personal. lo que trato de hacer es mostrar procesos, pasos y fotográficamente la mejor pero también mostrar la autenticidad de la fotografía documental
Desde que empezó a navegar por las sabrosas y dichosas olas de la gastronomía, ha sabido apreciar el ambiente de quienes lo rodean y conoce muy bien cuáles son los detalles que le permiten fluir mejor en su trabajo tanto desde el aprendizaje como desde la enseñanza.
Cree que ésta es la clave para mejorar, incluso frente a los retos que supone la actualidad en la que vivimos, donde el auge y la popularidad de la comida amanece vestido de diferentes colores en cada esquina y según él, el secreto traspasa las técnicas y la verdadera obra reside en la óptica personal.
En la fotografía gastronómica hay que tener un conocimiento avanzado sobres técnicas fotográficas y de iluminación pero es el gusto por la cocina y conocimientos culinarios los que a mi modo de ver desarrollan una sensibilidad especial para mostrar la gastronomía.
Esta visión logró desarrollarla gracias a sus maestros de fotografía, empezando por el merideño Oscar Chaparro que desde sus inicios le entregó las herramientas necesarias para comprender la fotografía analógica y revelado en blanco y negro. Luego, tuvo otros acercamientos que lo guiaron hacia nuevas perspectivas, comenta:
Luego pude conectarme de una manera más empírica a la fotografía cuando conocí a Roberto Mata y su staff de profesores en su taller fotográfico de Caracas, donde adquirí conocimientos más avanzados. Esto me permitió crear un lenguaje visual propio que actualmente sigo buscando mejorar
Además, tiene la oportunidad de trabajar con su primo Rodrigo Picón, quien también es fotógrafo y le ha enseñado mucho gracias a su calidad visual y estilo fotográfico. Esta frecuencia de conocimientos le permite caminar sobre las expectativas de sus clientes, quienes las asume como “exigentes” y reconoce que su trabajo más allá de ser “bonito” es una responsabilidad, ya que a través de su trabajo siempre está la búsqueda de enaltecer e impulsar la gastronomía a otro nivel.
Todo el tiempo busco llevar mi trabajo a otro nivel visual, siempre bajo el concepto de la fotografía gastronómica real limitándose al trabajo del chef, la belleza de los ingredientes y el trabajo de food styling sin maquillajes ni alteraciones superfluas del plato
Este manejo intuitivo y personal sobre los platos y sus procesos lo ha llevado a un plano profesional de su carrera en el que el reconocimiento y aceptación de los chefs nacionales e internacionales, le permiten trabajar desde una plataforma más extensa, más profunda y de gran valor global. Uno de estos trabajos ha sido su participación fotográfica en el libro de Gastón Acurio por Random House, junto a la escritora gastronómica Luciana Biachi.
Luego de esta experiencia tuve la oportunidad de participar en calidad de ponente internacional en el Primer Foro de Periodismo Gastronómico en Panamá con una conferencia sobre el trabajo del fotógrafo gastronómico
Actualmente esos encuentros profesionales dieron pie a su estadía actual en el mundo de la gastronomía panameña, donde ha encontrado una gran satisfacción, gracias al contacto con grandes representantes del mundo de la gastronomía en dicho país tales como Elena Hernández, el chef Mario Castellón, Jose Olmedo, Fabien Migny, Carlos Chombolin Alba entre muchos proyectos a futuro con los chef Cuquita Cookita, Charlie Collins, Rachel Pol, entre otros.
También, en Venezuela, ha tenido un fructífero recorrido junto a los chefs y restaurantes más destacados tales como Carlos García, Victor Moreno, Francisco Abenante, los restaurantes Guillermina y Juana La Loca, Nelson Castro e Iván García.
Dudas no quedan de que este fotógrafo tiene un vasto reconocimiento. Sin embargo, cree que lo más importante en su trabajo es resaltar y mostrar lo que se hace en Venezuela. En ese sentido es un testigo de los éxitos en el campo de la culinaria que a pesar de la crisis, y aunque se encuentre en proceso de mudanzas a Panamá, nunca piensa desligarse del movimiento culinario de la tierra que lo vio nacer.
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El azúcar, sopas como el ajiaco y el rundown, el casabe, el pan de año, las frutas, el cacao, el café y la extracción de sal son algunos de los alimentos más referenciados en la literatura de estas costas. Pero también se habla de procesos y de la socialización que se da alrededor de la comida
