Lo primero que escribió, en preparatorio, fue un cuento sobre unas flores parlanchinas. Siguió escribiendo, primero a lápiz y luego en una máquina Olivetti que pidió como regalo de Navidad y jugaba a entrevistar a sus primos en una vieja grabadora RCA. Desde el primer día que trabajó en un periódico, supo que quería pasar su vida en una redacción. Graduada en la Universidad Católica Andrés Bello, como periodista ha cubierto micro y macro economía, incluyendo la gran crisis financiera de 1994, marchas, hospitales y temas sociales de investigación. Desde hace 12 años se dedica al periodismo gastronómico, al que ve como una manera de entender la venezolanidad, lo que somos y a dónde vamos.